Capitulo 54

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Damián

Después de hablar un rato con Teo, me calme y fui donde Lola ya que me había llamado.

-¿Puedo pasar?.- pregunte al tocar la puerta, después de oír un "adelante" abrí la puerta y me senté en una silla frente al escritorio.- ¿sucede algo?

-Dime que ha pasado mientras no estaba, he oído hablar a unos clientes que Derek y Sam tuvieron otra de sus discusiones pero que esta vez era diferente. Se que Derek no me va a decir nada, Sam... he... ya sabes.- dijo sería, cruzada de brazos. Bien... tampoco tengo que decir todo o si.

-Sabes que Sam se muere por Derek, pero Derek lo había rechazado. Pues ya sabes también como es Sam que los clientes le coquetean y el se deja; Derek se puso celoso y le grito, Sam se controlo y le contesto....- respondí algo resumido, omitiendo al amigo de mi hermano y el hecho de que lo quiso engañar como chica.

-Derek es un caso perdido, a él también le gusta Sam pero nunca lo aceptara.- dijo sonriendo, tal vez recordando algo.- bueno... también escuche que te peleaste con un cliente por el nuevo empleado.... y ese cliente era Mike...

Solo esperaba a que no llegara a eso...

-Bueno... Gustavo era mi novio en secundaria, Mike se puso celoso y sucedió eso.- fue lo único que dije, recordé lo que Teo dijo y las ganas de llorar me invadieron.
-Bien... te dejo. Cuando te tranquilices cámbiate y ponte a trabajar te pagare la hora extra.- me  sonrió antes de salir.

Me relaje, y salí a cambiarme. Me puse mi uniforme y me puse a trabajar, justamente atendiendo a Teo y Sam.

-¿Qué van a ordenar?.- pregunte formal, sonriendo amable.

-Te ves bien, el uniforme te sienta.- dijo Teo riendo, no se de hayan estado hablando pero me están contagiando la risa.- quisiera un batido de chocolate y un pastel de chocolate, y tu Sam.

-Ya sabes lo que quiero bebe.- dijo Sam en su modo seductor, guiñando un ojo. Teo y yo comenzamos a reír.- oigan, no sean malos.

-Bien, en un momento les traigo su orden.- empecé a caminar cuando Saúl entro, buscando a alguien con la mirada.- ahí te buscan.

Le dije a Teo antes de irme. Saúl se acerco a la mesa y comenzó a hablar, y otra vez me volvieron a llamar.

-¿Algo más?.- pregunte tratando de no reír. Ver a Teo sonrojado es un espectáculo.

-Si, un pastel de limón y un batido de fresa.- dijo Saúl, anote la orden. Teo le dijo algo, que Sam le había dicho a este; y Teo recibió un golpe.- ¡en que cosas se andan fijando ustedes!
  
No le di importancia, hice una reverencia y lleve el pedido. Mientras atendía a otros clientes llego Mike, mi corazón dio un giro al verlo; no me siento capaz de enfrentarlo ahora por dos razones. Una siento que no seré capaz de ser racional, y la ultima y más importante... Lola.

Lleve el pedido a la mesa, y cuando di vuelta Mike estaba detrás mío. Sonreía pero era una sonrisa falsa... contrólate, relájate... recuerda a Lola.

-Buenas tardes cliente, ¿se le ofrece algo?.- pregunte formal, con la sonrisa habitual del trabajo.

-¿Podemos hablar?.- pregunto tomándome de la muñeca, lo mire a los ojos. Unos ojos apagados, sin brillo... sentía que si hablaba iba a salir entrecortada. Desvié la mirada y vi a Lola, que prácticamente estaba dándome permiso.

-Ten-tendría que pedirle permiso a la gerente.- dije desviando la mirada al piso, mi voz temblaba y no era capaz de verle.

Sentí como Mike me jalaba hasta la barra donde estaba Lola. Hablaron unas cosas y después salimos del local.

Querido chico rubioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora