Más Que Hermanos [Adaptada]

77 (Primera Temporada)

Narra Micaela:

— Mica, despertate — Pude sentir que Bruno me abrazaba gentilmente.

Abrí los ojos asustada, y fue entonces, que me di cuenta que había gritado de verdad. Pasé mi mano por mi cara, confundida por lo que había soñado. Al mismo tiempo, estaba aliviada por saber que estaba acostada en mi cama con Bruno.

— ¿Estás bien? — Preguntó él totalmente preocupado.

— Si, solamente dame un minuto— Respondí, respirando profundo e intentando calmarme.

— ¿Fue el mismo sueño? — No tuve el coraje suficiente para poder hablar, y solamente afirmé con la cabeza. — Ya es la tercera vez en esta semana que soñas con lo mismo.

Bruno me acomodó para que me apoyora en su pecho mientras acariciaba delicadamente mi pelo. Yo lo abracé con fuerza, completamente invadida por el miedo.

Era siempre el mismo sueño, el mismo que tuve en nuestra luna de miel. Me veía sola, caminando por un lugar oscuro, en medio de una terrible tempestad, cansada, mojada y con frio.

Empiezo a caminar y encuentro una cueva. Pero una vez que estoy dentro de ahí, me asusto. Grito desesperadamente por ayuda, lo llamo a Bruno, y a veces, tengo la intuición de escucharlo. Por eso, comienzo a correr. Llamo desesperadamente por él, busco una salida, grito por socorro, y entonces, me despierto.

— Volviste a tener ese sueño, desde que te conté que voy a viajar —bSusurró Bruno en mi oido.

Bruno había recibido una propuesta para hacer un comercial, y como él quería mucho trabajar para poder ganar dinero rápido para obtener nuestro propio espaci, terminó aceptando esa propuesta.
Infelizmente, como no todo es perfecto, las grabaciones eran en otra cuidad. Por supuesto que estuve de acuerdo con esa decisión porque era su profesión.

Pero al acordarme de las cosas que habían pasado la última vez que Bruno se había ido, temblé de miedo. Había sido tan difícil soportar todo aquello sin él, a pesar de eso traté de no demostrar nada, para no desconcentrarlo en su trabajo. Fue en esa época que los sueños recomenzaron.

— Sabes que puedo rechazar todo y quedarme acá, ¿no? — Preguntó él.

— ¡Ni pensarlo! — Dije con firmeza, levantando mi cabeza para mirarlo. — Un par de sueños tontos no van arruinar nuestros planes.

— Pero quedas tan asustada cada vez que tenes ese sueño — Comentó él, sujetando mi cara con sus manos. — No quiero dejarte sola, y que te despiertes en medio de la noche llena de miedo.

— No te preocupes por mi, voy a estar bien — Traté de asegurarle lo más calmada posible.

— ¿Sabes que sos lo que más me importa en esta vida? — Preguntó Bruno, mirándome con atención.

— Si, lo sé — Respondí, y como siempre él me emocionaba.—Pero los sueños son solamente sueños y no hace falta que nos preocupemos por ellos. Al amanecer, ellos van al lugar al que pertenencen: al olvido. Mejor disfrutemos de nuestro último rato juntos antes de que te vayas — Volví a apoyar mi cabeza en su pecho mientras él seguía pasando su mano por mi espalda. — ¿Te puedo pedir una cosa? — Pregunté.

— Lo que quieras.

Mordí mis labios y hablé nerviosa:
— Si.. si algún día me pierdo y descubris que estoy en un lugar extraño y peligroso, ¿me vas a buscar? — Lo sentí estremecerse ligeramente con mis palabras.

— ¡Claro que si! — Respondió inmediatamente, sin dudarlo.
— ¡Voy a ir hasta el fin del mundo si es necesario!

— ¿No vas a desistir nunca?