72 (Segunda Temporada)

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Narra Bruno:

En ese día, el abuelo y yo terminamos las actividades más temprano de lo normal. Iríamos a casa a almorzar y la ayudaríamos a Micaela a ordenar las cosas.

Sonreí al recordar lo entusiasmada que ella estaba esa mañana. Y estaba curioso por saber cuál sería el resultado de su conversación con papá. Si todo salía bien, volveríamos a casa la próxima semana y recomenzariamos nuestra vida juntos.
Tenía pensado encontrar un trabajo lo más rápido posible.
Me quería mudar con ella y tener una casa que sea solo nuestra. Ya era momento de que tuvieramos nuestra propia vida y más privacidad. También quería que el bebé tuviera su propio cuarto. A Micaela le encantaría decorarlo. Pero antes de hacer todo eso, viajaría con ella. Tendríamos otra luna de miel. Y yo tenía la esperanza de que de esa forma la pudiera ayudar a recuperar su memoria. 

Estaba así de pensativo cuando llegamos a casa. Nos quedamos sorprendidos al ver que la puerta principal estaba abierta y nadie estaba cerca.

La llamé a Micaela y no obtuve respuesta, fuimos hasta la cocina y vimos algunos tomates arriba de la mesa, algunas ya cortadas.
Su delantal estaba colgado arriba de la silla. No había otro rastro de ella y la comida no estaba hecha.

— ¡Que raro! — Declaró el abuelo y confirmé con la cabeza. Nos miramos entre si y, no sé porque, pero sentí algo muy extraño en el aire. 

La buscamos por el resto de la casa sin éxito. La llamé a su celular, pero lo encontramos sonando en nuestro cuarto.
Volvimos para el lado de afuera y la llamamos a ella. Nada.
Estaba comenzando a preocuparme demasiado.

— ¿Dónde se pudo haber ido?— Pregunté.

— No se debe haber ido muy lejos.— respondió el abuelo.

Miraba para todos lados, esperando que ella apareciera de algún lugar, de cualquier lugar.
En mi cabeza comenzó a pasar de todo: Que algo malo le pudo haber pasado, que algo le pasó al bebé. Que quizás ella me fue a buscar y se desmayó en el camino...

Yo me estaba muriendo de la preocupación, cuando vi que el abuelo se agachó adelante de casa y comenzó a examinar el piso con cuidado.

— Bruno, un auto estuvo estacionado acá recientemente.— afirmó serio. — Estas marcas de neumáticos son recientes.

A veces yo me olvidaba que mi abuelo había sido militar y tenía práctica con esas cosas de pistas y reconocimiento de terreno.

— ¿Quizás ella se fue en el auto?— Pregunté

— No lo sé. — Dijo preocupado. — Anda a fijarte en el garage mientras yo lo llamo a Alejandro.
Fui corriendo a hacer lo que me pidió. Todos los autos seguían estando en el garage. Volví corriendo, cada vez más nervioso.

— Todos los autos están en el garage. — Dije cuando me acerqué al abuelo— ¿Pudiste hablar con Alejandro?

— Si, María y él no vieron nada. Él está en contacto con los vecinos para verificar si alguien tiene alguna información.

Mientras esperaba, seguí caminando en circulos alrededor de casa, esperando que ella apareciera. Escuché que el abuelo me estaba llamando y volví ansioso, esperando que él tuviera alguna buena noticia.

— Alejandro me dijo que uno de los vecinos vio que un auto estaba ingresando acá, ese auto lo estaba manejando una mujer. Por un instante, ella se detuvo y le preguntó a él de quién era esta propiedad, le agradeció y siguió adelante.

— ¿Una mujer? ¿Él te dijo como era esa mujer?

— Joven, linda, muy bien vestida y parecía pertenecer a una clase social alta.

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora