Capitulo 37

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Ella sólo le teme al miedo
y hasta el miedo la amaría.

¿Lo que hacen con todas? Aventarlas a una sucia celda y luego encerrarlas. Es la parte menos agradable de un barco.
El dolor de cabeza ha desaparecido y ha venido un tremendo vacío en mi interior ¿qué van a hacer conmigo? Tengo miedo, pero debo ser valiente.
El peor error que puede cometer tu enemigo es subestimarte, si logras eso ya tienes la batalla ganada ¿cómo hago que me subestimen?
Me quedo pensando hasta quedarme dormida, increíblemente.

Alguien golpea los tubos de la celda despertándome.
Abro los ojos, es el hijo del capitán.
—Mi padre quiere verte, levántate.
Me levanto despacio, el barco se mueve demasiado.
Tengo miedo, muchísimo ¿qué me va a hacer? ¿Y si me lastiman?
Me aterra pensar en lo que me pueden hacer estas personas.
—Deprisa niña —me habla como si fuera idiota.
¡Eso es!
Abre la celda y salgo.
Si pretendo ser una mujer caprichosa posiblemente me subestimen.
—Muévete —me empuja.
Al parecer ese caballero no sabe de modales...
Me vuelve a empujar.
—¡Oye me lastimas! —hablo con la voz más chillona e irritante posible.
Él hace un gesto de asco.
—Me importa un bledo como te sientes, muévete.
Suspiro ruidosamente y pongo los ojos en blanco, soy buena en esto.
Pero mis manos no dejan de temblar, las escondo en las mangas enormes de la chaqueta de papá.
No debo dejar que vean mi miedo, si lo ven se darán cuenta que tienen poder sobre mí.
Subimos por unas escaleras y de ahí caminamos al camarote. Los hombres notan mi presencia inmediatamente, me ven de manera curiosa, el ritmo de mi corazón aumenta.
—Por aquí —me vuelve a empujar, estoy frente a la puerta del camarote, él toca la puerta.
En lo que esperamos a que el "Capitán Falcón" abra, algo llama mi atención, es un señor, pero tiene los ojos azules más hermoso que he visto...
—¡Saeed! —abre el capitán— pasa —entramos, su camarote está muy ordenado— señorita —dice dirigiéndose a mi y pone su mano para que la tome, lo miro con repulsión.
—Al parecer no le enseñaron modales a la niña —dice Saeed. Mira quién habla.
—¿Por qué debería mostrar modales con un pirata? —utilizó la voz chillona, aunque todo en mi interior está a punto de explotar.
El Capitán alza las cejas y me mira fijamente, le mantengo la mirada, espero que no vea el miedo en mis ojos.
—¿Cómo te llamas?
—¿Acaso eso le importa?
—¡Oye! Muestra más respeto al Capitán —grita Saeed mientras su palma se dirige hacia mi rostro, pero una mano lo detiene.
Estoy segura de  que toda la seguridad que pretendo se desvaneció por un instante.
—Saeed —El Capitan le lanza una mirada dura y luego suelta su mano— sal de aquí, mejor ve a ayudar a tu hermano.
Saeed sale muy enojado.
Intentó recuperar la mirada arrogante pero no estoy segura si lo conseguí.
Es lo que me gano por actuar como toda una mujer consentida.
—Mi nombre es Kasper, toma asiento por favor— me siento, y él toma asiento del otro lado de la mesa, justo enfrente de mi, observó la mesa, es linda— era muy exquisito el vino que traían.
—Claro, es para personas importantes —hablo con aire despectivo, no sé de dónde saco tantas barbaridades.
Él solo me ve fijamente, mentiría si dijera que sus ojos no son intimidantes, te ven como si estuviera saboreando de que estás hecho.
—Delmau... Interesante nombre —dice viendo la botella— ¿es tu apellido? —asiento, se está portando más amable de lo que imagine, no sé si estar asustada o agradecida— supongo que la venta del vino va bien —¿por qué quiere saber eso? No sé qué contestar— Mira no sé que pienses que te vamos a hacer, pero no somos unas bestias sin sentido común —tal vez su hijo si... — no pretendo lastimarte de ninguna forma pero debes cooperar con nosotros si quieres ver a tu familia de nuevo y regresar a tu cómoda vida.
¿Cómoda? Al parecer mi actuación esta sirviendo.
—¿Qué desea Señor Falcón?
—Si tu padre te quiere de vuelta, tendrá que hacer negocios conmigo.
Me quedo en silencio ¿negocios? Dinero es lo que justamente necesitamos ¿y si le pide mucho y nos deja sin nada? Papá le daría la cantidad que quisiera por mi. Tengo que escapar.
—¿Cuánto es su precio?
Me muestra una sonrisa lenta, esa sonrisa me dio miedo, como si ya me tuviera descifrada.
—¿Cuánto vales? —me pregunta.
Si le doy una respuesta arrogante le pedirá mucho a mi padre, y si no, tal vez no tanto, o es igual y sea cual sea mi respuesta le pedirá demasiado.
—Para usted estoy segura que no mucho —digo al fin.
—¿Por qué lo dices?
—La manera en la que le arrebata la vida a personas inocentes solo demuestran que en realidad es una bestia sin sentido común que no le da ningún valor a la vida humana. Así que en conclusión no valgo nada para usted.
Respondo impulsivamente, tal vez me gane un buen golpe, pero justo ahora le sirvo más a papá muerta.
Kasper inmediatamente cambia la mirada y noto como sube la guardia, joder, olvide que tenía que dar respuesta tontas y superficiales. Aunque esa fue estúpidamente valiente.
Esta recalculándome, volviendo a estimarme, tal vez se dio cuenta que no soy la frecuente niña tonta. Bueno solo un poco.
—Eres más interesante de lo que aparentas —responde después de su análisis.
—Las personas con dinero normalmente lo son.
Ahora me da una mirada confundida. Perfecto, he confundido al pobre hombre y le he dado a entender que tengo mucho dinero.
Al final se levanta y camina alrededor de la mesa hasta quedar justo detrás de mí. Y se acerca por mi espalda, siento su respiración, más vale que no me toque...
—Eso ni tú te lo crees —su aliento sopla en mi oreja y hace que me exalte dándome la vuelta y viéndolo fijamente.
Es muy guapo, entre más te acercas más te das cuenta. Y esos ojos verdes son perturbadores, gracias a Dios que su hijo, Saeed no heredó esa mirada.
—Claro que lo creo ¿podría mantener una distancia respetable de mi? Gracias —me volteo y pongo los ojos en blanco.
Su mirada me pica.
—¡Neelam! —grita e inmediatamente aparece el señor de ojos azules— llévala a su celda. Hasta luego señorita Delmau.
Me levanto mientras ojos azules va detrás de mí, cuando bajamos la escalera me da la mano para ayudarme a bajar, me agrada.
Me deja adentro, cierra y sube las escaleras.
Después de unas horas la marea se pone peor, me siento horrible, el barco se mueve de maneras que creí imposible que se moviera un barco, me siento tan mal, el vestido es lo más incómodo del mundo, no he comido, no he podido dormir, extraño a mi padre, tengo frío y empiezo a llorar. La celda es la única que ve cómo me derrumbo, todas mis emociones explotan ahí adentro, explotan con toda la fuerza con la que llevo reteniéndolas, el miedo, enojo, coraje, tristeza. Todo explota ahí hasta que después de tantos sollozos me quedo dormida.

El sonido de unos pasos me despierta, el dolor en el cuello se hace presente, después de que mis ojos se acostumbran a la oscuridad veo a la silueta bajando las escaleras y luego camina hacia una esquina, su forma de caminar es con mucho porte, casi con arrogancia, no alcanzo a distinguir bien pero es alto. Toma una pequeña silla y se sienta.
La única luz es la de la luna, entra por la parte en donde están las escaleras, toda la luz cae sobre la celda pero justo en la esquina en donde él está, todo es oscuro.
—Solo venía a comprobar si seguías viva después de la tormenta.
Su voz es ronca pero suave.
¿Tormenta? Con que eso era. Me siento demasiado agotada para darle una respuesta desafiante así que solo lo ignoro e intento dormir.
Pero no puedo, a pesar de que todo está oscuro siento su mirada sobre mi, quemando. Me hace sentir desnuda, como si botara los barrotes de la celda que me rodean y sus ojos estuvieran estrujando mi alma.
Lo miro nerviosamente, apenas y lo distingo en la oscuridad, pero hay algo en su presencia que me altera.  Algo en él hace que me sienta intranquila ¿o es él?
Después de acomodarme de aquí a allá y del arduo esfuerzo de ignorar esa mirada que proviene de la oscuridad, me duermo.
Pero esa noche soñé con una sonrisa, que me hacía perder el control en sus peligrosas curvas.

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Actualización rápida, se las debía :*
Si les gusto voten, aún espero su opinión sobre todo esto *0*
Gracias por leerme, me apoyan de maneras que no se imaginan.
Bonita noche ❤️

Si te vuelvo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora