1 (Segunda Temporada)

570 40 5
                                    

Narra Bruno:

Ya había realizado aquel trayecto tantas veces que, incluso si estuviera distraido no me equivocaría de camino. Seguramente, mis piernas me llevarían a la dirección correcta, como guiadas por un piloto automatico.
Acompañado por Florencia, camino sonriendo hasta la recepción del hospital y saludo a una enfermera muy seria, que responde de forma seca a mi buen día.

Sonrio todavía más. ¿Qué puedo hacer? ¡Me siento feliz!
Las personas suelen odiar los hospitales, yo no.
Tenía motivos de sobra para contar los segundos hasta que llegara la hora de poder estar acá. Porque detrás de esas paredes blancas e impersonales se encontraba la persona que más quiero: Micaela.
Desde hace días intento pasar el mayor tiempo posible con ella, a pesar de que su atención también es compartida con familiares y amigos.

En estos días que pudimos pasar juntos, teniendo su compañia exclusiva y disfrutando de conversaciones tranquilas, percebí que mi Micaela todavía estaba ahí, perdida en algún lugar de su mente. Su sonrisa continuaba siendo la misma, así como también su timida mirada y su tono de voz.

Durante la noche, admirándola mientras dormía, me asombraba al recordar su suplica de que no la abandonara, en caso de que ella estuviera lejos de mi. Le había prometido ir hasta el fin del mundo si fuese necesario, garantizando que no existiría fuerza que sea capaz de alejarla de mi. Nunca pensé que esa fuerza pudiera ser ella misma.
Después de largos días, Micaela finalmente sería dada de alta, con una serie de restricciones.
Pero eso ya era lo esperado, su recuperación estaba en proceso.

Micaela había sobrevivido a aquel terrible accidente, en el cual el auto que estaba manejando fue violentamente afectado. Después de despertarse del coma, ella mejoraba progresivamente, lo que nos dejaba muy felices y llenos de esperanza. Sin embargo, sabíamos que su estado requería de cuidados especiales. Y claramente, estabamos muy dispuestos a cooperar. Tenerla con vida y saludable era lo más importante.

En breve, Micaela volvería a casa y pondríamos un fin a aquella farsa ridicula de ser solamente hermanos. Era difícil prever como sería su reacción. La angustia, la euforia y el miedo se apoderaban de mi mente.
Cada vez se tornaba más complicado esconder mis sentimientos. Había arreglado con nuestros papás que me comportaria solamente como su hermano, y hasta el momento, yo cumplí con mi parte. Pero solamente yo sabía lo mucho que me costaba.

Si no fuese recibido diariamente con su presencia y su sonrisa, tal vez no lo hubiese soportado.
Habíamos conversado bastante en los últimos días. Yo le conté historias de nuestra infancia, también llevé un mazo de cartas para jugar y pasar el rato. Poco a poco, fui revelando más detalles de mi vida, siempre con la esperanza de que ella pudiera recordar algo sobre nosotros. Pero ella apenas escuchaba con la misma expresión de sorpresa y su mirada curiosa.

En aquella noche, mientras jugabamos a las cartas, le comenté animadamente sobre mi profesión y Mica se entusiasmó al saber sobre los personajes que yo había interpretado.

- Mi hermano es un actor famoso. ¡A mi me encanta ese personaje!-
Comentó Micaela emocionada
- ¡Siempre sentí algo especial por él!
- ¿Cómo?- Pregunté más que entusiasmado - ¿Qué siempre sentiste algo especial por quien?-
- Por ese héroe que representaste- Respondió con su mirada soñadora - ¡Seguramente estabas perfecto en ese papel!-
- ¿Por qué?- Sabía que era muy cruel preguntarle eso, pero no pude resistirme.

- Bueno...- Sus mejillas comenzaban a tornarse rojas
- Porque creo que encajas muy bien en la descripción de héroe romántico. Hay algo en vos que me hace acordar a los principes de los cuentos de hadas, tipo "La Bella Durmiente" y esas cosas- Respondió ella en voz baja.

La mire por algunos segundos, sonriendo levemente y recordando aquella descripción que Micaela había hecho sobre mi cuando nos conocimos en la infancia. Era muy parecida a esa descripción, y eso reanimaba las esperanzas que tenía de que Micaela volviera a desenvolver los mismos sentimientos por mi.

- ¡GANE!- Exclamé, jugando la última carta sobre la cama.
- No- Reclamó ella - ¡Tenes que reconocer que me contaste esa historia, solamente para que me desconcentrara del juego!
- Creo que estás volviendo a recordarme- Dije sonriente mientras levantaba las cartas de la cama.

Micaela también estaba sonriendo. Contemple sus ojos alegres y era increible la felicidad que aquella simple visión me proporcionaba. Me sentía muy contento por verla bien y tenerla conmigo, a pesar de que no era exactamente la manera en la cual me gustaría tenerla.

- Ya es tarde, mejor vamos a dormir- Sugerí después de mirar la hora en mi reloj - ¡Mañana va a ser un gran día! Por eso, es importante que descanses bien, nada de excesos
- ¡Eso es ridiculo! El Dr.Sanders ya dijo que mañana me van a dar el alta. ¿Qué diferencia hace que  me duerma temprano o tarde? Si es que puedo llegar a dormir, porque estoy muy emocionada por volver a casa- Comentaba euforica con aquella sonrisa radiante que me dejaba sin aire.
- Si, eso va a ser muy bueno!- Concordé alegre por su entusiasmo - Nada como dormir en tu cama propia-

Sonreí con su expectativa, que no era mayor que la mia. Me acerqué para darle un beso en la frente, pero ella sin querer, movió rápidamente la cabeza, provocando que casi nos besaramos en los labios. Permanecimos quietos por algunos segundos - que parecían ser eternos.

Pude notar que sus labios temblaron ligeramente, yo suspiré, soltando el aire lentamente. Tuve que recurrir a mi autocontrol y alejarme de ella. Al alejarme, pude ver su mirada sorprendida y avergonzada.

- Perdón- Murmuró timidamente.
- Todo bien- Dije, tratando de sonar lo más natural posible
- Creo que estamos emocionados por todo lo que está pasando. Mejor voy a apagar la luz para que nos ayude a relajar y a dormir.
- Claro- Concordó ella cabizbaja.

Esperé a que Micaela se acostara y se tapara. Apagué la luz y me senté en la silla reclinable, que me serviría de cama. Mi cuerpo y mente estaban todavía conmocionados por nuestro casi beso. Cerré los ojos con fuerza, intentando controlar la respiración agitada.

El clima de alegria y ansiedad parecía ser sustituido por puro magnetismo. Estaba tan cerca, pero al mismo tiempo tan lejos y eso me estaba matando.

- Bruno yo...- Dijo Micaela de repente, sonaba insegura.
- ¿Qué?- Pregunté intentando disimular mi tensión.
- Nada serio- Respondió después de algunos segundos. - Solamente quería decirte que duermas bien-

____________________________________

Nota: Espero que les haya gustado el primer capítulo de la segunda temporada!!😄😄
Además quería invitarl@s a que lean un SongShot que escribí de Brunaela, se llama "Ya Me Enteré", espero que también les guste!

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora