54 (Primera Temporada)

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Narra Micaela:

—  Te amo tanto que a veces creo que mi corazón no alcanza para poder cargar con tanto sentimiento.—  Susurré. — A veces creo que mi cuerpo no es lo suficientemente fuerte como para poder soportar tanto amor. Cuando me acaricias así siento como si me estuviera por desmayar por causa de este sentimiento tan fuerte que trasborda por mi piel y por mis poros. ¡Yo te quiero, yo te quiero ahora! —  Dije agarrandolo del cuello y besandolo para demostrarle que todo lo que sentía era cierto.

Después no eramos más Bruno y Micaela. Yo no sabría decir dónde yo terminaba y él empezaba. Nos complementabamos de forma plena.
El amor físico era como un símbolo del sentimiento mayor que nos unía, era como el equilibrio perfecto entre suavidad y fuerza, espíritu y carne, libertad y prisión. Lo que fuimos, lo que somos y lo que seríamos. Siempre.

Llegué a casa casi a la hora de la cena. Subí las escaleras con mamá avisandome que la comida ya estaba casi lista. Corrí hacia mi cuarto, agarré ropa limpia y fui directo a bañarme lo más rápido que pude.

Poco tiempo después, mientras cenabamos mamá comenzó a hacer sus preguntas habituales sobre cómo había estaba mi día. Respondí como de costumbre, comentando sobre lo que creía más interesante.

Después me quedé mirando un largo tiempo a mi plato, mi mente estaba llena de recuerdos de lo que había pasado esa tarde con Bruno. Estaba completamente inmersa en dulces recuerdos y sin percibir, dí un largo suspiro. Pero me desperté con la siguiente frase que escuché:

— Creo que alguien está enamorada —  Dijo mi papá riéndose. Abrí bien grande los ojos y noté cómo mis papás intercambian miradas y sonrisas complices entre sí.

— No sé de lo que ustedes dos están hablando — Respondí, intentando disimular. Podía sentir como toda la vergüenza que sentía, se trasmitía en mis mejillas, ya que estaban ardiendo demasiado en esos momentos.

—  Ah, ¡no me mientas, Mica!—Dijo mi mamá entre risas.—  Esas mejillas tan coloradas lo confirman todo.

—  ¡Ay, mamá! —Respondí sin gracia.

— Entonces, ¿queres decir que alguien se metió en tu corazoncito? — Bromeó mi papá.

—  Papá, ¿vos también?—Pregunté indignada

— No tenes que sentirte avergonzada, es lo más natural del mundo y más a tu edad—Comentó mi mamá.

— ¿Cuándo vamos a conocer al afortunado? — Preguntó papá, sonriente

En ese mismo instante, Bruno entró a la cocina. Lo miré sorprendida porque creía que él tenía que estar trabajando a esa hora.

— ¡Buenas noches!— Saludó él sonriente y aprovechando para agarrar una papa frita del plato de mamá.

— Llegaste temprano, hijo— Dijo mamá, dándole una palmadita en el hombro

— Es que suspendieron la grabación de hoy y la pasaron para mañana—
Explicó.— Pude escuchar la conversación por la mitad, ¿pero quién es el afortunado del que están hablando?

— Del novio misterioso de tu hermana
—Respondió papá, que todavía reía por toda esta situación.

— ¡Papá!— Dije nerviosa. — Yo no dije nada, ¡son ustedes dos los que están haciendo suposiciones falsas!

— ¿Cómo que un novio misterioso?— Preguntó Bruno, pareciendo muy interesado en el tema.

— Tu hermana llegó a casa con esa cara de quien vio un pájarito verde— Contó mamá entre risas. — Y claro que no pudimos dejar de notar esos ojitos brillantes y los suspiros. Tu papá y yo ya vivimos bastante para saber cuál debe ser el motivo de todas esas reacciones

¡Por Dios, esta era la situación más vergonzosa que había vivido en toda mi vida! Lo miré a Bruno y él parecía divertirse con toda esta situación.

— ¿Un pájarito verde?— Preguntó Bruno cínicamente. — Después, quiero saber cuál es el nombre de ese pajarito Y yo rodé los ojos ante ese comentario tan estúpido.

— Bueno, ahora que ya todos se rieron de mí, si me dan el permiso me voy a ir con la poca dignidad que me queda.— Dije levantándome de la silla mientras escuchaba más y más risas por parte de los tres.

Me acosté en mi cama, y me quede pensando en la última conversación que había tenido con Bruno durante esa tarde, mientras estábamos acostados en el cuarto de Paio. Con Bruno habíamos pensado en la posibilidad de contarle la verdad a nuestros papás en la mejor forma posible.

Era difícil decidir, ¿por qué cómo se le puede revelar a los padres una noticia de ese tipo?
Si existía un libro de autoayuda que explique cómo contarle a los padres que sus "hijos" están enamorados, yo hubiese sido la primera en comprarlo.

— ¿Ya pensaste en qué hubiese pasado si cuando llegaba le decía a papá: "Papá, ¿sabías que sos el primer padre-suegro del mundo?"Dijo Bruno riéndose, levantando los brazos y haciendo una señal positiva con las dos manos.


— Peor que eso, ¡hubiese sido que le hayas dicho que estabas listo para convertirlo en el primer padre-suegro-abuelo del mundo! Ahí él directamente te hubiese matado.— Comenté riéndome junto a él.


— Creo que peor hubiese sido que le haya dicho: "¿Papá me prestas tu cama? Porque creo que con Micaela necesitamos más espacio esta noche" Completó, como si fuese la cosa más natural del mundo.

— Ahí no iba a ser papá el que te hubiese matado, ¡yo lo hubiese hecho!

— No serías capaz de matar al amor de tu vida— Dijo él sonríendo y acercándose aún más a mí

— No— Respondí, acortando los pocos centímetros de distancia que quedaban entre nosotros para poder besarlo.

El capítulo que viene es puro Paioedo💕💕 Aviso para las que los shippean jaja.
Saludos!

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora