30 (Segunda Temporada)

555 32 2
                                    

Narra Micaela

Bruno, yo te... — Antes que yo pudiera completar la frase, él me besó nuevamente, como si qusiera probar de aquella forma que cada palabra que había dicho era verdadera.

Terminé desistiendo de la confesión. A lo mejor, ese no era el momento ideal para hacer una declaración de ese tipo. Creía que era mejor decirselo en otro momento y en otro lugar. Mientras tanto, bailabamos completamente entregados al momento.

Nuestros pies se deslizaban en una forma tranquila, al ritmo de la música romántica. Pero mi corazón latía bastante rápido. No sé por cuanto tiempo estuvimos así. Las canciones pasaban y ,durante todo el tiempo, todo lo que veía era él.

Nuestros labios se encontraron repetidas veces, hasta que en determinado momento Bruno me agarró un poco más fuerte de la cintura y susurró en mi oído:

— ¿Qué te parece si nos vamos?

— ¿Estás seguro? — Pregunté un poco insegura. — Al fin y al cabo, este también es tu festejo por la obra

— Si, estoy seguro. Todo lo que quiero es festejar con vos — Y me lanzó una mirada que me hizo temblar todo el cuerpo.

— Bueno — Dije, un poco temblorosa. — Esperame que voy rápido al baño

— Bueno, nos encontramos en la salida.— Dijo él antes de darme un corto beso en los labios.

Fui al baño rápidamente y ya estaba saliendo cuando la vi a Sofía retocando su maquillaje mientras se miraba en el espejo.

— Miren a quién tenemos acá—Dijo sonriente. — ¡A Micaela Sainz Micheli, la chica más suertuda del planeta!

Sofía estaba extraña, un poco desarregalda. Tenía la cara muy colorada y la mirada media transtornada, con el maquillaje de sus ojos todo corrido.

No sabía si estaba llorando o estaba borracha, quizás un poco de las dos cosas. Continuamos mirándonos a través del reflejo del espejo.

— No sé de qué estás hablando — Respondí alerta. — Con permiso, ya me estoy yendo a mi casa.

—¡Si que sabes de lo que estoy hablando! — replicó con una sonrisa larga y una mirada fulminante, maligna.— ¿No sos vos la que está casada con el hombre perfecto? ¿No sos vos la que con un simple númerito de baile consiguió eclipsar a todos, en una fiesta que ya estaba organizada desde hace semanas?  Y para cerrar la noche con una “llave de oro”, ¿no sos vos la que vuelve a casa acompañada del hombre más lindo de toda esta fiesta? Viste, ¿no te dije que eras la chica más suertuda del mundo? ¡Lo tenes todo!

— Siempre pensé que la que lo tenía todo eras vos. — Hablé calmamente y ella soltó una carcajada.

— ¡Tenes razón! Tengo todo lo que la plata puede comprar: autos, casas, ropa, joyas y hombres, incluso hombres — Dijo arrogante. — ¿Y sabes qué es lo mejor? Que todo tiene su precio, hasta las personas tienen precio. Algunas son más caras, es verdad. Pero alcanza con descubrir el valor correcto que, tarde o temprano, la compra es realizada y ¡lo que quiero termina acá! — Gritó ella y señalaba la palma de una de sus manos.

Finalmente, Sofía dejaba caer su máscara y su verdadera personalidad, que ya desconfiaba que existiera, era revelada. Al darme cuenta que ella estaba descontrolada, traté de mantener mi cara normal y tranquila, intentando tener una conversación de forma civilizada. No me iba a rebajar a su nivel. Su aparente glamour contrastaba con aquel comportamiento tan agresivo y vulgar.

— Me da lastima que pienses eso. — Dije en un tono calmo — Quizás la cosas funcionen de esa forma en ese mundito materialista en el que vivis, manipulando a las personas con plata, poder e influencia. Pero existen cosas que no podes comprar, por más plata que tengas.

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora