66 (Primera Temporada)

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Narra Paula:

Una música lenta sonaba de fondo, y yo, Paula Amoedo, vivía intensamente aquel momento, muy intimo con Paio.
Estabamos en el cuarto de él, especificamente en su cama, amandonos de la forma más básica y tradicional posible. Solo que con él, lo común se tornaba divino.

— Ya te extrañaba — Murmuró Paio.

Hacía un tiempo que no nos encontrabamos. La última vez que él me buscó, bueno que intentó seducirme, conseguí escaparme en el último minuto. Pero ahora fui yo quien vino a buscarlo, y esta vez, yo tenía mis motivos.

— Yo también — Afirmé, en cuanto estiraba un brazo y acariciaba su cabello.

— ¿Tenes noticias de los "casados"? — Preguntó Paio, cambiando de tema y refiriéndose a Mica y a Bruno.

— Parece que Bruno vuelve hoy a la noche. Menos mal que ya vuelve, porque me preocupaba Mica

— ¿La semana fue muy mala? — Preguntó él, preocupado.

— ¿Mala? ¡No te das una idea!

— ¡Contame! — Pidió él, y comencé a contar la situación en la escuela, con la directora y en la casa de ellos. — Ya me puedo imaginar la reacción de Bruno cuando se entere de todo. Él es muy sobreprotector con Micaela y es capaz de hacer cualquier cosa

— ¿De verdad? — Pregunté sorprendida.

— ¡No tengo dudas! — Respondió él, sonríendo. — Nadie puede ofenderla a Micaela así como así, y lo digo por experiencia propia.

— ¿Ya la ofendisté una vez? — Pregunté, curiosa.

— Una sola vez y en chiste, en un partido de voley. Bruno casi me golpeó para que le pidiera perdón a ella — Él rió al recordar la escena. — ¡Tendrías que haberlo visto a Bruno, estaba sacado!

— ¿Te gustó que haya venido hoy acá? — Pregunté cambiando por completo el tema, y recordando el motivo principal por el cual había ido hasta su casa.

— Por supuesto que si, y lo sabes— Respondió él, sonríendo maliciosamente y pasando su mano por mi espalda. — Y también me sorprendisté porque casi nunca me buscas

— Lo sé — Dije melancolica.
— Pero hoy tengo mis motivos

— Ya lo sé — Comentó sonriendo y descendiendo su mano todavía más.

— Además de eso — Dije sonriendo.

— ¡Ya sé que una sola vez no es suficiente! —Dijo ya animado, aproximando su cuerpo hacía al mio y besando mi hombro.

— Además de sexo, ¡es eso lo que quisé decir! — Agregué entre risas, antes que él comenzara todo de nuevo.

— ¿Además de eso? — Preguntó Paio sorprendido, erguiendo su cara y mirándome con el ceño fruncido, lo que me irritó.

— ¿Por qué la sorpresa? ¿Será que no puedo tener otras cosas en la cabeza, además de tener sexo con vos? — Pude notar que el cambio en mi tono de voz y mis palabras, lo agarrarón desprevenido.

— ¡No fue eso lo que quisé decir!— Intentó corregirse.— Me sorprendí porque cuando estamos juntos, apenas hablamos. Sabes lo quiero decir.

— Si, lo sé — Concordé, todavía irritada. — Y es justamente por eso que hoy vine hasta acá

— ¡No entendi! — Dijo él, confundido. — ¿No te está gustando? Siempre pensé que nos llevabamos bastante bien.

— Queres decir en la cama, ¿no?-
Hablé ácida

— ¿Y cuál es el problema de que nos llevemos bien en la cama?

— Ninguno — Respondí — Pero a veces eso no es suficiente, Paio

— ¿No estoy siendo lo suficientemente bueno? — Preguntó él horrorizado, como si aquello fuese posible.

— ¿Por qué todo para vos siempre se resume en sexo? ¿Escuchasté alguna vez hablar del compañerismo, amistad y romance? ¿Cuándo fue la última vez que nosotros realmente hablamos? Desde hace un tiempo que nos encontramos, y no sabes nada de mi — Paio me miraba con la boca abierta, sin saber muy bien que decir

— ¡No es así! — Susurró, intentando defenderse. — Por supuesto que conozco cosas sobre vos

— ¿Cómo cuales? — Pregunté irónicamente.

— Bueno... — Paio parecía estar nervioso. — Sé que tenes una familia muy grande, tenes muchos amigos y tu mejor amiga es Micaela y... y... — Rodé mis ojos cuando me di cuenta que él ya no sabía que más decir.

— ¡Hasta el panadero de la esquina de mi casa sabe todas esas cosas sobre mi, Paio! — Dije totalmente indignada

— Sé más cosas, pero ahora no me las acuerdo. Si me preguntas, yo voy a saber responderlas

— Bueno — Respondí, desafiandolo

— ¿Cuál es mi color favorito?

— ¿Rosa? — Respondió él, preguntando.

— Azul. ¿Cuál es mi sandwich favorito?

— ¿El de jamón y queso?

— ¡No! — Respondí, haciendo una mueca. — ¡Soy vegetariana! ¿Cuál es mi actividad favorita?

— ¿Además de lo que terminamos de hacer? — Dijo él, guiñandome un ojo.

— ¡Paio! — Reclamé irritada.

— Tenes razón, tenes razón. Dejame pensar — Él permaneció en silencio por un segundo.

— ¿Escuchar música?

— ¡No! Lo que más me gusta hacer es comprar. ¡Ay, me rindo!- Me cruzé de brazos y apoyé mi cabeza en mis brazos doblados, y por un momento, permanecimos en silencio.

— Sé una cosa sobre vos — Dijo Paio, rompiendo con el silencio.

— ¿Qué? — Pregunté sin levantar la cabeza.
En ese momento, él se acostó encima mio, apoyando su pecho en mi espalda y susurró en mi oido:

— Sé que te gusta lo que te hago sentir — Dijo él, seductoramente.— Sé que gustas de mi.

Cerré mis ojos, sintiendo como mi cuerpo traidor se estremecía, automaticamente, por las palabras de él y su cercanía.
Sin embargo, esta vez no me iba a dejar llevar. Por más que él me encantaba, tenía que ser fuerte y revelar el motivo principal de estar ahí.

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Quisé reparar la ausencia de estos días, y por eso, decidí subir dos capítulos jaja.
Gracias por sus votos y lecturas.

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora