37 (Segunda Temporada)

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— ¿Qué?

— Hasta ahora te estuve defendiendo, Bruno. — Habló Paula con calma. — Desde que paso el accidente, siempre le insisti a Micaela que se acercara a vos, que te diera una chance, un voto de confianza.

— Y siempre te voy a estar agradecido por eso — Afirmé enfaticamente.

— Lo sé. Solamente que para seguir defendiéndote, necesito saber una cosa— Dijo Paula muy seria. — ¿Tuviste, tenes o queres tener algo con Sofía?

— ¡Por supuesto que no! Esa chica no significa nada para mi, podes creer en mi

— Creo en vos. Solamente quería confirmar tu postura en esa historia. Porque si voy a tratar de ayudarte, tengo que sentir que no estoy defendiendo una causa perdida o abalando una mentira.

— Quedate tranquila porque solamente existe Micaela en mi vida. ¡Confia en mi, Paula!

— Voy a confiar. — Habló en un tono de advertencia. — Pero dejame decirte algo más: hasta cierto punto, entiendo porque Micaela reaccionó así, ¡esa Sofía se excedió!

— Si tenes razón, pero yo ya le expliqué a Micaela que le voy a devolver todo a Sofía mañana, cuando nos veamos en la ciudad que vamos a presentar la obra.

— Ya entendi. Mira, voy a ver que puedo hacer. — Ella suspiró— Ya estoy llegando a la escuela, así que después nos hablamos.

— Muchas gracias, una vez más

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Narra Micaela:

Llore durante todo el camino hasta llegar a la escuela. Me secaba las lágrimas con las manos, caminando sin ganas y guiándome más por la costumbre de seguir aquel camino diariamente. Mis pies me conducían sin que yo los sintiera.
Caminaba totalmente cabizbaja y sin detenerme a hablar con nadie. Ya estaba casi por entrar al salon cuando alguien me sujeto del brazo.

— ¡Espera, amiga! — era Paula. — Vamos a salir de acá

— ¿Qué? — La mire sorprendida — ¿Cómo?

— Tenemos que hablar. — Explicó

No tenía humor para entrar al aula, así que movi la cabeza en concordancía y deje que ella me guiara. Seguimos por el pasillo, giramos y comenzamos a subir las escaleras hasta llegar al último piso, que estaba prohibido para los estudiantes. 
Fuimos muy cautelosas para llegar hasta ahí.
Paula abrió una puerta y entro rápido, practicamente me empujó para que la siguiera. Vi que estabamos en una terraza.

— ¿Cómo descubriste este lugar? — Pregunté,  mirando los predios que se perdían a la distancia.

— Este es mi escondite cuando necesito huir un poco— Respondió mientras prendía un cigarrilo.

Observando a mi alrededor, por la cantidad de genete que había, probablemente era ahí que todos los fumadores de la escuela se reunían. Pero yo sabía que escapar para fumar no era el caso de Paula. Debido a su famoso IQ, no era raro. para ella escaparse de algunas clases en las que ya sabía que estaba dominando la materia. 

— Micaela, ya lo sé todo. Bruno me llamó recien — Contó mostrando su celular.

Sentí como los nervios comenzaban a invadirme por completo y sentía una punzada muy grande en mi estómago. 

— ¿Y qué te dijo? — Pregunté asustada.

— Él está muy preocupado por vos, pero ahora eso no tiene importancia. — Habló con seguridad — Quero escuchar tu versión de esta historia.

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora