Porque los deseos se piden a la cara y no a las estrellas.
Mi corazón late rápido por unos segundos para luego romperse.
Cuando está al borde del mundo, cuando la espada está a centímetros de su pecho... cuando la avalancha esta sobre él, siempre hace eso. Intenta distraerme, me dice algo lindo o dulce.
Mi duda ahora es si todas las cosas bonitas que me ha dicho son para ese propósito.
Miro su cara, está esperando mi reacción, me conoce, sabe lo que quiero escuchar, sabe que amo besarlo, sabe de mí.
Me enoja, crece como un remolino de emociones negras, se deshace y se forma con más fuerza. En mis ojos se ve todo ese caos, lo sé, porque no me molesto en ocultarlo, quiero que Kilian lo sepa, que vea lo que provoca.
— No sé, nunca he querido besar a alguien bajo la lluvia.
Me doy la vuelta y recojo el paraguas, a estas alturas ya no tiene sentido que me cubra de la lluvia.
— ¿Dasha? —su voz esta desconcertada.
No le respondo, sigo caminando, las gotas caen contra mi cara, la lluvia cae en mi contra, cómo si me obligara a regresar.
— ¡Dasha!
Camino, esta vez su voz no me detendrá.
Extrañamente me siento harta de todo esto, estoy dispuesta a entregarle mi corazón, estoy dispuesta a luchar a su lado una vida más, lo sabe, pero parece que eso no vale nada para él. Solo me sigue dando miradas misteriosas.
— ¡Dasha!
Su mano llega a mi brazo, me voltea, brusco, lo tengo de frente en menos de un segundo.
— ¿Qué quieres, Kilian? —mi voz sale débil.
—Quiero que te quedes —la lluvia escurre por su hermoso rostro.
— ¿Por qué?
— Porque... porque —deja caer su mano de mi brazo, se talla la cara.
— Dilo.
— No puedo —susurra. Mira para todos lados.
— ¿Por qué no puedes?
—Yo... solo necesito que sepas que te quiero aquí, conmigo.
Ay. Me duele y me encanta.
— Yo te necesito a ti.
Lo dije, no diré más aparte de esto.
Kilian solo parpadea, se quita el agua que pasa por sus ojos, mira de aquí para allá, pero no me ve, no me dice nada.
Suspiro.
— Déjame en paz —camino, pero ahora nadie grita mi nombre detrás de mí, se me hace una grieta más en el corazón.
Llego a la calle de mi casa, le lluvia apenas me deja verla. Me cuesta caminar hacia ella, mis pasos se sienten pesados, mi alma se quedó atrás atada a los ojos de Kilian.
¿Cómo puedes seguir sin tu alma?
Doy un paso y antes de terminar el con el otro pie, soy jalada por unos brazos, me aprieta con él, está respirando con dificultad, su ropa mojada se pega a la mía, pero me abraza, me está diciendo algo, hay un mensaje en esos brazos que me estrechan contra su cuerpo.
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Si te vuelvo a amar
RomanceHay poco qué decir sobre esta vida, las cosas que pasaron no puedo estar segura si fueron por mi elección. Pero solo puedo estar segura de una de ellas, una decisión que tomé consciente y voluntariamente, si iba a arruinarme la vida qué mejor que fu...