Capitulo 58

523 39 58
                                    



Si todo pereciera y él se salvara, yo podría seguir existiendo; y si todo lo demás permaneciera y él fuera aniquilado, el universo entero se convertiría en un desconocido totalmente extraño para mí.


Veo como el humo del café sale de la taza, es tan bello la forma en que lo hace, casi una danza.

— ¿No vas a ir a ver a Camilla? —papá interrumpe mis pensamientos.

—La veré en el funeral. Ha de estar cansada, primero en el hospital y luego todo esto.

— ¿No quieres ir a hablar con ella antes? Tal vez te necesite.

Cierro los ojos y me la imagino, acostada en la cama mientras se desmorona lágrima por lágrima.

—No creo, ella necesita estar a solas. Ahora debe tener esa intimidad con su dolor, conocerlo, sentirlo... será su compañero durante unos largos meses... Debe llevarse bien con su dolor.

Papá me mira desconcertando.

— ¿De dónde demonios salió eso?

— Uh, no lo sé.

Me quedo toda tarde en la cama, mirando el techo, allá afuera hace mucho frío ¿De dónde salieron esas palabras? No tengo idea, pero las dije; puede que en alguna parte de mi mente, sepa cómo se siente perder a alguien que amas.

Inmediatamente vienen a mi cabeza la imagen de Kilian, su cuerpo sin vida está enfrente de mí, con una daga sobre su pecho. Dos latidos fuertes, dolor. Alguien toca mi puerta, una lágrima escapa por mi mejilla. Alguien entra a mi cuarto, cuatro latidos fuertes.

— ¿Dasha? Es hora de irnos —es Peter— ¿estás bien?

Me levanto de la cama y veo a mi hermano de abajo hacia arriba, lleva un traje negro y está perfectamente peinado, sus ojos cafés son brillantes, como de un color moka, se ve guapo.

— Sí, estoy bien.

Salimos de la casa y vamos hacia el funeral, nadie dice nada en el trayecto, la muerte ha establecido una penumbra que nos cubre.

Al llegar todo está como esperábamos, elegante y sombrío. Cuando llego lo primero que veo es a Camilla en una esquina, está tomada de la mano con la mamá de James, las dos están llorando de forma silenciosa. Y eso me parte el alma.

— ¿Vas a ir con Camilla? —dice mamá.

Niego con la cabeza y camino hacia el baño. Me echo agua en la cara, toda esta situación está despertando sentimientos en mí que jamás había sentido, una nostalgia punzante en el pecho. Me miro en el espejo, solo queda una sombra de los moretones, tengo un terrible aspecto. Un desastre andante.

Los hechos me superan ¿Qué se supone que le dices a alguien que acaba de perder al amor de vida? No puedes decirle nada, no son heridas que se curen con facilidad. Y tengo que ser fuerte por ella, me necesita, el problema está en que no tengo idea de poder ser lo que ella necesita, no me siento fuerte, me siento tan endeble como una hoja en otoño.

— Dasha, vamos a ir con tu prima —mamá me ve desde la puerta del baño, está preocupada.

— Voy.

— ¿Estas bien?

No lo sé.

— Sí.

Llegaron muchas personas, algunos los identifico como los compañeros de su escuela, otros son mi familia, tíos, primas, sobrinos... la gente es tanta que me ahoga y sé que Camilla se siente igual.

Si te vuelvo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora