13 (Primera Temporada)

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— Sos increíble, maravillosa, fantástica... — Mientras me decía todos estos elogios, Bruno me besaba mis mejillas, mi pelo y mi cuello. Yo estaba sin aliento ante todos sus gestos cariñosos. Tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no retribuir un abrazo tan efusivo.

— Bruno, me estoy quedando sin
aire. — Y era verdad. Él inmediatamente se levantó y respiré aliviada. Cuando pude sentarme nuevamente, él ya estaba caminando de un lado al otro.

— ¡Ya sé lo que podemos hacer! Mañana te llevo al estudio para que aprendas la coreografía junto con el resto del elenco. Si es necesario te llevo todo el día hasta que la puedas aprender y practicar conmigo.

—Si no hay problema para vos, por mí está todo bien. — Respondí con una sonrisa.

— ¡Perfecto! Estoy tan aliviado que hasta me dió hambre, ¿queres venir conmigo?

—No, gracias. No tengo hambre.— Respondí y él salió enseguida.

Una vez que Bruno se fue.
Agarré el celular y la llamé a Paula porque necesitaba contarle todas las noticias. Desde hace 10 minutos que ella gritaba sin parar en el teléfono después de haberla contado toda la historia. Ella gritaba sin parar todos los nombres de los actores principales de la película, ella era muy fan de cada uno de ellos.

— ¡Dios! Deja de gritar un poco, ¡me voy a quedar sorda! — Grité y finalmente Paula se calló, dejándome hablar. — ¿Y cómo sigue nuestro plan ahora? — Pregunté

— No cambia en nada. Lo ayudas a Bruno, pero secretamente lo seguís torturando hasta que pasemos a la tercera fase del plan.

Terminé la llamada prometiéndole sacar fotos de todo y de todos, además de decirle a Mariano que él ya tenía una novia llamada: Paula Amoedo.

Al día siguiente, después de salir de la escuela, fuimos con Bruno a las grabaciones de la película. Estaba bastante nerviosa, pero él me calmó diciendo que todos eran muy agradables. Cuando llegamos, sentí que el estudio era enorme. Permanecí medio boba mirando a mi alrededor. Estaba sorprendida por los gigantescos escenarios. Caminaba de espaldas, sin mirar hacia atrás hasta que me di cuenta que estaba muy cerca de caerme de un escalón enorme y grité. Estaba preparada para sentir un golpe duro, pero sorprendentemente me vi agarrada por dos brazos fuertes y escuché una voz con un tono delicioso en mi oído:

— ¡Si sabía que en Argentina llovían chicas lindas, hubiese venido
antes!— Miré a la cara de mi salvador, la cual me resultaba conocida. Todavía estaba muda por el choque, pero consegui murmurar un agradecimiento. — A tus ordenes, ¡fue un placer! Mi nombre es Ignacio Nayar, pero si queres me podes decir Nacho.

Nacho era como una especie de prototipo de cómo todo chico debería ser porque representaba la masculinidad y el encantamiento.

— Mica, ¿estás bien? — Preguntó Bruno, desconcentrandome de mis pensamientos.

— ¿Lo conoces a Bruno?— Preguntó Nacho, curioso.

— Claro que ella me conoce porque somos hermanos.— Para mi sorpresa, Bruno respondió de una forma muy posesiva. Y después de decir eso, se paró al lado mío.

— ¿Hermanos? — Preguntó Nacho sorprendido y mirándome de arriba a abajo. —¡Qué susto! Menos mal que no dijiste que ella era era tu novia, ¿ya pensaste en trabajar con un novio celoso?— Comentó sonríendo y guiñándome un ojo, lo cual me hizo sonrojar porque él tenía una sonrisa muy seductora.

— Mica, ahora en adelante fíjate por dónde caminas, ¿si?— Me advirtió Bruno, ignorando por completo a su compañero de trabajo. — No podes pensar en lastimarte justo ahora porque sino... ¿quién me va a ayudar?

— ¡Bueno, no hace falta que estés tan nervioso! — Respondí molesta.

— ¿Viniste a conocer el estudio?— Me preguntó Nacho y nuevamente Bruno respondió por mi, dejándome todavía más enojada.

— No, ella vino a bailar "conmigo".— Su tono de voz mostraba irritación. Bruno parecía estar incómodo por algo, pero yo no entendía cuál era el  motivo.— Vamos, no me quiero atrasar.

— Voy con ustedes porque también estaba yendo a la clase de baile.— Lo observé a Bruno y él, visiblemente molesto, cerró sus ojos

Caminamos un poco y después abrimos una puerta enorme. Ingresamos a un salón muy grande con piso de madera
y las paredes estaban pintadas de blanco. Allá se encontraba el resto del elenco, desde los actores principales hasta los más secundarios. Todos aparentaban tener la misma edad desde los 18 hasta los 22 años. El resto de las personas, parecían tener más edad y deduje que debían ser el coreógrafo y el personal de soporte técnico. Estaba super emocionada.

—¡Ah, son ellos!—Susurré bajito mirando a la dupla de actores mundialmente famosos.

—¡Controlate!—Susurró Bruno en mi oído. —Veni, te voy a presentar. - Dijo arrastrandome de la mano.

Ellos estaban reunidos en grupo y hablando tranquilamente.

— ¡Hola a todos! Ella es mi hermana Micaela.

— Hola, ¿cómo estás? - Fue lo que escuche que dijeron todos.

Dalila Martinelli, una actriz que era una de las protagonistas de la película se acercó a mí y me dió un beso en la mejilla. Ese gesto hizo que todos siguieran su ejemplo "Si Paula me viera ahora se moriría de envidia".
De repente, otro chico se acercó hacia mí, Gonzalo Gravano era su nombre.

—Cuando los vi a los dos entrando de la mano, pensé que ibas a decir que era tu novia.— Dijo Gonzalo bromeando con Bruno. — ¡Qué suerte que no lo es!

—¡Ya sos el segundo que me dice lo mismo hoy!

— ¿Y el otro quién fue?— Preguntó Gonzalo, riéndose.

— Nacho— Respondió Bruno señandolo con la cabeza

— Relajate y anda acostumbrandote a que eso pase porque tu hermana es muy linda— Dijo Gonzalo dándole pequeños golpes en el hombro a Bruno.

—¡Quédate tranquila, Mica! — Dijo Dalila que estaba a mi lado. — Estos chicos no muerden

— Mira que ya te di unas mordidas...— Bromeó Gonzalo con ella riéndose para después alejarse de nosotras junto con Bruno.

— Ni en tus sueños.— Respondió Dalila, riéndose. — Ustedes dos son muy diferentes. Los chicos nunca se imaginarían que son hermanos. — Dijo ella, apuntándolo a Bruno.

— Es que yo soy adoptada

— Ah ya entendí-Agregó ella haciendo una pausa por un segundo. — Perdón, yo no sa...

— No pasa nada — Respondí con una sonrisa.

Nacho se acercó a nosotras y empezamos a hablar sobre la película y cosas de nuestra vida. Al notar que prácticamente los únicos que estábamos hablando éramos él y yo, Dalila decidió irse. De esa forma solo quedamos Nacho y yo.

— ¿Qué pensas que estás haciendo?—  Bruno apareció y prácticamente me fulminó con la mirada.

— Hablando— Respondí sin ganas.

— Si, pero ya fue suficiente. Ahora te quiero presentar al coreógrafo. — Dijo arrastrandome y una vez más lo ignoró por completo a Nacho.

— Después seguimos hablando.— Fue lo único que Nacho pudo decir.

— Bruno, ¿hacía falta que seas tan grosero?— Dije cuando nos alejamos de Nacho.

—  ¿Y hacía falta que fueras tan "simpática"?

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora