Y el momento había llegado. El momento el cuál hubiera evitado, pero sin embargo el deber, el deber me llamaba.
¿Como hacés para evitar algo inevitable? Me preguntaba mientras entraba a la sala de espera del A.N.C.E.I.
Me sentía comprometido, totalmente comprometido con la causa por la cuál Valeria y yo estábamos en esta. Me sentía unido a ella de alguna manera u otra, sentía que le debía algo.
La noticia de que me había retirado del A.N.C.E.I nunca le cayó del todo bien. Me miró con resentimiento durante una semana hasta que finalmente supo y pudo comprender mis causas.
Y la verdadera causa eran mis hijos. El medio me aterraba, y no eran precisamente las agujas, era el saber que cualquier error podía inferir en mi vida sin previos avisos. De alguna manera u otra, sentía que me estaba enterrando la cabeza contra el fuego, y pocas veces me sentí así de... invadido.
Mi nombre resonó en todo el pasillo. Las secretarias y los mismos donantes me miraban con una sonrisa incapaz de borrarse. Me vieron caminar por el gran y largo pasillo con miradas sonrientes y orgullosas, como si lo que yo fuera a hacer en ese consultorio, era noble.
Y lo era, pero no sus consecuencias... sus posibles consecuencias.
SO WHILE IM TURNING IN MY SHEETS
(Mientras me doy vuelta entre mis sábanas)
AND ONCE AGAIN, I CANNOT SLEEP
(Y una vez más, no puedo dormir)
WALK OUT THE DOOR AND UP THE STREET
(Salgo afuera y hasta la calle)
LOOK AT THE STARS BENEATH MY FEET
(Y miro a las estrellas por debajo de mis pies)
REMEMBER RIGHTS THAT I DID WRONG
(Recordando las cosas que me equivoqué)
SO HERE I GO
(Asi que aquí voy)
Me senté sobre aquella camilla cubierta por una manta blanca. La enfermera tenía un aspecto muy peculiar, una sonrisa maléfica que me hizo sentir inquietado. Llevaba el ambo, el estetoscopio colgado de su cuello, su cabello rubio recogido y su sonrisa... su sonrisa extraña.
- ¿Lindo día, no? – dije al sentir que la punzante aguja buscaba su lugar en mis venas.
- Si. Soleado... y pensar que ayer a la noche el meteorólogo dio un alerta torrencial.
- Los meteorólogos suelen equivocarse. – añadí al sentir cómo la jeringa transoportaba mi sangre.
- Si, aunque yo confío mucho en ellos. – y se dio la vuelta para buscar el algodón.
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Utopias ©
FanfictionHay dos formas de ver la vida: Una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro.. "Albert Einstein"