capitulo 18

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Nick

Desde la otra vez que Vanesa y Joan se encontraron con mi hermano los he notado raros, parecía como si le temiesen; así como Rebeca.

El es buena persona, o eso creo. Ya no se a quien creerle, siento que todos me ocultan cosas; empezando por lo que Damián hizo en segundo o tercero de secundaria.

Bueno, creo que debo dejar de pensar mientras camino... porque me volví a perder.

Después de un rato encontré el camino para la escuela; creo que hoy no es mi día. Primero, olvido mi suéter; después me termino perdiendo y ahora.

Entre a la escuela y cerca de la entrada hay una banca, donde creo que Thomas se encuentra acostado. Me acerque y efectivamente era el.

Estaba con los ojos cerrados, y se miraba muy agitado; tal vez por correr mucho. ¿se habrá perdido igual que yo?, no el no es tan despistado como yo. No se me ocurrió nada y rápidamente le pregunte algo.

-Thomas, ¿Estas bien?- dije un poco nervioso. Y si estaba enojado, y si ahora me odia...

-Si, estoy perfecto- dijo tratando de sonreír.

-¿Estas seguro?, no te miras bien- dije preocupado. Ahora que lo miro bien, esta más pálido de lo normal.

-Si, no hay problema- dijo poniendo su pulgar en alto, tratando de mostrar una sonrisa- es solo que el reloj me engaño.

-Así que eso era- dije aliviado. Aunque una parte de mi no creía eso- pensé que te había pasado algo malo.

-No te preocupes, si algo me pasa te avisare- dijo sonriendo. Como puede decir algo así, tan... tan a la ligera, o tal vez esta confiando en mi...

-Yo, yo te ayudare~- respondí animado y un poco feliz.

Mientras hablábamos. Una corriente fría paso, haciéndome tiritar de tanto frío que hace.

-¿Tienes frío?- pregunto levantándose de la banca, poniéndose a mi lado.

-Un, un poco, ¿Por qué preguntas?- dije desviando la mirada, tratando de no ponerme rojo.

-Nada más- respondió con una sonrisa.

Se quito la bufanda que traía puesta, y la envolvió en mi cuello, dándome una hermosa y cálida sonrisa.

-Gracias- respondí un poco ruborizado- tu, ¿tu no tienes frío?

-No, de hecho me gusta el frio- respondió con una sonrisa

Avanzamos adentro de la escuela. El fue a su área para los zapatos y yo a la mía. Después cada uno se fue a su salón.

Mientras caminaba, no podía dejar de pensar en eso. El se miraba pálido, preocupado; pero yo no lo puedo obligar a decirme o pensara que soy un entrometido.

Llegue al salón y me despegue de esos pensamientos. Me acomode la bufanda y no pude evitar olerla; su aroma era embriagador. Era el aroma de Thomas. Además de cálida; creo que hice buena elección al comprarla y dársela, aunque el no lo sepa.

-¿Qué haces?- dijo Rebeca con una sonrisa picara

-Por, por que lo dices- dije sorprendido

-No es tuya, cierto- dijo insinuando algo, que sabia que era.

-Que, que insinúas- dije desviando la mirada, con las mejillas rojas, tratando de disimular.

-Jeje, nada- dijo melodiosamente.

Ella sabia de quien era, y me miraba como una pervertida. Yo solo, voltee a otro tratando de disimular, ocultando mi vergüenza y mis rojas mejillas detrás de la bufanda.

Querido chico rubioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora