Capitulo 30

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Thomas
El camino a la escuela siempre es tranquilo, y más sin que Vanesa este molestando por ahí, y hablando de ella me pregunto porque falto ahora; siempre anda con sus rarezas y su cabello multifacético. Bueno, cuando la vea se que me lo dirá sola.

-Ah~ tu eres el hermano de Kaori- oí decir a una voz infantil. Baje mi mirada y me encontré con Camil, la pequeña sobrina de Nick.

-Hola pequeña- dije sonriéndole y poniéndome a su altura- ¿Cómo has estado?

-Muy bien- dijo sonriendo, con los pulgares en alto- yo y Kaori sacamos 10 en artes.

-Eso es genial- dije alegre, revolviendo el cabello de la pequeña- si ves a mis hermanos dile que les mando saludos.

Ya me iba a ir, pero sentí que jalaban de mi camiseta; me di vuelta y fue la pequeña la que la jalaba.

-Espera un poco- dijo sorprendiéndome; me miraba, se notaba nerviosa, como si estuviera pensando que decir- el... el... solo espera.

La mire con una mueca de confusión, tratando de descifrar lo que quería decirme obviamente fracasando en el intento.

-Ya estoy de vuelta- dijo una voz tímida, pero alegre que conozco bastante bien a quien pertenece. A mi pequeño adorable de Nick.

-Buenos días- saludo sonriendo, viendo como cambiaba su expresión al verme y sus mejillas se tornaban rojizas.

-Ah, ho-hola Tom... buenos días- dijo acercándose a donde estábamos, sus movimientos eran rígidos; todavía se notaban sus nervios al estar conmigo.

Tome su mano, entrelazando los dedos y depositando un beso en su mejilla; rápidamente bajo su cabeza, ocultándose y aun así se veían sus rojas orejas.

-No... no hagas esto, en... en publico por favor- dijo muy bajo, tropezándose con sus palabras.

-Que lindos se miran juntos- dijo la pequeña llamando nuestra atención. Estaba sonriendo, como conteniendo la emoción- son, son una pareja muy linda.

-Gracias- respondí abrazando a Nick, dándole un beso en la mejilla.

Fuimos a dejarla a la primaria, aprovechando para ver a mis hermanos; lo cual no logre, creo ellos todavía no llegaban.

Después de despedirnos de la pequeña, tomamos nuestro camino a la escuela; entrelace nuestras manos y así nos fuimos a la escuela; el se miraba muy feliz, balanceando levemente nuestras manos. Pero no todo fue feliz, en el camino unas personas nos veían de mala forma, con asco, repudio; a mi no me interesaba mucho, pero a Nick...; lo mire de reojo y vi como bajaba su mirada al piso, trato de soltar mi mano pero la apreté más fuerte. El me volteo a ver, se miraba sorprendido a lo que yo le respondí con una sonrisa.

Llegamos a la escuela, antes de entrar lo lleve a otra parte un poco alejada.

-¿Su-sucede algo?- pregunto mirándome a los ojos, se notaba su curiosidad y preocupación; nuestras manos seguían juntas.

-No es nada, no te preocupes- puse mi mano en su mejilla tratando de relajarlo- sobre lo que sucedió antes, lo de las miradas de la gente.

-¿Qué pasa con eso?- pregunto ladeando su cabeza de forma adorable, con una expresión como de confusión; luego se percató a lo que me refería y cambio su expresión, bajo la mirada; se notaba desanimada- no, no te preocupes. Si me aterro un poco, pero cuando me di cuenta que estabas a mi lado me sentí más seguro, más protegido.

-Y así sera- dije sonriendo, tome sus manos y le di un pequeño beso en su frente- nunca te dejaré, siempre te protegeré.

Su mirada seguía clavada en el suelo, nuestras manos juntas y su cara teñida de rojo.

Querido chico rubioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora