Damián
Por fin lunes... Bueno no, tengo que ir a la escuela y no quiero. Pero ya casi entro a la universidad, solo debo esforzarme. Por si se preguntan, voy a una prepa diferente de mi hermanito porque el quiso entrar a esa en la que esta.
Me puse mi uniforme, desayune y salí de casa, mire al frente sorprendido pues se encontraba Mike con su moto, supongo que esperándome.
-Buenos días Damián- dijo moviendo su mano de un lado a otro. Le hice una seña y camine a donde estaba.
-¿Que haces aquí?- pregunte de mala manera, frunciendo un poco el entrecejo.
-Vine a llevarte a la escuela- dijo con una sonrisa en su rostro, dándome un casco.- vamos sube.
-No me voy a subir, además prefiero caminar- me excuse algo mal, no me quedaría solo con él; le devolví el casco dispuesto a irme.
-Vamos no seas injusto- dijo haciendo un pequeño puchero, volteo la cara mirando a la calle. Haber si ahora si se rinde- además... Llegaras tarde.
-...- tiene razón... Mire mi reloj disimuladamente y faltaban 15, y normalmente es media hora de camino.-bueno... Pero, pero no sabes donde estudio, ¿o si?
-Claro que lo se, mi hermana estudia ahí- me devolvió el casco e hizo una seña para que subiera.
Me puse el casco, seguía indispuesto, pero no podía llegar tarde; así que me subí, sosteniéndome de la parte trasera. Dio marcha y al final me sostuve de él por temor a caer.
-Llegamos ya- dijo Mike. Lentamente abrí los ojos y en efecto llegamos; me baje y salí corriendo dentro de la escuela.
Llegue a mi salón, tome mi lugar y..., todavía traía el casco de Mike. ¡Rayos! Tendré que volver a verlo para devolvérselo; menuda suerte la mía.
-Buenos días querido- saludo Sam tan alegre como cada mañana, voltee a verle y cuando me vio pude notar que contenía la risa- ¿y ese casco de donde salió?, ¿Qué acaso vas a la luna o a marte?
Decidí ignorarlo y mejor voltear a ver a la ventana, no sin antes quitarme el casco. Inevitablemente fruncí el ceño. Casi al instante Sam me tenia entre sus brazos, "llorando", quejándose y apretujándome.
-Ya, ya lo siento Dami. No te pongas así, no te enojes- repetía incesante Sam, apretujando más a Damián contra su pecho.
Damián hecho una rápida mirada a sus compañeros que los miraban. Unos ya normal, otros encantados con esa escena y otros más algo asqueados. No le presto importancia, y siguió con su molesto amigo.
-Ya pues, pero suéltame Sam- dijo Damián ya rendido. Al instante el mencionado lo soltó y se sentó a su lado- no tengo opción, eh...
-No, claro que no. Ahora habla- dijo Sam emocionado. Sus ojos brillaban, su curiosidad era tan grande que molestaba a Damián.
-Bueno... lo que paso es que Mike me trajo a la escuela y por querer huir de el salí corriendo, trayendo el casco conmigo- explico Damián desganado, o más bien cansado de tener que explicar las cosas que hacia con sus amigos; aunque sabia que lo hacían por una buena razón.
-Oh rayos... que mala suerte tienes- Sam palmeo la espalda de su amigo, le sonrió con el pulgar en alto. Damián le devolvió la sonrisa y se tranquilizo.
Todo el salón se sentó en sus respectivos lugares cuando sonó el timbre, llegando casi al instante el profesor.
-Buenos días clase. Joven Rosenberg córtese ese cabello, ya le dije- dijo el profesor mientras entraba. Damián solo lo ignoro y volvió a ver por la ventana.
ESTÁS LEYENDO
Querido chico rubio
RomansaLos días de preparatoria eran normales para Thomas Wolves, hasta que un día en su casillero aparece una misteriosa carta de un desconocido que dice conocerlo de antes, y así cada mes recibe una carta sin llegarse a imaginar quien pueda ser, ya que e...