10 (Segunda Temporada)

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Narra Bruno:

Todo pasa. Las etapas malas también pasan. Eso es lo que dicen, pero para mi eso no tenía mucho sentido. No sentía que las cosas pasaran, ellas simplemente se alternaban entre etapas mejores y peores. No quiero sonar pesimista, muy por el contrario.

La crisis que enfrentamos con el accidente de Micaela, había sido la más dolorosa de todas las situaciones. Y felizmente, logramos atravesar y superar eso.

La prueba estaba adelante mio:Micaela estaba entretenida con Paula mientras estudiaban.

Yo intentaba ser discreto con mi contemplación. Pero a veces me dejaba llevar por el sentimiento y me olvidaba de la forma en la que la miraba, como lo estaba haciendo ahora. Cuando Micaela erguió su cara, me tomo por sorpresa y no tuve como disimular.

Y como siempre sucedía en estas situaciones, Micaela desvió rápidamente su mirada, avergonzada. Perdía toda su naturalidad, dejaba que el pelo tapara su cara y encogía su cuerpo, como queriendo esconderse.

Era una situación incómoda porque yo siempre intentaba acercarme, pero ella me evitaba.
Me sentía pesimo. De todos los sentimientos que quería despertar en Micaela, con total seguridad puedo decir que el miedo no era uno de ellos.

Mi mayor deseo era recuperar la naturalidad amorosa de nuestra relación. Volver a compartir la ternura y la confianza que eran tan parte de nosotros.
Yo quería que volvieramos a ser nuevamente una pareja.

Reconquistarla a Micaela parecía ser una tarea muy difícil. Los muros que ella construía a su alrededor parecían ser muy altos y resistentes. Ninguna conversación, por más elaborada y sensible que fuese, conseguía derrumbar uno de esos muros.

Micaela sabía todo lo que había pasado entre nosotros. Pero eso no significaba que ella pudiera asimilar lo que había escuchado y que aceptara la situación
Pero nunca desistiría de reconquistarla. De hecho, en este último tiempo, se me había ocurrido hacer algo pero no sabía si ella lo aceptaría.
Sin embargo, tenía que intentarlo. Desesperadamente, tenía que intentarlo.

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Narra Micaela:

Me acuerdo que antes del accidente, amaba los días Sábado. También me acuerdo que antes me sentía feliz por la expectativa de lo que haría en ese día porque me podía relajar y hacer mis pasatiempos favoritos.

Pero ahora los Sábados me dejaban totalmente tensa, para no decir asustada. Nunca el hecho de tener tiempo libre me había dejado en este estado constante de alerta. Bueno, igual antes no tenía un ex-hermano-actual-esposo del cual tenía que escapar.

Yo sabía que estaba siendo injusta, terriblemente injusta con Bruno. Pero no podía evitarlo y mi reacción era más fuerte que cualquier razón o sentido común. Yo me sentía tan nerviosa con su presencia, en duda sobre como debía comportarme, qué tenía que decir o cómo tenía que actuar.

Lo peor de todo, tal vez, era que intentaba esforzarme para no reconocer ante Bruno, y hasta incluso de mi misma, lo mucho que él me atraía. Bastaba que él solamente sonríera para sentir que yo podría llegar a ceder a esa fuerte y cresciente atracción.

— ¡Olvidate de Bruno! ¡Olvidate!— Me decía interiormente a mi misma.

Lo más irónico, para no decir lo más triste, es que yo realmente me había olvidado de él. De alguna forma, mi cerebro había borrado por completo a Bruno de mi memoria. Mi mente estaba repleta de lagunas.

Podía recordar con perfección como había sido mi primera presentación de baile, de ver a mis papás y a mis hermanas mirandome en la platea. Pero inexplicablemente, Bruno nunca estaba entre ellos.

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora