Querido chico rubio

Capitulo 1

Nick

Hoy por fin he podido hablar con Thomas, mi querido chico rubio. Fue corto ya que solo me presente; esperó no halla pensado mal de mi por ese abrazo. Estaba tan emocionado que no pude pensar, además que sentía mis mejillas arder.

  Después de ese extraño momento que hice al darle el abrazo corrí todo lo que pude hacia mi salón, no mire a mi alrededor. Solo corrí y corrí hasta chocar con alguien, por lo que caímos al piso

-Que te pasa imbécil- grito enojada la otra persona

-yo, yo lo siento- dije asustado, me levante y extendí mi mano- ¿necesitas ayuda?

-ya que- dijo tomando mi mano para pararse

-bueno, con, con su permiso yo me retiró- dije nervioso, di la vuelta y empecé a caminar

-espera un momento- dijo llamando mi atención

-que, que pa-pasa- dije tartamudeando del susto

-¿Cómo te llamas?- pregunto sonriendo de forma escalofriante

-me, me llamó Ni-Nick- dije asustado

-bien Nick, almorzarás conmigo; para compensarme claro- dijo pasando su brazo por mi hombro y arrastrarme con el.

  Me llevo hasta la cafetería, nos sentamos en una mesa bastante alejada.

-quédate aquí, ahora vuelvo- dijo con el ceño fruncido

-esta bien- me limite a decir sin voltearlo a ver.

Por que me pasa esto a mi, ¿será mi castigo por no decirle nada a Thomas?. Voltee hacia donde fue aquel chico. Era alto, mas que yo e incluso que Thomas ; diría que mide alrededor de 1.86. Su cabello era castaño, sus ojos eran de color verde y su tez era olivada. Fue a comprar comida, supongo.

-ya regrese- dijo sonriendo

-bien-bienvenido- dije sorprendido ya que no me di cuenta de cuando llego

-te traje esto-dijo sacando algo de una bolsa. Era un panecillo de chocolate y una bebida caliente

-muchas gracias- dije esbozando media sonrisa. Tomé lo que me compro y le di un mordisco

-mi nombre es Santiago Rivera, voy en segundo y tu- pregunto mordiendo su pan

-yo voy en primero- dije apartando la mirada

-vamos, no me temas. No fue mi intención asustarte- dijo riendo- por cierto, ¿Por qué corrías?

-Eh, no, no fue por nada- dije nervioso- siempre o casi siempre corro por nada

-ah, esta bien- dijo confundido, tal vez no se creyó eso- pero cuidado, sabes que no debes correr por los pasillos- dijo con tono de preocupación

-si, lo se siempre me regañan por eso- dije riendo- pero no lo puedo evitar

-y por que tu cabello cubre tus ojos- dijo alzando mi cabello dejando ver mis ojos violetas- si son de un color muy bonito

-es que soy muy tímido- dije agachando la cabeza, un poco ruborizado- y no soy muy bueno hablando

-bueno*mira su reloj* ya se casi se acaba el receso así que vuelve a tu salón- dijo acariciando mi cabeza

-esta bien- dije sonriendo- gracias por la comida

-no hay de que- dijo riendo.

Fue agradable hablar con él. Admito que al principio me aterro un poco, pero es muy amable.