Querido chico rubio

Capitulo 122.1 extra~

**También la usaré para extras así como este o normales, se ve linda~

Santiago llegó a la casa de Sam encontrándose con Mike reflexionando en el sofá, las pequeñas dormidas en un rincón de la sala. Su suegro mirando a Mike y riendo leve, y su suegra tejiendo.

—Hola Santiago, es algo tarde, ¿no crees? —preguntó Ale revisando su reloj.

—Si, lo sé —sonrió un poco — le dije a Damián que le avisará a Sam que llegaría tarde.

—Oh ya veo...—dijo la chica un poco un poco nerviosa, paseando su mirada por todas partes — bueno, ellos están arriba hablando...

—¿Estas...

—Estoy perfecta... no me pasa nada... eh... señora Ortega ¿le puedo ayudar? —preguntó la chica evitándolo.

Santiago la miró y analizo la casa, estaba extrañamente callada. Siempre estaba el dúo desastre rondando por ahí y haciendo bulla donde sea que estaban.

—Ah hola Santiago, ¿qué tal? —Mike se acercó rápidamente a él y le sonrió nervioso.

—Todo bien, que tal tú, te ves extraño y das miedo...

—El señor Lucas me hizo preguntas extrañas respecto a mi relación con Damián... hizo preguntas muy íntimas —dijo viéndolo de reojo, Santi lo miró y rio un poco.

—Así es él, tranquilo —palmeo su espalda y le sonrió — ¿por qué todo esta tan tranquilo?

—Será porque Sam y Damián están dormidos —murmuro viendo escaleras arriba y luego miró a Santi — por los demás no sé, solo los ignore... ¿quieres ver dormir a Sam y Damián?

Santiago asintió, ambos subieron y entraron con cuidado a la habitación, pisando con cuidado por el tiradero que había, llegando hasta la cama de Sam. Ambos miraron a sus chicos enternecidos.

Ambos estaban pegados como gatitos recién nacidos, abrazándose como si eso los protegiera de cualquier cosa fuera de ahí, una barrera que ellos crearon.

Santiago se acercó un poco y apartó un mechón de la frente de Sam, dejando un pequeño beso.

—Descansa lindo...—susurró sonriendo, ambos salieron de la habitación, Santi miró a Mike y susurro —sabes, me alegra haber llegado tarde...