Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Proverbios 4:23
Hay momentos en donde no tienes que decidir con el corazón, sino con tu cabeza, es decir, pensar muy bien en lo que estás a punto de decidir y en las consecuencias que esa decisión acarreara. Hoy quiero dedicar este Devocional a todas aquellas personas que en un momento determinado han tenido la valentía de decidir con la cabeza y no con el corazón y las otras que necesitan tomar una decisión importante en su área sentimental.
Hay relaciones amorosas que lejos de ser de bendición se vuelven dañinas y deben tomar una determinación radical con respecto a ellas. Hay muchos otros que quizá no estén en este momento en una relación pero estén a punto de entablar una ahora o en futuro próximo, a ellos en especial les digo: DECIDAN CON LA CABEZA, NO CON EL CORAZON.
No escuches la voz de tus sentimientos porque pueden ser engañosos. Escucha más bien la voz de Dios que te envía a tu cabeza y El te dejara saber exactamente lo que tienes que hacer. Y si es una decisión que a lo mejor vaya en contra de los sentimientos que en este momento te embargan, entonces sé muy valiente y toma las decisiones que tienes que tomar, porque esas decisiones que vienen de parte de Dios siempre serán las más acertadas.
No sólo porque dice que te ama vas a casarte con el o ella, trabaja?, es un hombre o una mujer responsable?, tiene ambiciones?, es un flojo o floja que quiere estar mantenido?, lo más importante es cristiano?, y si no!, grave!
Hoy quiero animarte a tomar decisiones CON LA CABEZA, NO CON EL CORAZON, a que le pidas a Dios que te guíe en cada momento y decisión. No te dejes llevar por la emoción del momento, porque las emociones son cambiantes, pero lo que Dios te diga o de la forma que Él te dirija siempre será la correcta.
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DEVOCIONALES!!!
EspiritualLa evidencia de que Jesus te ama es cierta, pero al final es tu decisión tomar, o no, su oferta!!! Cada día tenemos situaciones difíciles, en las que ya no aguantamos mas,que queremos tirar la toalla y creemos que no hay esperanzas... pero, hey! Dio...