Si te vuelvo a amar

Capitulo 90

Y ven pronto,

que esto está siendo

demasiado perfecto

y a lo mejor no me lo creo

hasta que vuelvas a besarme.

— ¿Estás bien? —sus ojos me ven inquietos.

— Sí, estoy bien —le respondo nerviosa, Camilla sigue con su mirada clavada en nosotros.

Kilian no me cree, lo veo en su cara, pero no me dice nada.

— Luego —murmura cuando Cam se nos acerca.

— Hola Dasha, qué bueno verte —me da una sonrisa muy estirada.

Pone su brazo con el de Kilian.

Mío.

De repente me siento muy incómoda y quiero golpear a Neelam por convencerme de regresar, mentalmente lo golpeo, eso alivia un poco mi frustración.

— Papá ya... —Kilian se queda mudo y lo entiendo, ya lo cremaron.

— Está bien ¿te las van a entregar?

— En un rato.

Camilla solo pasa su mirada entre él y yo.

Tenemos un silencio, uno incómodo.

— ¿Cómo están mis tíos? —me dice ella intentando acabar con el silencio.

—Muy bien.

No sé qué demonios decir.

— ¿Y tus papás? —mi voz suena malditamente aburrida.

— Están muy bien, gracias.

Arg, al carajo, yo me largo.

— Creo que es hora de que me vaya... —Camilla muestra alivio al instante.

—No, tienes que quedarte hasta el final —odie la necesidad que se escuchó en la voz de Kilian. Y la amé.

— De acuerdo, voy con Nat —me alejo, no quiero ver qué pasa después de eso con ellos.

— ¿Ya estas mejor? —le pregunto, Noelia está durmiendo en sus brazos.

— No, cada segundo que pasa me imagino que pasara lo peor con Kilian.

—Confía en mí —le respondo— él no te va a dejar.

Nos quedamos calladas, pero ese es un buen silencio, dónde tu mente está ocupada.

No me esperaba esa información de Kilian, ahora siento que ya lo conozco un poco más, y al mismo tiempo siento que lo desconozco.

— ¿Sabes qué es lo que no me duele tanto?

Nat me saca de mi trance.

— No, no sé.

—Papá fue feliz, uno de los últimos días me lo dijo, que él tuvo una vida buena y que si algo le pasaba tenía que estar segura de que él fue alguien feliz —por su mejilla pasan algunas lágrimas.

— Lucía como alguien feliz.

Nat sonríe.

—Lo sé. Pero lo voy a extrañar muchísimo.

— Cualquiera que lo haya conocido lo extrañaría, es imposible no hacerlo —digo.

— Papá te prefería a ti.