Capitulo 33

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Damián

Por fin lunes... Bueno no, tengo que ir a la escuela y no quiero. Pero ya casi entro a la universidad, solo debo esforzarme. Por si se preguntan, voy a una prepa diferente de mi hermanito porque el quiso entrar a esa en la que esta.

Me puse mi uniforme, desayune y salí de casa, mire al frente sorprendido pues se encontraba Mike con su moto, supongo que esperándome.

-Buenos días Damián- dijo moviendo su mano de un lado a otro. Le hice una seña y camine a donde estaba.

-¿Que haces aquí?- pregunte de mala manera, frunciendo un poco el entrecejo.

-Vine a llevarte a la escuela- dijo con una sonrisa en su rostro, dándome un casco.- vamos sube.

-No me voy a subir, además prefiero caminar- me excuse algo mal, no me quedaría solo con él; le devolví el casco dispuesto a irme.

-Vamos no seas injusto- dijo haciendo un pequeño puchero, volteo la cara mirando a la calle. Haber si ahora si se rinde- además... Llegaras tarde.

-...- tiene razón... Mire mi reloj disimuladamente y faltaban 15, y normalmente es media hora de camino.-bueno... Pero, pero no sabes donde estudio, ¿o si?

-Claro que lo se, mi hermana estudia ahí- me devolvió el casco e hizo una seña para que subiera.

Me puse el casco, seguía indispuesto, pero no podía llegar tarde; así que me subí, sosteniéndome de la parte trasera. Dio marcha y al final me sostuve de él por temor a caer.

-Llegamos ya- dijo Mike. Lentamente abrí los ojos y en efecto llegamos; me baje y salí corriendo dentro de la escuela.

Llegue a mi salón, tome mi lugar y..., todavía traía el casco de Mike. ¡Rayos! Tendré que volver a verlo para devolvérselo; menuda suerte la mía.

-Buenos días querido- saludo Sam tan alegre como cada mañana, voltee a verle y cuando me vio pude notar que contenía la risa- ¿y ese casco de donde salió?, ¿Qué acaso vas a la luna o a marte?

Decidí ignorarlo y mejor voltear a ver a la ventana, no sin antes quitarme el casco. Inevitablemente fruncí el ceño. Casi al instante Sam me tenia entre sus brazos, "llorando", quejándose y apretujándome.

-Ya, ya lo siento Dami. No te pongas así, no te enojes- repetía incesante Sam, apretujando más a Damián contra su pecho.

Damián hecho una rápida mirada a sus compañeros que los miraban. Unos ya normal, otros encantados con esa escena y otros más algo asqueados. No le presto importancia, y siguió con su molesto amigo.

-Ya pues, pero suéltame Sam- dijo Damián ya rendido. Al instante el mencionado lo soltó y se sentó a su lado- no tengo opción, eh...

-No, claro que no. Ahora habla- dijo Sam emocionado. Sus ojos brillaban, su curiosidad era tan grande que molestaba a Damián.

-Bueno... lo que paso es que Mike me trajo a la escuela y por querer huir de el salí corriendo, trayendo el casco conmigo- explico Damián desganado, o más bien cansado de tener que explicar las cosas que hacia con sus amigos; aunque sabia que lo hacían por una buena razón.

-Oh rayos... que mala suerte tienes- Sam palmeo la espalda de su amigo, le sonrió con el pulgar en alto. Damián le devolvió la sonrisa y se tranquilizo.

Todo el salón se sentó en sus respectivos lugares cuando sonó el timbre, llegando casi al instante el profesor.

-Buenos días clase. Joven Rosenberg córtese ese cabello, ya le dije- dijo el profesor mientras entraba. Damián solo lo ignoro y volvió a ver por la ventana.

Querido chico rubioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora