23 (Primera Temporada)

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Empezamos a besarnos, al mismo tiempo con cariño y deseo. Cuando Bruno mordió suavemente mi labio inferior, me sentí envuelta en llamas invisibles. Finalmente, hice aquello que ansié por tanto tiempo: Corri mis manos libremente por su pecho, sintiendo sus musculos en las palmas de mi manos. Percibí que mientras me besaba, él corría las manos por todo mi vestido, como si estuviese buscando algo, hasta que después de unos segundos lo escuché suspirar frustrado.

— ¿Qué pasó? — Pregunté confundida.

— ¿Dónde está el cierre de
tu vestido? — Preguntó Bruno, alejándose de mi para poder mirarme mejor.

— Acá — Respondí, apuntando uno de laterales de mi vestido.—Menos mal que habías dicho que querías ir
lento. — Él me dio una mirada lujuriosa mientras sonreía levemente.

— Bueno, pero no está mal mirar un poco, ¿no? — Dijo colocando su mano en donde le había indicado que estaba el cierre.—Si no queres... — Él parecía estar un poco inseguro sobre si debía continuar o no.

— Quiero — Respondí sin titubear, y lo vi esbozar una larga sonrisa.

Bruno fue abriendo el cierre lentemante, casi con miedo. Después de abrirlo, sentí la punta de sus dedos en el lateral de mi corpiño y me sentí expuesta ante su mirada. Debe ser que él pudo notar lo nerviosa y tensa que yo me sentía en ese momento, así que simplemento me sonrió y me dijo:

— ¡Sos perfecta! — Me sonrojé inmediatamente al escuchar su
elogio. — Sos la mujer más linda que conoci en toda mi vida.

Bruno me miraba con tanta veneración que me sentí conmovida. Él aproximó lentamente su mano y estaba por desabrochar mi corpiño casi con reverencia. Lo que más quería era estar con él y sentirme amada por primera vez en toda mi vida. Pero...

— Bru, ¿estás acá? —Escuchamos una voz todavía lejana y nos miramos asustados.

— ¡Es papá! — Dije, separandome de Bruno— ¿Qué vamos a hacer? —Pregunté asustada.

Estábamos en un estado difícil de disimular y completamente desalineados. Bruno tenía la camisa desabrochada, yo tenía el vestido abierto y se me veía el corpiño.
Bruno trató de poner mi vestido en su lugar, pero escuchamos que los pasos se iban acercando cada vez más.

— Quédate acá, pero quédate quieta — Me ordenó al salir del auto, pasando las manos por su pelo y abrochando rápidamente los botones de su camisa.
Vi que él cerró sus ojos tratando de concentrarse, y cuando los abrió nuevamente se lo veía completamente relajado y casual.— Soy yo, papá — Dijo Bruno alejandose y escuché que una puerta se abrió.

— Escuché el ruido del auto entrando en el garage y vine a fijarme si todo estaba bien.—Pude escuchar algo de lo que papá decía.

— Está todo bien

— ¿Y tu hermana? — Al escuchar esa pregunta, cerré mis ojos porque tenía miedo de que él lo terminara descubriendo todo. Y si eso pasaba, una tragedia se formaría en la familia...

— Ya se fue a acostar. — Mintió Bruno. Cualquier persona que lo escuchara hablar en esos momentos creería que él estaba diciendo la verdad.

— ¿Y qué haces todavía por acá,
hijo? — Preguntó papá con un tono de voz un poco confundido, ya que era raro verlo a Bruno en el garage y más a esa hora.

— Vine a buscar el celular porque creo que me lo olvidé en el auto.—Abrí mis ojos bien grandes por causa de lo sorprendida que estaba.
No podía creer que Bruno fuera capaz de mentir tan bien, ni siquiera pestañeaba.

— ¡Ah, entonces está todo bien! Me voy a volver a acostar. ¿Ya falta poco para que viajes, no?

— Si, en pocas horas — Confirmó Bruno.

— Si no te vuelvo a ver a la mañana, ¡buen viaje, hijo!

— Gracias, pa. — Le agradeció Bruno. Papá lo abrazó por última vez y después se alejó definitivamente.

Pese a que escuchaba que sus pasos se alejaban, continué sin moverme, hasta que Bruno se acercara y me diera la señal de que ya no había ningún peligro.
Finalmente, me paré a su lado y acomodé mi vestido en su lugar.

— ¡Eso estuvo cerca! — Dije bien bajito, todavía seguía estando totalmente nerviosa.

— Ni me lo digas. Todavía sigo shockeado — Habló en el mismo tono que había utilizado yo unos segundos antes.

— Merecías un Oscar por tu actuación. ¡Nadie hubiese pensado que estabas mintiendo!

— Deja los halagos para después. Ahora vamos a dormir antes de que alguien más aparezca —Me saqué los zapatos, salimos del garage y subimos la escalera en puntas de pies. — Anda a tu cuarto. Me voy a bañar y terminar de arreglar unas cosas para el viaje. Pero antes de irme paso a saludarte—Susurró.

— Está bien — Murmuré en respuesta con un tono de voz un poco triste, porque lo que menos quería era separarme de él, ni siquiera por un instante...

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora