Después de que papá se fue a trabajar, las actividades empezaron en casa. Eran las vacaciones de invierno y el frío era muy intenso, así que pasamos todo el día jugando adentro de casa y mirando televisión. A la tarde, mamá preparó un delicioso chocolate con algunas galletitas.
- ¿Queres jugar a las damas, Flor?- Preguntó Bruno, todavía con la boca llena.
- Ah hoy no, Bru. Quiero terminar de leer este libro.-Dijo ella que estaba muy concentrada leyendo el libro "El Mago de Oz".
Bruno se dió vuelta para buscarla a Bianca, pero ella se había quedado profundamente dormida en el sofá, abrazada a su peluche.
Él rápidamente me miró a mí y después bajó la vista, lucía pensativo. Estaba indecisa en ofrecerme a jugar con él, pero decidí tomar coraje para invitarlo a jugar.
- Sé jugar a las damas, si queres podes jugar conmigo. - Él me miró sorprendido por un momento y después sacudió los hombros y respondió con un simple "está bien".
Nos sentamos de piernas cruzadas en la alfombra de la sala, de frente el uno al otro, con el tablero en el medio. Esa había sido una muy buena oportunidad para poder mirarlo más de cerca, sin parecer que estaba concentrada en él.
Observé su pelo liso y negro que caía sobre una franja pequeña de su cara. Sus cejas formaban un arco perfecto sobre sus ojos negros.Seguí observándolo y pude notar que sus mejillas eran altas y bien marcadas, trazo que convertía a su cara bien masculina. Siguiendo con mi exploración visual, llegué a una boca rosada y perfecta que no era ni grande ni demasiado chica. Descendiendo un poco más mi mirada, llegué a una barbilla fina, tal vez demasiado fina, pero que combinaba perfectamente con el resto de sus facciones y creaba un equilibrio entre ellas.
Sin gracia, percebí que Bruno ya había parado de jugar así que dejé de mirarlo. Traté de disimular y me concentré en mi primera jugada del juego.
Modestía aparte, yo jugaba bien. Pero facilité que él ganara la primera partida del juego. Entonces, siguió una sucesión de partidas y noté que él también era un buen jugador.En un determinado momento cuando estaba muy concentrada en un próximo movimiento, noté que Bruno me estaba mirando atentamente. Él intentó disumularlo al mirar el tablero, pero enseguida dijo en voz baja:
- Me gustan tus ojos
- ¿Mis ojos?- Pregunté sorprendida y confundida.
- Si. Son diferentes.- Respondió él, mordiéndose sus labios.
- ¿Por qué?- Quise saber, arqueando mis cejas.
- Ah, -Él suspiró por un segundo.- es que todos acá en casa tenemos ojos negros o marrones. En cambio, vos tenes ojos claros. Entonces creo que es bueno tener un color diferente para poder variar un poco.- Respondió él, sacudiendo sus hombros.- Abri bien tus ojos.- Me solicitó él. Lo hice pese a que creía que ese pedido era muy raro, pero terminé accediendo. - Tus ojos son verdes. Y a veces hasta parecen cambiar de color.
Mientras Bruno me analizaba, yo me sentía nerviosa porque no estaba acostumbrada a que un chico me mirara tan de cerca, y sobre todo él.
Por fin, decidí mirarlo también a los ojos y suspiré.
Nos miramos mutuamente y nuevamente sentí esa dulce emoción que sentí cuando nos habíamos visto por primera vez. Esa mezcla de suave espanto, una fascinación misteriosa y un magnetismo inexplicable. Y junto con esas emociones, también aparecieron las sensaciones de vergüenza y de culpa.Algo estaba mal. No podía tener esos sentimientos por él. No sabía si él estaba sintiendo lo mismo que yo, ya que su expresión era indescifrable, tal vez era un poco tensa por la manera en la que él contraía su mandibula.
De un segundo al otro, Bruno cerró sus ojos y declaró firmemente: - Me cansé de jugar.- Y para mi sorpresa, él empezó a levantar todas las piezas del juego y se fue hacia al sofá.
Poco tiempo después, nuestra mamá apareció en la puerta, estaba usando un delental un poco sucio de harina. Por la forma en la que estaba seguro que estaría preparando una receta.
- Bruno, ¿por qué no llamas a tu hermana para ver televisión en tu cuarto?- Sugirió ella, con una sonrisa.
- ¿Por qué yo querría que vayan Flor o Bian a mi cuarto?- Retrucó él, malhumorado.
- Me estaba refiriendo a Mica. Los dos tienen prácticamente la misma edad.
- ¡Ah! - Exclamó él sin gracia, dándose cuenta de todo.
- No, mamá- Dije apurada y, antes de que Bruno responda, poniéndome de pie. - Creo que voy a ir a mi cuarto a escuchar un poco de música.- Y pude notar el evidente alivio que había en la cara de Bruno cuando le respondí eso a mamá.
- Entonces, está bien.- Dijo mamá volviendo a la cocina.
Corrí hasta mi habitación, pasando directo por Bruno, pero evité mirarlo. Cerré fuertemente la puerta. Respiré profundo y coloqué mi mano en mi pecho, como si de esa forma pudiera contener esa extraña sensación de abandono.
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Más Que Hermanos [Adaptada]
Fanfiction¿Qué harías si fueses elegida para ser la "hermana" del amor de tu vida? Fanfic Brunaela con un poco de Paioedo Novela Adaptada. Portada: Manuroon5