Querido chico rubio

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Introducción

Querido chico rubio:

Hola, ¿Cómo has estado?, yo muy bien. Se que se acerca tu cumpleaños; ¿vas a cumplir 17 años, no?, eso es genial.

Ah~ desearía estar contigo, pero no creo poder, soy un poco tímido, y se que se mira muy acosador esto de las cartas; pero siento que esto me acerca un poco más a ti. Desearía que respondieses mis cartas, pero no tal vez no sepas quien soy yo.
Siempre te amare, desde el primer día en que te vi, Thomas Wolves

Atte.: N.R

  Desde hace varios meses, Thomas ha recibido este tipo de cartas, cada mes desde que inicio el ciclo escolar. Un día llego a la escuela como cualquier día, abrió su casillero de los zapatos y salió volando un sobre.

“Estimado chico rubio:
  Hola, chico rubio, ¿Cómo estas?, espero leas mi carta…
Eres una persona admirable; te conozco desde hace mucho, solo que no me he podido acercar a ti. Espero algún día llegar a ser como tú. Sin más que decir me despido de usted, Thomas Wolves.

       Atte.: N.R.”

No decía mucho, y el decidió solo ignorarlo. Pero no tiro la carta; la guardó, la guardó como un tesoro o algo por el estilo. Al siguiente mes volvió a pasar lo mismo, pero esta vez le extraño; así sucedió hasta que llego el 4to mes, esta vez el estaba mas bien incomodado.

Thomas

Este es el mejor clima, diciembre es uno de los mejores meses, según yo, espero este nevado afuera; aunque apenas va iniciando el mes.

-¡Felicidades!- dijeron sus hermanos

-felicidades hermanito- dijo mi hermanita subiéndose a la cama y dándome un abrazo

-gracias Kaori- dije revolviendo sus blancos cabellos

-te hicimos el, el desayuno- dijo mi hermanito

-esta bien, ya voy, solo me cambio- dije sonriéndoles.

Salieron de mi habitación y me dispuse a cambiarme.
Me puse una camiseta negra manga larga, encima una camiseta azul con el logotipo de mi banda favorita; unos jeans negros y unos converse negros. Baje a desayunar, mamá no estaba, así que Johana, mi hermana mayor hizo el desayuno; además de cuidar a los pequeños.

-buenos días Tomy- dijo mi hermana con una sonrisa

-buenos días, y ¿Dónde dejaste a Mario?- dije riendo

-en su trabajo, ahora desayuna cumpleañero- dijo molesta, pero se estaba riendo.

Desayune, fui a mi cuarto por mi mochila, una bufanda y un gorro. En la entrada me puse un suéter, arregle a mis pequeños hermanos y los lleve a su escuela. En el camino me encontré con Vanesa, una amiga de la infancia.

-¡Tomy!- dijo gritando y corriendo hacia mi, se veía muy alegre- fe-li-ci-da-des tontito- dijo colgándose de mi

-Vane, cuidado, me estas ahorcando- dije tratando de quitármela de encima.

Querido chico rubioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora