Capitulo 120

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Thomas
**Las imágenes que verán en medio de la historia son para los flashbacks y separarlos de la historia por así decirlo, obviamente seguirán estando en cursiva... disfruten.

Desperté de un agotador día, me maldije por no haber cerrado la cortina de la ventana ya que ahora me daba el sol en la cara. Gruñí bajo, me iba a levantar para cerrarla, pero algo me detenía; Nick estaba dormido sobre mí, muy aferrado y sin querer soltarme.

Suspiré al recordar el día de ayer y acaricié su cabello con cuidado, no creo que vaya a querer volver a su casa por un tiempo, aunque no sé porque, pero si se puso así de mal tampoco lo obligaré.

—Tom... cierra cortina —dijo Nick bostezando y acurrucándose entre las cobijas — as... por favor.

—Primero suéltame —respondí no queriendo reír, aunque tampoco podía sentarme en la cama.

—No quiero...

Dicho eso se pegó más a mí, ocultándose entré las cobijas. Sonreí y lo abracé, nunca entenderé porque le gusta dormir así si hace tanto calor... aunque creo que a él no le molesta. Tome mi celular con pereza para revisar la hora. Eran apenas las diez de la mañana. Suspiré, y volví a dejar el celular en su lugar, empecé a recordar lo de ayer, tratando de analizar la situación.

Estaba haciendo comida para mí, pues mi hermana vive más en casa de su novio que aquí y mi adorable e incitador novio iba a hablar de algo importante con sus padres

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Estaba haciendo comida para mí, pues mi hermana vive más en casa de su novio que aquí y mi adorable e incitador novio iba a hablar de algo importante con sus padres.

Apagué la estufa y me senté en el sillón para ver la televisión, pero Damián me llamó diciendo que Nick había salido corriendo de casa después de escuchar la verdad sobre algo y no lo hallaba; colgué y llamé a los que pude para ayudar, solo vino Rebeca y entre los tres lo buscamos.

Después de varios minutos angustiantes lo encontramos arriba de un árbol, bien abrazado al árbol.

—¡Nick, que haces ahí, vamos baja! —le grite preocupado, al verme se sorprendió, pero negó rotundamente.

—¡NO! Si bajo me llevarán de nuevo con... con ellos y no quiero —exclamo llorando sin dejar de negar con la cabeza.

—¡Claro que no lo haremos, vamos Nick, Thomas te cuidará muy bien! —esta vez grito Rebeca preocupada, pero podía sentir que sonreía... malditas niñas y padres pervertidos.

Después de un rato convencimos a Nick de bajar; estire mis brazos para atraparlo y aun así ambos caímos al piso, pero logre que no se hiciera daño. Cuando nos levantamos lo iba a abrazar, pero apareció Damián y todo volvió a empeorar.

—Lo sabía, me llevarán a esa casa de nuevo, me engañaron —exclamo llorando nuevamente, se soltó de mí y volvió a salir corriendo.

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Querido chico rubioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora