Dios me ha contestado: «Mi amor es todo lo que necesitas. Mi poder se muestra en la debilidad. 2 Corintios 12:9
Existen momentos en la vida en donde pareciera imposible luchar contra una debilidad. Momentos en donde el pecado es más fuerte que nosotros mismos y que no podemos dejar de hacerlo. El apóstol Pablo decía "Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace sino el pecado que habita en mí. (Romanos 7:18-20 ) .El pecado hace que la luz de nuestro espíritu se apague, que nuestro oído espiritual se ensordezca y que poco a poco vamos sumergiéndonos en un abismo oscuro de donde creemos que jamás podremos salir.
Hoy quizás te encuentres pasando un episodio de esos, en el cual no sabes que hacer, que decisiones tomar o cómo afrontar lo que estás viviendo. Sin embargo estoy seguro que en medio de todo el caos que puedas estar pasando si te rindes a Dios y confiesas tu pecado, experimentaras a Dios de una forma única; pues en los momentos en donde más débiles parecemos son los que nos hacemos más fuertes si confiamos en Dios y estamos dispuestos a escuchar su voz.
Hoy te invito a doblar tus rodillas delante de Dios, a reconocer tu necesidad profunda de Él, a reconocer tus debilidades; y al mismo tiempo reconocer que ya no puedes más. Si lo haces, Dios se manifestará de una forma especial en tu vida, abrazándote con su presencia, ministrándose con su amor y fortaleciéndote con Su Espíritu en cada área de tu vida, renovando tu mente y tu corazón para siempre.Decídete hoy de una vez y por todas a dejar atrás ese pecado oculto que te consume y sal adelante; DIOS ES MÁS FUERTE QUE TU DEBILIDAD!.
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DEVOCIONALES!!!
SpiritualitéLa evidencia de que Jesus te ama es cierta, pero al final es tu decisión tomar, o no, su oferta!!! Cada día tenemos situaciones difíciles, en las que ya no aguantamos mas,que queremos tirar la toalla y creemos que no hay esperanzas... pero, hey! Dio...