Y volver a encontrarte.
A ti podría decirte
que para mí
cualquier lugar
es mi casa
si eres tú
quien abre
la puerta.Profundos ojos cafés, tan profundos que una vez ahí perdí mi corazón.
—¡Pero qué sorpresa! —exclama Roth con su voz ronca.
Voz que atraviesa el alma.
—Digo lo mismo —responde Derian con cierta frialdad.
—Pasen por favor —se hace a un lado para que entremos.
Voz perfecta de cantante.
—Roth —Alana le da un gran abrazo. Siempre se llevaron bien.
Luego pasa Derian y se dan un —muy macho— saludo.
Entonces su mirada se posa en mí.
Y me preparo para el golpe, pero no llega. Ya no siento nada. Absolutamente ninguna alteración en mi pulso cardiaco, como dije, superado y enterrado.
Me da esa típica sonrisa que me encantaba, pero ya no.
Se la devuelvo con la misma facilidad.
—Dasha —pronuncia mi nombre, cuando lo hace su voz siempre suena diferente, eso hacía que me sintiera especial. Ahora me siento extraña.
—Roth —le doy un breve abrazo y me separo con facilidad de él, cuando hago eso la sonrisa se le borra.
—¿Y Bastian? —pregunta Alana.
—En la cocina.
Doy la vuelta y camino, me encuentro con un Bastian muy apurado.
—¿Siendo ama de casa? —pregunto mientras veo su mandil.
—Y una muy sexy —responde y me guiña el ojo, luego se da la vuelta para meter algo al microondas.
—¿Qué son?
—Nachos con mucho queso —me da una sonrisa malvada.
—Eso me agrada.
—¿Cuál prefieres? ¿Vemos las de Iron Man o Batman? —grita Derian desde la sala.
—Ya sabes la respuesta —respondo.
—¿Batman, cierto? —me dice Bastian.
—Oh yeah.
—No puedo creerlo, vamos a ver todas las películas... —Alana dramática— son unos vagos.
—Jude ya regreso ¿cierto?
—Sí —le contesto a Bastian— hace unos días llegó.
—¿Y qué tal es tener al hermano mayor de nuevo?
Ruedo los ojos y Bastian se ríe.
—¿Tan mal?
—Así de mal —digo riéndome.
—¿Me pasas la salsa? Está justo detrás de ti.
—Claro.
Me doy la vuelta y tenía razón, la salsa estaba justo detrás de mí, tan detrás que la tire cuando di la vuelta.
—¡Oh! —me agacho para levantarla al mismo tiempo que Bastian haciendo que nuestras cabezas choquen teatralmente.
—¡Auch! —Bastian se sienta y se soba la cabeza— Tu sí que eres de cabeza dura, literalmente.
—Cierta la boca —le digo— casi haces un agujero negro en mi cerebro.
Los dos reímos.
—¿Desde cuándo se llevan tan bien, eh? —suena la voz de Roth detrás de mí.
—Desde... Siempre —dice Bastian extrañado.
Justo en eso momento suena la alarma del microondas, los nachos están listos.—¿Todo bien? —me pregunta Derian.
—Si, todo está muy bien de hecho.
El me da una sonrisa brillante.
—No sabes cuánto me alegra oír eso.
—Ya te lo había dicho.
—Sí, pero necesitaba verlo con mis propios ojos.
—Siempre tienes que verlo con tus ojos —digo.
—Sí, siempre.
—¿Qué tanto se susurran ustedes dos? —llega Alana.
—Hablamos sobre si darle la ensalada al perro de Bastian o comérnosla —menciona Derian.
—¡No! —exclama Alana—tenemos que comérnosla, la mamá de Dasha lo hizo con amor. Voy por un traste para esto.
Se va con todo y la ensalada.
Bastian y Roth están teniendo una plática silenciosa en la cocina.
—¿Crees que se haya dado cuenta Bastian?
—No creo —dice— ustedes dos siempre fueron buenos disimulando.
Auch.
—Listo —nos da el traste y nos quita las palomitas— coman ensalada chicos.
—Alana ¿qué rayos? —Derian intenta recuperar las palomitas pero fracasa miserablemente.
—No quiero comer comida de vaca —hace un puchero.
—Supéralo Derian —ella se sienta— Tenia mucho que no veía a Roth, se puso más guapo ¿no creen?
Me ahogo con un cachito de lechuga.
—Si guapisimo —dice Derian con ánimo fingido.
—Escuche que le va bien a su banda.
—Me alegro por él —logró decir.
—Ustedes dos eran muy unidos —alzó la vista, Alana se esta dirigiendo a mi.
—Eh... Si lo éramos —meto lechuga a mi boca.
—¿Pero...? —Alana está muy curiosa este día.
—Pero... —mi mirada se pierde en la ensalada— pero él se fue.
—¿Alana puedes decirles que ya va a empezar la película?
—Claro —se levanta.
—¿Todo sigue bien? —me pregunta.
—Sí —suspiro— sólo son viejas heridas.
Todos nos sentamos, Roth, sabiamente, se sienta del otro lado.
Batman inicia.

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Si te vuelvo a amar
RomantizmHay poco qué decir sobre esta vida, las cosas que pasaron no puedo estar segura si fueron por mi elección. Pero solo puedo estar segura de una de ellas, una decisión que tomé consciente y voluntariamente, si iba a arruinarme la vida qué mejor que fu...