75 (Primera Temporada)

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Narra Paio:

Finalmente, la suerte parecía estar de mi lado porque cuando nos fuimos hacia la pista comenzó a sonar una música lenta. Agarré a Paula de la cintura, pero ella no estaba relajada. Estaba tensa y seria.
Creí que era mejor hablar son un tema cualquiera para romper el hielo.

¿Por qué estaba tan inseguro?
Ya había experimentado toda intimidad física posible con ella, entonces, ¿por qué me estaba sintiendo como si nunca la hubiera visto?
Nunca tuve problemas en exponerme físicamente, incluso con extrañas. Pero no era ese tipo de temor el que temía, ya que en esas situaciones las etapas y los objetivos eran tan claros.

¿Pero exponer al corazón? Era como saltar de un avión sin paracaídas, o sea, solo un milagro me salvaría. ¿Será que yo tendría semejante fe para que los milagros sucedieran?

"¿Qué está pasando conmigo?", pensé. Si voy a seguir de esta manera, voy a estar peor que Bruno. Mejor es no seguir pensando en la filosofía barata y partir para la práctica.

Intenté dar mi mejor sonrisa insinuante, antes de comenzar a hablar:

— Interesante coincidencia, ¿no?

— ¿Cuál? — Preguntó Paula, con cierto tono de indiferencia.

— Vos y yo. Marco Antonio y Cleópatra

Era de conocimiento público que los personajes históricos de Marco Antonio y Cleópatra, retratados en libros, películas y obras de teatro, habían vivido una relación amorosa y trágica.

— Si, una relación complicada — Comentó ella.

— Pero ellos terminaron juntos

— Y muertos — Retrucó ella enseguida.

Fruncí el ceño. Aquello no estaba saliendo como yo quería. Tenía que encontrar una forma de llegar a ella. Nunca fui bueno con las palabras como Bruno, esas palabras románticas nunca funcionarón en mí. Siempre fui un chico de acción.
Entonces, decidi atacar con lo que mejor me iba. De forma inesperada y sin dar tiempo para protestas, con un brazo agarré a Paula por la cintura, apoyando mi cuerpo al de ella y con el otro sujetaba su nuca.

Paula me miró sorprendida, y cuando, abrió la boca para decir algo, yo la cubrí con la mia. Ella intentó rechazarme en un principio, al golpearme en el pecho o empujarme. Pero no le di tregua, la besé impiadosamente y salí, arrastrándola por el salón. Hasta que consegui alcanzar una pared del otro lado y la acorralé en un rincón, inmovizándola.

Entonces, de repente, ella dejó de luchar. Sentí sus manos en mi cuello y su boca correspondiendo a mi beso. Pero segundos después, ella se alejó para poder respirar.

— Por qué.. por qué... — Decía ella, intentando recuperar el aire.

— Ya lo sé todo, Pau — Susurré en su oído

— ¿Qué? — Preguntó confusa.

— De tu primo, de que te quieren obligar a casarte con él, del acuerdo raro de tus papás, de que te van a obligar a vivir en India en caso de que no consigas un novio a fines de este año — Expliqué pausadamente.

— ¿Qué? — Exclamó Paula, abriendo bien grandes sus ojos.

— Entonces, para demostrarte que soy muy bueno, voy a hacer mi acción del día y me voy a ofrecer a ser tu novio por un tiempo, ¿qué tal? — Propuse sonríendo.

Paula permaneció por un tiempo mirándome, probablemente digiriendo todo lo que le había dicho. Yo creía que ella iba a saltar de alegría, por eso, no entendí por qué me lanzó una mirada furiosa.

— ¿Te estás ofreciendo a ser mi novio como si me estuvieras haciendo un favor? ¿Creés que necesito de tu caridad? ¿Te pensas que solamente soy una de tus conquistas fáciles que están desesperadas por tu atención y que voy a aceptar migajas? — Gritó Paula con rabia. — Prefiero vivir en India, casarme con mi primo y tener 10 hijos que estar de novia con vos por lastima, ¡idiota!

Ella me agarró completamente desprevenido, con una fuerza sorprendente al empujarme y salí de ahí caminando duro.

"¿Qué hice mal?, pensé atónito.

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Narra Bruno:

Mica y yo miramos ansiosos el momento, en el que finalmente Paio fue a bailar con Paula. Ellos hablaron, bailaban y nos entusiasmamos al ver que ella correspondió al ataque de él.
Pero para nuestro completo espanto después de un intercambio de palabras, vimos cómo Paula se alejaba furiosa de Paio.
¿Qué había pasado para que las cosas terminaran así?
Micaela corrió detrás de Paula y yo fui a hablar con Paio.

— ¿Qué pasó? — Pregunté al acercarme a él.

— Yo... Yo no sé — Respondió él con total sinceridad. — Le propuse ser su novio y ella se enojó.

— ¿Qué? — Pregunté incrédulo.—No puede ser. Contame exactamente el diálogo que tuvieron. Escuché todo lo que él tenía para decirme en absoluto silencio y respiré profundo. — Paio solo tengo algo para decirte: ¡sos un tarado!

— Ah claro, y ahora vos me
insultas — Dijo él aborrecido.

— Eso es lo que pasa cuando uno intenta ayudar a otros

— ¿Y ahora qué hice mal? — Preguntó él confundido.

— ¡Eso que me terminaste de contar fue lo que hiciste mal! — Intenté explicar. — Ninguna chica quiere escuchar que quieren estar con ella por lastima, Paio.

— Pero eso no fue lo que yo dije— Intentó defenderse él.

— Pero le hiciste creer que si

— ¿Qué tendría que haber dicho?— Preguntó Paio, confundido

— ¿No pensasté que quizás lo que ella quiere escuchar es que estás enamorado de ella y que, por eso, queres ser su novio? — Al decir aquello, percibí que sus ojos comenzaron a demostrar una cierta comprensión.

— Bueno...queres decir...que.. — Paio cerró sus ojos y suspiró. —Lo arruiné todo, ¿no?

— No sé si todo — Respondí. — Pero en gran parte si.

— ¡Te lo dije, Bruno! ¡No soy bueno para eso del noviazgo! — Dijo él nervioso — Cuando se trata sobre relaciones del momento soy un experto, pero con cosas como el noviazgo... ¡me siento en el jardín maternal!

— No entres en pánico, yo te puedo ayudar.

— ¿De verdad? — Preguntó, lleno de esperanza

— Si — Respondí — Pero antes quiero saber una cosa. ¿Estás dispuesto a todo para que Paula sea tu novia? ¡Cuando digo todo es todo! — Paio me miró espantado.

— ¿Todo? — Preguntó, inseguro

— Si, a todo.

Paio erguió la espalda, me miró fijo y dijo con firmeza: — Está bien, estoy dispuesto.
Entonces, le expliqué con lujo de detalles todo mi plan. — Cualquier cosa menos esa — Dijo Paio, asustado.

— Dijiste que estabas dispuesto a cualquier cosa — Le recordé calmo.
— Ahora te vas a subir al escenario y le vas a confesar todo lo que sentís por ella adelante de todo el mundo, y le vas a cantar una canción bien romántica.

— ¿Cómo va a quedar mi
reputación? — Reclamó

— ¡No es momento de pensar en eso, Paio! ¿Queres o no queres estar con ella?

— ¡Quiero! — Respondió
entusiasmado — Nunca pensé que empezar una vida de monogamia sería tan difícil.

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora