16 (Segunda Temporada)

510 33 4
                                    

Narra Bruno:

Por más que quisiera avanzar, sabía que tenía que controlarme.
Por más que estuviese ardiendo, sabía que Micaela todavía no estaba lista para seguir adelante.
Sentía que ese momento era su primer despertar. Por esa razón, no teníamos que ir demasiado lejos. Decidí posicionarnos mejor en la cama para estar más cómodos. Por eso, me acosté rápidamente a su lado porque no quería desperdiciar ni un solo segundo más.

La miré profundamente a los ojos y pude notar cómo ellos brillaban y que también una leve sonrisa se formaba en sus labios.
Después de que la abrazara por un instante, volví a besarla. Nuestro beso era como una escalera al cielo, una promesa de paraíso, una chance de salvación.

De repente, sentí que sus manos comenzaban a moverse curiosas en mi pecho. Percibí que ella se sentía un poco tensa ante este último movimiento.

—¿Todo bien? —Pregunté mientras pasaba mis manos por su espalda.

—Si —Respondió tímidamente

—Cuando quieras que pare me decis, ¿si? —Micaela simplemente asintió.

Subi mi mano por su espalda hasta llegar a su hombro y luego empujarla nuevamente hacia mí, perdiéndome en sus labios. Estar juntos era la pura perfección, natural y placentero.

Por eso, era muy peligroso que continuaramos así porque era demasiado fácil olvidarme de los motivos para controlarme, era muy fácil perderme en las sensaciones y en la emoción.

Mi corazón latía rápido y mi cuerpo vibraba ansioso. Estaba preocupado, pensando en lo rápido que me estaba dejando llevar. Sentía que aquello ya no estaba siendo suficiente porque yo quería más, mucho más.

"¡Alejate de ella ahora!" Pensé, recriminándome por mi accionar. "¡Cálmate, Bruno! Mucha calma porque mientras esten vestidos, te vas a poder controlar"

Fue por la fuerza de ese pensamiento que pude alejarme de su boca, intentando recomponerme un poco. Entonces, miré un poco hacia abajo y vi algo que me hizo soltarla. Me levanté de la cama inmediatamente.

___________________________________

Narra Micaela:

Yo estaba disfrutando de cada beso, de cada caricia y de cada suspiro que Bruno me proporcionaba. Me sentía bien y protegida entre sus brazos, protegida de todos los fantasmas que me perseguían últimamente. Quería continuar sintiéndome así, tan deseada y protegida.

Por eso, me relajé y traté de aprovechar el momento. Pero me asusté cuando Bruno repentinamente me soltó, se levantó de la cama y me dió la espalda.

— ¿Qué pasó, Bru? —Pregunté espantada por esa extraña reacción. Él no respondió, balanceó la cabeza y estaba visiblemente nervioso. Me senté en la cama, yo también ya estaba en un estado nervioso.—¿Hice algo mal? —Pregunté. Él volvió a balancear su cabeza y soltó un gemido bajo, como si estuviera sintiendo dolor.

— Tapate, Mica —Me pidió en un susurro.

"¿Taparme?" — Pensé confundida, fue entonces que miré para abajo. Al ponerme mi pijama a las apuradas, me olvidé de ponerme alguna musculosa por debajo. Resultado: Cuando Bruno me agarró por los hombros, los botones se abrieron y mis pechos estaban expuestos.
Con las manos temblando, comencé a abrochar nuevamente los botones de mi pijama. Él caminó hasta al ropero y agarró una campera.

—¿Qué estás haciendo?—Pregunté.

— Voy a salir —Respondió apurado y todavía sin mirarme.

— ¿Por qué?

— Necesito irme, Micaela—Murmuró, pareciendo estar irritado.

— No te vayas, por favor —Pedí mientras él terminaba de ponerse su campera.

— Ahora no me puedo quedar acá — Dijo en voz baja — Si supieras que...

— ¿Si supiera qué? —Pregunté confundida — Por favor, no me importa lo que sea, pero no me dejes así ¡Necesito saber qué es lo que está pasando!

Entonces, Bruno se dió vuelta y me espanté con lo que vi: su expresión revelaba una gran angustia.

— ¿Estás segura? —Preguntó
amargo. — ¿A pesar de que las cosas que te diga, hagan que salgas corriendo y que te encierres en el baño?— A pesar de las contracciones involuntarias en la boca de mi estómago, concordé moviendo la cabeza y esperé. Su mirada me quemaba.— ¿Sabes qué es lo que quiero hacer ahora mismo? —Negué con la cabeza —Quiero arrancarte la ropa y que hagamos el amor el mayor tiempo posible — Me quedé muda con su declaración, no sabía qué decir.
— Ahora respóndeme algo, sabiendo lo que te conté, ¿estás segura que queres que me quede acá con vos en este cuarto? — Preguntó agresivamente.
— Pensa bien en lo qué vas a responder porque yo ya no te puedo prometer que me voy a poder controlar.

Yo sabía que a Bruno le estaba gustando nuestra cercanía en la cama. Pero no me imaginaba que las cosas podían evolucionar hasta ese punto y con esa rapidez. Lo mire a los ojos y temblé asustada. Esa reacción fue lo suficiente para darme cuenta que todavía no estaba preparada para experimentar sus amenazas, por más placenteras que fueran.

Pero al mismo tiempo, no quería que él se fuera solo y en medio de la ruta. Más aún cuando había descubierto lo mucho que lo necesitaba y cómo su presencia me dejaba en paz.

— No quiero que te vayas —Pedí en voz baja. —¿Te podes quedar acá y hablamos un poco?

— ¿Hablar? —Preguntó él sorprendido. —¿Sobre qué?

— Sobre algo que me está pasando y que todavía no te conté.

Bruno me miró confundido. Probablemente, estaba decidiendo sí iba a tener el control suficiente para hacer lo que le estaba pidiendo.

— Está bien, me quedo — Dijo pasando la mano por su pelo y sacándose su campera. —Pero no nos vamos a quedar acá. Mejor vamos a la cocina — Al escucharlo decir eso, me levanté rápidamente de la cama. Al segundo, vi cómo Bruno me miraba con un cierto pánico.—Micaela, si queres lo mejor para mi salud, tapate por favor— Susurró, cerrando los ojos.

Miré hacia abajo y me di cuenta que los botones de mi pijama estaban nuevamente abiertos.

— ¡Mierda! — Bufé frustrada. Caminé hasta el ropero y agarré una campera, él todavía tenía sus ojos cerrados.
— Listo, ahora ya estoy decente—Dije ríendo mientras terminaba de ponerme mi campera.

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora