6 (Primera Temporada)

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Me desperté asustada con el despertador sonando y sonando, y mi impresión era que solamente había dormido cinco minutos.
Me arrastré hasta el baño, con la esperanza de que al tomar una ducha me pudiera sentir mejor.

En el camino, escuché que mamá le estaba gritando a Bruno para que se despertara. Poco tiempo después, cuando volví a mi habitación, escuché que mi mamá todavía lo estaba llamando.
Ya estaba vestida y dispuesta a tomar el café de la mañana, cuando escuché la última amenza final:

— ¡Bruno Sainz Micheli! ¡Si no te levantas ahora, considera por suspendida tu mensualidad!

Sonreí al escuchar que un segundo después, él ya estaba corriendo hacia el baño. Después de 15 minutos, entró en la cocina un Bruno con la cara destrozada, con el pelo sin peinar, con la camisa fuera del pantalón y la corbata en la mano.
Como mi humor tampoco era el mejor, continué comiendo en silencio.

Bruno debió haberse despertado con alguna tendencia suicida esa mañana, porque si mamá lo veía en aquel momento, lo mataría.
Normalmente, lo alertaría, pero como hoy estaba muy raro preferí permanecer callada y dejarlo al margen de su propia suerte.

— ¿Ya estás lista? — Preguntó él, totalmente malhumorado

— Solamente tengo que agarrar mi mochila — Respondí sin mirarlo

— ¡Bruno! — Lo llamó mamá, que estaba atrás mío. — Cuida a Mica, ella es tu responsabilidad.- Hice una mueca al escuchar eso y él solo se limitó a rodar los ojos.— Que tengan un muy buen primer día de clases. — Dijo mi mamá, abrazandonos a los dos para poder despedirse.

— Vamos a pasar primero por la casa de Paio y después vamos a la escuela — Explicó Bruno mientras estábamos caminando rumbo a la escuela.

— ¡Qué bueno! Me va a encantar caminar con Paio durante toda la mañana. — Comenté irónicamente y Bruno fingió no haber entendido mi comentario.

Cuando llegamos a la casa de Paio, él ya estaba esperándonos en el portón. Bruno parecía haber salido de una guerra. Pero Paio tenía el uniforme y el peinado impecable, se veía como un modelo de algún catalogo de ropa.

— ¡Buen día, gente! ¿Y? ¿Están ansiosos? — Dijo Paio con una enorme sonrisa, antes de notar  la apariencia de Bruno. — ¿Qué hiciste con tu uniforme? — Bruno no respondió, se mantenía serio. — Bueno, parece que estamos un poco "alegres" hoy, ¿no? —Preguntó, examinándonos a los dos.

— Callate y vamos. — Respondió Bruno, molesto.

La escuela no quedaba lejos y llegamos alrededor de quince minutos. La entrada estaba llena de estudiantes, muchos conversaban animadamente sobre las vacaciones y otros tenían la misma cara de fastidio de Bruno. Estaba un poco asustada por estar en medio de tanta gente extraña, a pesar de que todavía no estaba sola.

—¿A dónde nos vamos ahora? — Pregunté agitada, mirando sin parar el reloj que tenía en mi brazo.

— Ahora nos va a llamar la directora para ir al salón de actos. Siempre hace un discurso en el primer día de clases para darnos la bienvenida, hacer presentaciones, explicar las reglas y toda esa basura. — Respondió Paio mientras Bruno seguía callado

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— ¿Son hermanos? Pero ustedes son tan diferentes — Me preguntó Paula, una chica que había conocido en mi primer día de clases.

— No somos hermanos de verdad. Yo soy adoptada. — Ya estaba acostumbrada a que las personas hicieran esa observación, por eso no me molestaba tener que explicarlo.

— Ah, ya entendí. ¿Y ellos son buenos? Digo por tu familia.

— ¡Son geniales!- Respondí sinceramente.

— ¡Qué bueno!- Comentó ella, mirándolos a Bruno y a Paio. —Entonces, tu hermano debe ser el tipo de hermano medio sobreprotector, ¿no?. Ya que se queda mirándote de esa forma

— Ah, es que mis papás tienen esa manía de que él tiene que actuar de esa forma conmigo. Particularmente, no me gusta ni un poco y creo que a él tampoco — Comenté, rodando mis ojos.

— ¡Ni me lo digas! — Dijo Paula rodando los ojos. — Soy la más chica en una familia de cinco hermanos y soy la única mujer. Creo que te podes imaginar lo que es crecer con cuatro hermanos más grandes. ¡Es para volverse loca! — Comencé a reírme sin parar cuando ella me contó todas sus anécdotas relacionadas a sus hermanos.

Cuando terminábamos de comer, observé que Paula disimuladamente, miraba nuevamente en dirección a la mesa en la que estaba Bruno.

— El chico que está hablando con tu hermano no está nada mal

— Ah, es Pablo. Es el mejor amigo de Bruno. — Dije desanimada

— Interesante. — Dijo ella con los ojos llenos de curiosidad

En ese momento sonó el timbre. Nos levantamos y varios estudiantes se amontonaron en la puerta de salida. Finalmente me volví a acercar a Bruno y a Paio.

—-¡Mica, veo que todavía seguis viva!- Paio intentaba bromear

— Pero no gracias a vos. — Respondí sin gracia.

— Bruno, creo que tu hermana me ama. — Dijo Paio, colocando su mano en su pecho de manera teatral.

— Eso no sería un sueño, ¡sería una pesadilla!- Dije irritada

Mientras Paio y yo comenzábamos a tener una de nuestras clásicas peleas, Bruno y Paula nos observaban. Paula estaba visiblemente curiosa y, discretamente, estaba admirando a Paio. Y Bruno... era difícil decir lo que él estaba pensando, parecía como que estaba aburrido.

— ¿Tragedia? — Preguntó Paio ríendo por todos mis insultos. — ¿Besarme sería una tragedia? Mica, cuidado que un día te puedo demostrar lo equivocada que estás.

— ¡Basta! — Gritó Bruno perdiendo todo tipo de paciencia. — Si todavía no lo notaron, nos detuvimos en el medio del camino y la gente quiere pasar. ¡Vamos Paio! — Bruno agarró a su amigo del brazo y lo arrastró.

— ¡Detesto a ese chico! — Dije furiosa con Paula a mi lado. —¡Nunca conocí a un chico tan hueco como él!

—-Puede ser. - Dijo ella, mirándolos mientras que ellos seguían su
camino. — Pero no podes negar que él es lindo.

Hice una cara de asco al escuchar ese comentario. Lamentablemente Paula parecía padecer la enfermedad que suelen contraer todas las chicas que conocen a Pablo Rodriguez. Al regresar al salón, viendo la mirada perdida y soñadora de Paula, pude notar que aquellos eran los primeros síntomas de esa extraña enfermedad.

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora