Capitulo 44

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Porque no importa el tiempo
sino la intensidad.
Por qué no importa cuánto sino cómo.
Porque no importa el final
si la historia es contigo.

Veo como Kilian se paraliza y me da una mirada nerviosa.
Damos la vuelta lentamente para encontrarnos con unos hombres armados y no son hombres que aprueben lo que Kilian hace.
—¡Pongan las manos donde las vea!
Veo a Kilian, tiene su rostro estoico, como si esto fuera del diario.
Alzo mis manos poco a poco esperando a que Kilian lo haga pero no hace ningún movimiento.
—Alza tus manos —dice el hombre de la ley de manera cautelosa.
—¿Por qué no mejor vienes y me las alzas? —podría decir que la voz de Kilian sonó casi juguetona.
El hombre parpadea inseguro, los demás le dicen que vaya.
Mi corazón se acelera cuando el hombre se acerca y patea en las piernas a Kilian haciendo que se doblegue. Un dolor en el pecho me grita que lo detenga.
—¡Corre! —la voz de Kilian me saca de mis pensamientos. Lo veo, como desarma al hombre mientras los demás corren hacia nosotros— ¡corre maldita sea!
Titubeo un poco pero terminó haciéndolo, empiezo a correr precipitadamente por las calles. Vagamente escucho como el sonido de un disparo.
—¡Detente!
Oigo esa voz algo lejos, no me detengo sino que corro más rápido.
Corro hasta que ya no tengo aliento, hasta que la mano me duele horrible por tanto movimiento.
Veo las calles, hay mucha gente ¿dónde estará Kilian? El pánico se apodera de mí al pensar que lo he perdido.
Camino desorientada buscándolo en cada calle, después de algunas horas me recargo en una esquina, rendida.
Sevilla ya no está tan lejos de aquí, eso me hace sentir emocionada pero mayormente triste.
Una mano toca mi hombro y me hace saltar asustada.
Mi corazón se calma al ver que es Kilian, tiene sangre en la nariz y un moretón le está naciendo en su pómulo.
Lo abrazo sin pensarlo dos veces, al instante él se congela pero lentamente sus brazos empiezan a rodearme, hasta que me abraza tan fuerte como yo a él.
—¿Qué pasó?
—Alguien debió verme y avisarles que estaba cerca, tenemos que movernos rápido, no han de tardar para volvernos a encontrar.
Su mano toma la mía y nos movemos ágilmente entre las calles, apenas y puedo mantener su paso, está actuando extraño.
—¿Estás bien?
Él sólo responde con un asentimiento. Arg.
—¿Seguro?
—Sí, seguro.
De nuevo esta intentando alejarme, está levantando sus murallas. De algún modo pienso que está bien, no tardamos en separarnos... Pero eso no hace que duela un poco menos.
—Vamos a ir con un amigo de mi hermano, no está lejos, solo me cambio y descansamos un poco. Ya no hay tiempo que perder.
Me encantaría perder el tiempo contigo, palabras que están en mi cabeza pero que jamás diría.

Llegamos a una puerta, la casa es toda de madera, luce realmente pintoresca desde afuera.
Nos abre un señor un poco grande pero con mirada amable.
—¡Saulé! —estrechan sus manos— pasen por favor.
—Valdi, ella es Dasha —me saluda cordialmente y hago lo mismo.
Cuando entramos Kilian le cuenta nuestro pequeño altercado, Valdi nos dice que es importante que nos apresuremos y que salgamos lo más rápido de aquí.
Nos enseña nuestra habitación y Kilian se pierde en el baño, yo solo me recuesto en la cama intentando descansar.
La mano me duele un poco más de lo normal.
—¿Me podrías ayudar con esto? —me habla Kilian desde la puerta del baño, su abdomen está cubierto de moretones y en el costado tiene una cortada.
Me levanto y me acerco a él.
—¿Puedes limpiar la sangre? Es que no alcanzo —dice casi apenado.
Tomo la toalla y empiezo a limpiar, veo como Kilian se contrae.
—¿Te duele?
—Un poco, nada que no pueda manejar —su arrogancia me hace sonreír.
Afortunadamente la herida no es algo serio, solo superficial.
Termino mi labor y enjuago la toalla, al terminar me doy cuenta en la situación en la que me encuentro.
Estamos en el baño, solos, con la mirada de Kilian incendiándome, su pecho sube y baja rápidamente y no puedo ignorar los latidos rápidos de mi corazón. La tensión que hay es mucho para esta pequeña habitación y es como si quisiese explotar.
Veo como traga saliva y juguetea con la venda que tiene en las manos, está nervioso. Yo sigo inmóvil preguntándome qué demonios hacer.
La razón me dice que salga de esa habitación, en unas horas me despediré de él para jamás volver a verlo, no tiene caso nada de lo que está pasando.
Pero hay algo más, algo dentro de mí que me grita susurradamente que lo acerque a mi y me consuma en sus labios.
No tengo idea de cuál sea la correcta. Pero posiblemente él si tiene una idea de que es lo mejor.
Sale del baño con la excusa de que va por agua.
Aún no me muevo de aquí, todavía puedo sentir su mirada, devorándome. Pero eso no fue suficiente.
En mi segundo intento por descansar siento como Kilian también se acuesta, la cama se hunde y el calor de su cuerpo lo siento en mi espalda.
Los dos estamos sumergidos pensando en tantas cosas, tantas cosas que no decimos, palabras  flotan entre nosotros como fantasmas.
¿En serio quieres que todo esto termine así? ¿Con una vano adiós y una sonrisa fingida? Mi corazón se siente pesado porque  en realidad será así.

