Más Que Hermanos [Adaptada]

46 (Primera Temporada)

— ¿Vamos a nadar? — Sugerí entusiasmada.

— Vamos — Aceptó Bruno alegremente.

Ya tenía mi bikini debajo de la ropa, así que solamente tuve que sacarme mi remera y mi bermuda para después poder meterme en el agua, Bruno hizo lo mismo. Nadamos tranquilamente y sentí como si fuesemos Adan y Eva en el Jardín de Edén.

Pasamos varias horas ahí, nadando, jugando, sacándonos muchas fotos con los chicos y también nos subimos hasta la punta de la cascada y nos tirabamos desde ahí. ¡Era pura diversión!

Más tarde, los nenes se fueron y nosotros les agradecimos por toda su ayuda. Finalmente, nos habíamos quedado completamente solos en aquel paraíso.

Continuamos en la laguna y nunca me había sentido tan feliz como lo estaba ahora. Nunca antes me había sentido tan relajada, tranquila y completa.
Lentamente nuestros labios se aproximaron y continuamos aquel beso interrumpido. Un beso lento, gustoso, nuestras lenguas se exploraban lentamente y él me abrazaba más fuerte.

Sentí que sus manos subían y bajaban por mi espalda; mis manos tampoco se quedaron quietas y comencé a acariciar su pecho. El beso cambió por completo la intensidad y ahora estaba mucho más urgente y rápido. Por falta de aire, él detuvo el beso y suspiró pesadamente.

— ¡Mica, me volves loco!—Murmuró, antes de volver a besarme.

Sentí que sus manos se estaban volviendo más audaces y me preocupé. No debíamos continuar con aquello por más tiempo. Si continuabamos así sabía dónde todo terminaria y yo no había venido preparada.
Cuando sentí sus manos en mi espalda, intentando abrir el lazo que sujetaba la parte de arriba de mi bikini, dejé de besarlo.

— Espera, amor — Dije con la respiración irregular. — Creo que es mejor que paremos.

— Pero está todo tan lindo—Insistió él besándome rápidamente.

— También creo lo mismo. Pero es que no vine preparada—Expliqué.

— Vos no viniste preparada, pero yo si — Respondió él, guiñandome el ojo.

— ¿Cómo? — Con una sonrisa maliciosa, lo observé llevar la mano a su bolsillo de la bermuda y pude ver que segundos después él sacudía un preservativo. Quedé sorprendida.

— Mi amor, de ahora en adelante, siempre que salga con vos, voy a estar prevenido. —Dijo él sonríendo.

— ¿Y sí aparece alguien?—Comencé a mirar para todos lados.

— Bueno, entonces vamos más hacia al fondo — Respondió él, empujándome levemente.

Fue la cosa más loca que había hecho con Bruno. Era entrar y salir del agua, subir y bajar, terminé completamente exhausta.

Agarré mi bikini que había quedado flotando en el agua, me vestí y me envolví en un toalla, cerrando los ojos. Enseguida, él hizo lo mismo.
Nos quedamos un buen tiempo en silencio, descansando.

— Terminamos de cumplir una de mis mayores fantasías, ¿sabías?

— ¿En serio? — Pregunté, abriendo los ojos. Él apenas sonrió.

— ¿Tenes alguna fantasía?—Preguntó él, con los ojos todavía cerrados.

Me quede pensando por un largo tiempo, intentando decidir qué responder hasta que una idea vino a mi mente.

— Creo que si — Respondí.

— Decime — Él pidió.

— ¿Visté la película "Negocios Arriesgados" con Tom Cruise?—Bruno simplemente asintió. — ¿Te acordas de la parte que él está solo en la casa y baila en la sala? — Él abrió bien grande los ojos, finalmente comprendió hasta dónde yo quería llegar. — Mi fantasía es verte bailar igual que él, solo para mí.

— Pero con lo malo que soy bailando, en vez de resultarte algo erótico, te vas a reír.

— ¡No seas tonto! — Respondí ríendo, volviendo a cerrar los ojos.

— ¡Espera un segundo!—Escuché que dijo Bruno, por lo cual volví a abrir mis ojos. — ¿Tenes fantasías con Tom Cruise?

— ¡Ay, no! — Respondí rodando mis ojos. — No son fantasías con Tom Cruise, son fantasías con vos ¿Entendiste?

— Está bien. No quiero ni pensar que existe la mínima posibilidad de que tengas fantasías con otra persona que no sea yo— Declaró, apuntándose a sí mismo.

— ¡Que marido tan celoso que tengo! — Dije, inclinándome hacia él para poder besarlo.

— Anda acostumbrándote porque soy posesivo y no me gustaría compartirte con nadie. ¡Mica sos mía! — Dijo besándome de una manera que compraba lo que él había dicho.

Poco tiempo después, resolvimos salir de allí y ahora que ya conocíamos el camino, volveríamos más rápido a casa. Ya estábamos por subirnos a nuestras bicicletas cuando un chico y una señora se acercaron a nosotros. El chico nos pidió dinero y a cambio su abuela nos predecería el futuro.

Bruno hizo una señal para que los ignorara y que nos fueramos, pero la mirada de la pobre señora ciega de cabello blanco y piel arrugada, me conmovió por completo.

Saque de la mochila algo de plata y se la extendí al chico, que agradeció sonríendo. Él me dijo que su abuela necesitaba tocar mi mano para poder realizar la predicción, y como ella no hablaba en nuestro mismo idioma, él haría la traducción.
Extendí mi mano y el chico agarró la mano de su abuela hasta guiarla a la mía. Ella estuvo por un tiempo en silencio hasta que comenzó a hablar en su propia lengua nativa.

— "A muy temprana edad, todo fue retirado de ti" — El chico traducía. — "Pero tiempo después, el destino te recompensó todo aquello que había sido perdido" — Bruno y yo nos miramos sorprendidos.—"También muy temprano, el destino te trajo el amor verdadero." — El chico continuó hablando. — "Tu alma gemela siempre estará a tu lado"— Bruno y yo nos senreímos el uno al otro.—"Ahora vives días de gloria, del auge del amor. Vive intensamente cada uno de estos días de luz y sol porque se aproxima la tempestad. Puedo ver una tormenta formándose en el horizonte y después de ella vendrá la oscuridad, tan densa que parecerá que el sol dejará de existir" — Sentí que Bruno sujetaba mi mano.

— Bueno, ahora nos vamos—Me dijo él bastante preocupado.

— No, espera. Que quiero terminar de escuchar — El chico nos miraba como asustado, pidiéndonos disculpas.—Termine, por favor- Solicité

— "Solo el amor, la fe y la esperanza podrán rescatarte de la oscuridad. El destino te dará una oportunidad de encontrar la salida. Pero presta atención a las señales ya que si no estás demasiado atenta, puede ser demasiado tarde y estarás perdida para siempre. ¡Escucha a tu corazón y el Sol saldrá nuevamente!"