Sabemos que en realidad, no querías verme.
Esa es la respuesta de Kilian, demonios, qué he hecho.
Me subo al auto, pensando en qué responderle, pensando en el extraño encuentro con Nat, pensando en las emociones que sentí ayer cuando vi que lastimaban a Derian. Todo da de vueltas en mi cabeza, todo el día, y me siento paralizada, mi mente no sabe qué hacer.
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Escucho mi alarma, me cuesta identificar que está sonando, pero cuando lo hago la apago. Estaba teniendo un sueño hermoso. Un sueño con Kilian, donde los dos estábamos juntos y nada nos separaba, donde nuestros sentimientos fluían como un río... pero desperté.
— Dasha, ya está el desayuno —pasa mamá por mi cuarto.
Hace frío, esta nublado, débiles gotas se estrellan contra mi ventana, apenas perceptibles.
Me levanto para otro día. No sé qué hacer con Kilian, cada cosa que hago empeora la anterior, tal vez solo debería ser sincera y decirle cómo me siento pero...
— Aquí están tus huevos, cariño —mamá me pone un plato enfrente— Te levantaste muy temprano ¿dormiste bien?
Recuerdo el sueño, besaba mi mano, ponía mi cabello detrás de mí oreja, mordía mi labio mientras...
— Sí —susurro— dormí bien.
—Pues no parece —baja Peter y la conversación se torna en palabras que no escucho.
¿Realmente esta será mi vida? ¿Soñar con algo que jamás tendré? ¿Tener tan cerca lo que deseo, casi como estirar la mano y tocarlo, pero aun así no poner tenerlo?
Me suena ridículo y doloroso.
— Se tapan bien —dice papá cuando llega— parece que no va haber buen tiempo.
Termino de desayunar y me alisto, cuando veo la hora, parece que por primera vez en mucho tiempo voy temprano.
Entro a mi auto, giro la llave y nada... parece que el motor se ahoga antes de encender.
Por Dios, mi auto no puede ser más oportuno.
Giro la lleve de nuevo y de nuevo y de nuevo. No pasa absolutamente nada.
— Parece que no arrancará —declara papá desde la puerta.
— ¿Qué te hace pensar eso? —respondo.
Solo me fulmina con la mirada mientras sale, abre el cofre.
—Controla ese humor señorita —me dice cuanto llego a su lado.
Arg, estúpidos sueños perfectos con Kilian que me hacen sentirme como una mierda cuando despierto.
—No tengo ni idea de qué rayos le pasa —se talla la cabeza— lo mejor es que hoy vayas a pie.
El cielo truena.
— Y te lleves una sombrilla.
Suspiro, este día no me da buena espina.
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Voy caminando toda encogida dentro de mi paraguas, cuidando que no me moje en los costados y mi mochila, Derian también aborreció a mi auto por descomponerse justo este día. Afortunadamente solo es una pequeña llovizna.
— Hey —me dice Bastian cuando me lo topo en el pasillo.
— Hey —ve el paraguas.
— ¿Y tú auto?
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Si te vuelvo a amar
RomansaHay poco qué decir sobre esta vida, las cosas que pasaron no puedo estar segura si fueron por mi elección. Pero solo puedo estar segura de una de ellas, una decisión que tomé consciente y voluntariamente, si iba a arruinarme la vida qué mejor que fu...