40 (Primera Temporada)

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Narra Bruno:

— ¿Que  ustedes se van a casar?— Preguntó Paio, un poco aturdido.

— ¡Calmate, Paio! — Dije, agitado. Estábamos sentados en la vereda de su casa.

— ¿Te volviste loco? — Preguntó él enérgicamente. — ¿Desde cuándo hoy en día se necesita pedirle casamiento a una chica para poder llevarla a la cama?

A veces, tener paciencia con él era un gran desafío. Por eso, decidí por respirar profundo.

— ¡No tiene nada que ver! No es esa es la razón por la cual me quiero casar con ella.

— Entonces, ¿cuál es la razón? — Preguntó Paio, y yo rodé los ojos.

— Da... ¿ya escuchasté hablar del amor? — Retruqué irónico

— ¡Habla en serio, Bruno! — Dijo él ríendo. — Sé que estás completamente loco por ella y que queres una relación monogámica, pero... ¿casarse? No puedo entenderlo.

— Voy a tratar de explicartelo — Dije, suspirando. — La quiero a Mica solo para mí. No quiero que ella tenga ninguna duda con respecto a eso. Si supieras la cantidad de idiotas que quieren algo con ella.  Ayer a la noche en el teatro, ¡tendrías que haber escuchado los comentarios que dos imbeciles hacían sobre ella! Tenía ganas de golpearlos. Así que cuando estemos casados, ella va a saber que nuestro compromiso es definitivo, y no precisa escuchar a nadie más. — Dije decidido

— ¡Sos sin dudas el chico más posesivo que conozco! — Dijo él, todavía ríendo. — Bueno, pero si eso es lo que ustedes quieren. ¡Solo me queda desearles muchas felicidades! — Completó, dándome golpes en el hombro.

Lo bueno de tenerlo a Paio como amigo, es que era un chico muy flexible, no tenías algún tiempo feo con él.

— Gracias. — Dije relajado. — Y, ¿qué pensas sobre ser el padrino de mi casamiento?
Al escuchar el pedido, en su cara se podía ver una sonrisa satisfecha.

— Claro, conta conmigo. Toda mi vida estuve envuelto en tus planes locos, ¿cómo no voy a estar presente ahora?

— Gracias. ¡Estoy contando
las horas! — Dije entusiasmado.

— Una semana de luna de miel, ¿no? Eso es no perder el tiempo— Dijo él, ríendo maliciosamente

— ¡No me lo digas!

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Narra Micaela:

El resto de la semana había pasado muy rápido. Me sentía exhausta por salir casi diariamente con Paula para hacer las compras, pero el resultado fue positivo. Encontramos todo lo que necesitabamos, después de caminar y caminar.

Paula decidió usar un vestido azul, que combinaba muy bien con su tono de piel. Elegir mi vestido fue todo un suplicio, quería algo simple y romántico pero a la vez tenía que ser de buen gusto. Ya que al final me casaría en una ceremonia en una playa, no necesitaba nada lleno de brillos o muy sofisticado.

Encontré a último momento, un vestido blanco de textura fina y leve, escote redondo, manga corta, que acompañaba con perfección mi cintura. Combinaría perfectamente con el estilo de ropa que Bruno usaría: camisa blanca de manga corta y pantalón blanco.
Estaba segura que la ceremonia sería sencilla, tal y como queríamos que fuera.

Finalmente, llegó la noche del viaje. Estaba con los nervios a flor de piel, muriendo de miedo por haberme olvidado algo. Chequeé mil veces si tenía guardados los documentos y los pasajes.

— El taxi ya llegó — Avisó Bruno entrando a mi cuarto

— En un minuto estoy

— Bueno, mientras voy llevando tus bolsos.- Dijo al salir.

Agarré un bolso de mano y di una última mirada a mi cuarto- era la última vez que yo estaría ahí como soltera y virgen; al regresar, sería una mujer casada y plena.

Suspiré al recordar todos los sueños, planes y fantasias del pasado; todavía no podía creer que todo lo que tanto había anhelado finalmente se convirtiera en realidad.

Decidida, salí y cerré la puerta sin mirar hacía atrás.
Nos encontraríamos en el aeropuerto, viajaríamos a la madrugada para poder llegar bien temprano a nuestro destino. Paula fue la última en llegar y cuando vimos la cantidad de cosas que llevaba, nos quedó muy en claro porque había tardado tanto.

— ¿Por qué necesitas cuatro valijas para un viaje de dos días?— Preguntó Paio

— Nunca se sabe lo que se puede necesitar. Prefiero pecar por exceso que por la falta — Expicó ella

— ¡Uh! ¡Las chicas que más me gustan son las que pecan por el exceso, y conmigo por supuesto!-
Dijo el Don Juan.

Fuimos al sector de espera, me senté en uno de los asientos disponibles que quedaban.

— Estás muy callada. — Dijo Bruno en mi oido, al sentarse al lado mio. — Todavía estás a tiempo de desistir. — Bromeó.

— No seas tonto — Dije sonríendo.

— Es solamente ansiendad

— Ya lo sé porque yo también me estoy sintiendo igual — Dijo abrazándome

Espero que les hayan gustado estos 5 capítulos. Muchisimas gracias por los 800 votos!! Son lo más💕💕

Más Que Hermanos [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora