36 (Segunda Temporada)

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Narra Micaela:

— Creo que ya sé lo que es— Hablé más tranquila

— ¿Qué? — Preguntó Bruno curioso.

— Estoy cerca de mis días y mis pechos siempre están sensibles para esas fechas. Pero después pasa...

La mirada de transe había vuelto en su cara y no pude evitar reírme.

— Igual te gustó, ¿no? — Pregunté, mirándolo fijamente

— Yo te amo de cualquier manera. Pero... ¡no te voy a negar que están muy lindas!—  Habló con la emoción que tiene un chico cuando le regalan un juguete nuevo.

— Te espero en la ducha— Dije, guiñándole un ojo, antes de irme al baño

Antes que contara hasta cinco, Bruno ya estaba conmigo y, como siempre, no me decepcionó...

*********

Domingo: Reloj
Lunes: Perfume
Martes: Camisa
Miércoles: Libro
Jueves: Mochila
Viernes....

— ¡Un celular! — Exclamé furiosa al abrir una tarjeta que decía:

“Extraño demasiado el sonido de tu voz. ¡Llámame! Besos, Sofía.”

¡Esto ya fue demasiado lejos— Pensé, consumiendome por la rabia.

Estaba yendo a la escuela cuando llegó otro regalo más para Bruno. Decidí que no podía tolerar más todo esto, así que fui a hablar con él.

— ¡Quiero que hoy le pongas un límite a todo esto!— Exigí enérgica y tiré el paquete, envuelto por un papel brillante, arriba de la mesa de la cocina, donde Bruno estaba desayunando.

— ¿Otro?— Preguntó espantado y abriendo bien grandes sus ojos.

— ¿Estás sorprendido? — Pregunté irónica— ¡Porque yo no lo estoy! Ella estuvo haciendo esto durante toda la semana.

Miré impaciente como Bruno abría la caja, verificando de lo que se trataba. Después de leer la carta, me miró  visiblemente incómodo.

— Es de ella de nuevo, ¿no? — Preguntó en un susurro mientras que yo comencé a reírme irónicamente.

— ¡Qué lindas palabras que elegiste! Sí. Es “de ella”. ¡Y “de nuevo”! — Dije poniendo mis manos en la cintura.— Ahora, lo que quiero saber es qué pensas hacer al respecto.

Él soltó un largo suspiro.

— Mi amor, ya hablamos sobre esto. Mañana cuando la vea en el teatro le voy a devolver todo. — Intentó apaciguar la situación, pero para mí era imposible.

— Bruno, ella te dió un celular. ¡Y no es cualquier celular! — Hablé apuntando el aparato. — Y como siempre, es lo más caro, ¡lo más nuevo! ¡Así como todo lo que te mandó en esta semana! Yo no quiero esperar hasta mañana, quiero que hoy mismo le devuelvas todo.

— ¡Cálmate, Micaela! — Pidió nervioso. — Vamos a ser civilizados. Para mí, ella no es más que una compañera de elenco. Sofía ya sabe que no hay espacio para otra mujer en mi vida que no seas vos.

— ¡¿Civilizados?! — Pregunté frunciendo el ceño. Él esquivaba una confrontación directa con Sofía. Y eso ya me estaba volviendo loca. — Si hubieses hecho algo desde el primer día, ella no seguiría mandandote más regalos. Pero como aceptaste todos los otros, esa estúpida se sintió confiada. ¡Ahora debe estar llena de esperanzas! — A medida que yo iba hablando, mi tono de voz aumentaba cada vez más. — Es eso lo que te impide actuar, ¿no? ¿Es por ese masaje en el ego que ella te está dando?

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora