43 (Primera Temporada)

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Bruno aproximó bien cerca su cara junto a la mia, mirándome fijamente a los ojos. De repente, nuestas bocas se encontraron y cerré mis ojos, en busca de poder sentir todo lo que estaba pasando. Podía sentirlo todo desde su boca que se movía en busca de la mia, su aliento y hasta los brazos de él que me estaban sosteniendo.

Nuestras bocas se abrieron y nuestras lenguas se abrierón, y el beso empezó a ser más profundo y urgente.

Minutos después, él soltó mi boca y comenzó a llenar mi cara de besos; luego, descendió hacía mi oreja, donde la mordisqueó delicadamente. Volvió a buscar mi boca y comenzó a besarme profundamente, mientras yo con una de mis manos acariciaba su cuello y con la otra lo despeinaba.

Repetinamente, él dejo de besarme y me sorprendí cuando me alzó para luego poder depositarme lentamente en la cama.

- ¿Confias en mi?- Murmuró y preguntó.

- Por supuesto que confio en vos.- Respondí y suspiré.

Él me besaba y empezaba a acariciar mis piernas, levantando mi camisón en el camino; para luego poder sacarme gentilmente dicha prenda. Pude notar que él se había alejado un poco, lo cual consideraba un poco extraño; pero, pude comprender que el motivo era porque era la primera vez que me veía desnuda. Él me observaba de los pies hasta los ojos.

- Desde hace años que soñaba con verte así- Confesó Bruno con la voz susurrante. - Hace años que sueño con sentir tu piel junto a la mia.- A medida que él hablaba, se acostaba encima mio, entrelazando nuestras piernas.
- Quiero hacerte mia, Mica.- Completó, mirándome intensamente a los ojos.

Comenzamos a besarnos con pasión y deseperación. Él me acariciaba y yo lo acariciaba, perdiendo por completo mi vergüenza inicial.

- Me siento en desventaja- Susurré entre besos. - No eras solo vos el que soñaba.

Él sonrió y se alejó, apenas lo suficiente, para poder sacarse la ropa que le quedaba; brindándome una linda visión de todo su cuerpo. "Es tan lindo" fue lo primero que pensé.

- ¿Mejor así?- Preguntó él, volviendose a apoyar arriba mio.

- ¡Mucho mejor!- Respondí, antes de empujarlo por el cuello para poder besarlo apasionadamente.

Todo era tan nuevo y sorprendente, pero al mismo tiempo era maravilloso. Las sensaciones eran arrebatadoras. Nunca había visto tanta piel expuesta, nunca había sido tocada de una forma tan intima. A pesar de mi timidez, me permití vivir esa primera experiencia.

En cada gesto de Bruno, yo podía sentir su infinito amor, su dulzura y su paciencia.
Fue un despertar lento, pero poderoso, con sensaciones que aumentaban y se acumulaban, y se volvían insoportables. Al mismo tiempo, me sentí aliviada al ver que no era la única que estaba siendo poseida por tantas emociones.

Bruno parecía estar entre la profunda concentración y la agonia delirante. Él susurró, en voz baja, una palabra que no pude entender muy bien. En mis oidos, parecía algo así como: "¡Hitler!". Pero seguramente había escuchado mal, porque nadie diría algo así en un momento como ese, ¿no?

A medida que seguíamos con nuestros besos y caricias, una necesidad se presentaba en mi. Era como si a una parte mia le estuviese faltando algo y que exigía ser completada.

- Ah, Bru...- Susurré, gimiendo.
-Necesito, necesito...- No podía encontrar las palabras adecuadas.

- ¿De qué?- Preguntó intensamente

- De vos

Para mi desgracia, él me soltó y cuando lo vi alejarse de mi, estaba a punto de decir algo que pudiera reflejar mi frustración.
Pero, cuando lo vi agarrar un preservativo de la caja que nos había dado Paio pude comprender el motivo: protección.