Partimos de la casa de Valdi, nuestro siguiente destino es Sevilla, donde dejaré que una parte de mí se vaya. Veré a papá, eso es tan hermoso, simplemente me debo concentrar en ese hecho. No puedo dejarlo, no sé qué haría él si mi. Ha perdido tanto que ya no debo hacerlo sufrir más.
—No nos falta mucho para llegar —comenta Kilian, a lo que yo me quedo en silencio.
El voltea y me da una mirada rara.
—¿Quién en Darice? —con la rapidez con la que salen mis palabras me arrepiento.
Veo como se incomoda.
—¿Quién te dijo ese nombre? —su voz sale neutra, carente de emoción.
—Lo tienes en tu cuello —la calle por la que caminamos está algo vacía.
—¿Y por qué razón mi cuello es objeto de tu observación?
Arg.
—Solo lo vi por accidente, es todo —esta evadiendo mi pregunta.
—Pues cuida esa mirada, no sabemos qué otra cosa puedas ver por accidente —me dice con una mirada pícara.
Suspiro.
—Dudo ver alguna otra cosa por accidente, en unas horas no te veré nunca más —digo tratando de poner la realidad sobre nosotros.
Se queda en silencio y no dice nada en la siguiente hora.
Llegamos a un paso por el bosque, lo único que escucho es el crujir de las hojas mientras caminamos.
—Es el nombre de mi mamá —su voz sale brusca— la perdimos hace unos años.
Se nota que aún le duele. Desde aquí solo puedo ver su espalda, pero apuesto que su mirada es triste.
En un movimiento impulsivo tomó su mano, él de inmediato me ve, me imagino que se pregunta qué rayos me sucede.
—Entiendo un poco eso, también perdí la mía hace tiempo.
Aprieta mi mano. En ese bosque nos unimos un poco más.
Kilian está a punto de decir algo cuando se escuchan caballos y ruedas.
Me asustó por un momento ¿qué tal si vienen por Kilian? Pero él se ve bastante tranquilo.
—Aquí te dejo princesa.
Un latido fuerte, con dolor.
—¿Disculpa? —mi voz sale cortada.
—Vienen por ti —agacha la mirada y ve nuestras manos unidas.
—¿Quién viene por mí? —unas ganas de salir corriendo me atacan.
—Tu padre —su mirada sigue perdida.
—¿Cómo es que mi padre viene? —mi corazón galopa en mi pecho, como si quisiera huir antes de ser arrancado, al dejar, posiblemente, al único hombre que he amado. Aquí estoy, admitiendo mis sentimientos en un pensamiento.
—Le pedí a unos hombres que lo contactaran. Le voy a entregar a su hija al fin —espero, realmente espero, no ser tristeza lo que escucho en su voz.
Así que finalmente esto es todo, un vano adiós y una sonrisa fingida.
Se escucha que paran el carruaje a unos metros. Un hombre baja de él, es mi padre.
Mis ojos se llenan de lágrimas al verlo.
—Corre, vete —su voz sale suave, deja de ver nuestras manos para al fin verme.
Sus ojos partieron mi corazón ¿cómo puede decir eso mientras me mira así?
—Kilian...
—Ve con él, es hora de separarnos.
No, no, no, no. Me siento divida, en un lado mi padre me ve, intenta descifráramos y aquí Kilian me dice que me vaya, pero no deja mi mano.
Más carruajes se escuchan a lo lejos.
Kilian se alarma al instante, suelta mi mano y me empuja.
—Vete —susurra. Pero su mirada me grita que no lo haga.
Me doy la vuelta y le doy un enorme abrazo, uno que me alcance para toda la vida. Lagrimas mojan mis mejillas para correr por su hombro.
Lo suelto y soy sorprendida por un beso efímero, pero aún así hermoso. Limpia mis lagrimas con sus manos para darme por un último un beso en la frente.
—Tu papá te está esperando, corre —me susurra y asiento.
—Te voy a extrañar.
Y eso es lo último que le digo a Kilian después de darme la vuelta.
Y segundos más tarde suena el cañón de una pistola, justo detrás de mí.

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Un poco noche pero aquí está! Espero lo disfruten, los deje tantito en suspenso jojo xD
Actualizare lo más pronto que pueda, gracias por leerme y sus bellos comentarios, siempre me dan animo. Si les gusto el capítulo ya saben 7u7
Les deseo un excelente inicio de semana.

Si te vuelvo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora