¿Y la primera vez que nos vimos? Tú desviándome la mirada, yo comiéndote con los ojos, intentando parar los mil antojos que me pedían morderte.
Una melodía suave toca mi pecho, de pronto me siento en paz, en el lugar indicado, el en lugar necesario.
Kilian se da cuenta de todo y baja la mirada inmediatamente, evita mis ojos, quiere irse.
Y me vuelve a doler.
— Adiós, Kilian —lo paso, siento como si mi cuerpo de desgarrara cuando lo dejo.
Estoy actuando contra mi instinto de supervivencia, muero cada que estoy poco más lejos de él.
— ¡Dasha! —me grita, pero es uno agónico.
Cuando me doy la vuelta me está esperando, pero su mirada sigue abajo.
— Papá murió —sus hombros comienzan a moverse, está llorando.
Nicolai...
Corro a abrazarlo y cuando lo hago él me sostiene con tarta fuerza, solloza en mi hombro hasta que su voz se vuelve ronca.
Es un barco a la deriva, se está deshaciendo, y siento que soy ancla. O tal vez también me estoy hundiendo con él. Nicolai era mi amigo, me duele que ya no este, pero su salud ya era mala. El es de esas personas que debieron ser eternas.
Se separa de mí y con el dorso de su mano intenta limpiarse algunas lágrimas.
Sus ojos... toda su expresión es muy triste.
— Tengo que... ir a arreglar todos sus papeles.
— ¿Y Nat?
— Salió con su esposo, llegan en la noche, es que todo pasó de repente —pasa la mano por su cabello.
Vete de ahí, Dasha.
— ¿Qué debes hacer?
— Papá ya dejó todo listo, solo debo ir por su —se aclara la garganta— cuerpo al hospital y notificar a la funeraria.
No te quedes.
— ¿Crees poder con eso?
Entonces su mirada me encuentra. Me pide ayuda a gritos. No puedo con nada ahora mismo.
— Te necesito —lagrimas caen por su hermoso rostro.
Mi mano adquiere vida propia y la paso por su mejilla, esta rasposa, con poquita barba.
Kilian cierra los ojos e inclina su rostro hacia mi mano.
Aquí pertenezco.
De esto estoy hecha, cada parte de mí es para él.
Me duela o no, este bien o no, así es la verdad, no pretende agradar a nadie, ni mucho menos complacerlo, simplemente ser la verdad, Kilian es mi destino, una y otra vez, no porque el universo lo haya puesto enfrente de mí, el universo me ha puesto a muchísimas personas, pero siempre, vida tras vida, no importa cuándo ni dónde, lo vuelvo elegir él.
No significa que esta vida la pase con él, o puede que sea la última, puede que después de hoy jamás lo vuelva a ver, significa que siempre que el universo me dé a elegir será Kilian.
Puede que mañana siga con mi vida, pero esa es la verdad.
— ¿Quieres que vaya contigo al hospital?
Asiente, caminamos a la casa y me da las llaves de su auto.
En todo el camino solo veo como Kilian se derrumba, poco a poco cae, sus ojos están perdidos.
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Si te vuelvo a amar
RomansHay poco qué decir sobre esta vida, las cosas que pasaron no puedo estar segura si fueron por mi elección. Pero solo puedo estar segura de una de ellas, una decisión que tomé consciente y voluntariamente, si iba a arruinarme la vida qué mejor que fu...