Cerré los ojos, esperando con ansiedad porque sabía lo que vendría y me sentía lista. Mas que eso, necesitaba de aquello con cada fibra de mi ser.
Abrí los ojos al sentirlo acostarse suavemente sobre mi, y mis piernas se abrierón para recibirlo.

- Te amo- Fue lo único que pude escuchar decirlo

Por más que sabía que el dolor formaria parte del proceso, fue espantoso el percebir que por más que quisiera evitarlo, mi cuerpo tenía una barrera natural a su invasión. Fue casi con alivio el sentir que finalmente algo se rompía y poder ser capaz de recibirlo.

Ahora eramos uno, no solamente en espiritu, pero también fisicamente.

- Mica, fuiste hecha para mi...- Comentó él en pleno auge de la pasión.

Sentía que eramos como dos bailarines que estaban en perfecta sincronia, siendo que esta vez era Bruno quien me guiaba en esta nueva coreografia. Instintivamente yo lo seguía, en cuanto él me conducía en un ritmo propio. Nuestros cuerpos eran los instrumentos del mayor baile de nuestras vidas y la dulce melodía estaba compuesta por nuestros besos, susurros y gemidos.

Comencé a sentir una especie de frenesi, algo que se estaba apoderando de mi. Miraba bien dentro de sus ojos, cuando sentí que comenzaba a explotarme, estremeciendome violentamente.
Fue como por si un momento, yo hubiese dejado de existir. Para en el momento siguiente poder surgir renacida, con plena conciencia de que después de esta experiencia, yo nunca más volvería a ser la misma.

Poco tiempo después, sentí a Bruno estremecerse de la misma manera. Él se acostó al lado mio,
y comencé a abrazarlo con mis brazos y piernas.
A los pocos segundos, su respiración fue calmandose; y él se sustentó en sus brazos y me volvió a mirar.

- Debo estar pensando en vos- Comentó, con la respiración todavía un poco agitada
- No me molesta. Es más, si fuera por mi te amarraría acá para siempre- Respondí entre risas
- Entonces, soy tu prisionero- Declaró - Prisión perpetua-

Bruno hizó un movimiento inesperado: Giró su cuerpo, llevandome junto a él y de esa forma yo quede encima de él.
- Listo. Ahora sigo siendo tu prisionero y podes respirar-
Lo abracé por el cuello, apoyando mi cabeza en su pecho. Podía sentir como sus manos recorrían cada centimetro de mi espalda.

- ¿Es siempre así?- Pregunté
- ¿Tan intenso?
- No. Creó que es porque somos nosotros.- Respondió. - ¿Te dolió mucho?
- No, pasó rápido- Garanticé

Vi el sobre del preservativo abierto encima de la cama, y lo agarré con la punta de los dedos.
- Entonces, ¿este es el regalo de Paio?- Pregunté curiosa
- No es sólo ese. Él nos regalo una centena de ellos - Comentó él ríendose. - Haceme acordar que después de lo agradezca

Me sentía plena, era como si hubiese estado esperando siempre por eso. Por poder estar así, sin barreras, solamente él y yo, y nuestro amor.
Una vez más, sus manos descendierón por mi espalda, deteniendose en mis muslos, que los apretaba con firmeza.

- Nunca me había sentido así con alguien- Confesó - Hay algo en vos que tiene ese efecto en mi- Diciendo eso, giró nuevamente su cuerpo y yo quede abajo de él.
Lo miré y podía sentir su animación evidente y veía como sus ojos brillaban excitados.

- ¿Ya?- Pregunté sorprendida, y él dió una risa antes de responder
- Mi amor, te puedo amar la noche entera.
- Demostramelo Dije al aproximar mi rostro cerca del suyo, sintiendo el perfume de su piel.
Y finalmente, él lo demostró...



La primera vez!! 😱😱😱💕💕. Para la chica que quería saber cual era el regalo de Paio, en este capítulo quedo detallado😂😂😂.

Subí dos capítulos en un día, puro milagro del fin de semana largo jajaja.
Saludos!

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora