Y el día siguiente al casamiento mamá me atestó de preguntas junto con mi hermana sobre mi "desaparición" de la fiesta. Estaba sentado en una de las sillas de la cocina, rodeado entre mi mamá – que en ese momento parecía una adolescente insistente- y mi hermana de tan solo quince años.
- ¡Ya basta! – dije frustrado de sus gritos irritantes-
- Vamos... - insistió mi hermana- mamá me contó... ¿era linda? – dijo ella con voz gatuna mientras se acercaba a mi oído con intención de sacarme algún tipo de información.
- ¡Ni lo sueñes! – bufé cruzándome de brazos- es linda, fuimos a dar una vuelta Fin del asunto. – y me levanté en busca de mi taza de café negro de todas las mañanas.
- ¡Hijo! – gritó mi mamá- ¿quieres que te haga el lance? – y seguramente mamá había aprendido eso de mi hermana.
- Deja de enseñarle a mamá esas palabras por favor. – dije tomando un sorbo de café- por cierto... ¿donde estuviste toda la noche? – pregunté mirando a mi hermana.
- En lo de Sebas. Te lo dije Paio. – y trató de excusarte. Maldita rebelde.
- ¡ Ya! No vayas más a la noche... sabés que no me gusta que vagabundees a la noche...
- ¡ Mira quien habla! ... acuérdate, no sos mi papá. – me enfrentó.
- Pero cumplo ese papel, así que quieras o no, si querés que él siga viniendo ileso.... Por favor, evita las trasnochadas. – le reté con autoridad.
- ¡Mamá decí algo! – le dijo mi hermana trastornada.
- Paio tiene razón, Lucila... no podés estar todo el tiempo en la casa de Sebas y volver al otro día. Pedile que se quede a dormir, o simplemente volvé mas temprano y listo... - explicó mamá. Y amé que me diera la razón.
- ¡ahí tenés! – dije abrazando a mamá complacido. Había logrado mi cometido-
- Pero no te hagas vos tampoco... Paio tenés colegio ya... así que andá apurándote.
El recreo había llegado a una velocidad increíble. Era lo que deseaba. A penas sonó el timbre me levanté mi asiento, me calcé mis auriculares y fui a buscar a Agustín del otro lado del salón.
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Utopias ©
FanfictionHay dos formas de ver la vida: Una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro.. "Albert Einstein"