Y dos años habían transcurrido desde mi primera vez con Bianca. Dos años habían pasado desde que ella y yo éramos unidos, integrados, únicos. Todo había llegado tal cuál lo esperaba: sus veintidós y mis veintitrés. Su carrera, y la mía. Mi mamá y la suya. Mi hermana y la suya. Todo se había intensificado.
Mi mamá se había anotado a un curso de costurería junto a mi suegra. – hacía la llamaba desde hace un tiempo cuando luego de varias veces pasar por la casa, la primera palabra que se me ocurría decirle era esa-. Estaban chochas, decíamos con Bian, y ella estaba agradecida de que su mamá estuviera dispuesta a compartir su trabajo. Mariana ya estaba en la cima para llegar a tener su propia empresa de diseños de indumentaria y yo era otro cantar. Me recibí de Profesor de Música con título y eso hizo alegrarme cada vez más. Al fin, podía hacer lo que quería y lo que más quería.
- y ahora... señoras y señores... con ustedes Pablo Martin Rodriguez, Profesor de Música de quinto año "C" – anunció el director escolar luego de un largo discurso dándonos la despedida a lo que había sido, gran parte de mi vida, mi segundo hogar.
Le di un beso en la mejilla a mi novia antes de ir caminando por la pequeña escalera que daba al escenario principal. Me tomé mí tiempo para mirar a mí alrededor: doscientos chicos habían concurrido a esa escuela, dos fueron los años que estudié, cinco fueron mis profesores. El salón estaba decorado como si fuese una de las películas antiguas de Estados Unidos en las que se congregaban los alumnos para empezar una vida nueva, trabajo y salud – me decía la abuela de Bianca aquella tarde de septiembre del 2000, años dorados para nosotros en la Capital.-
Y cuando subí las escaleras, lo hice con una sonrisa en el rostro orgulloso de mí mismo, por lo que había logrado. El director del instituto se atrevió a abrazarme antes de darme el diploma y el título enmarcado con madera. Sonreí y luego me acerqué al micrófono para comenzar mi discurso.
Porque sí, esta vez daba un discurso por primera vez.
- señoras... señores... - tomé aire y recordé exactamente como lo había ensayado frente al espejo- hoy, es un día especial... para mí principalmente, y supongo que también para ustedes. – reí- creo que voy a dejar las palabras hechas y me voy a concentrar en lo que quiero decir. – y ahí me atreví a mirar a todo el alumnado- quiero dar gracias a este instituto por todo lo que me dio estos dos años. Yo siempre quise ser músico... compositor, escribir letras que lleguen, escribir lo que sentía y trasmitirlas por medio de un piano o una guitarra – sonreí- me acuerdo de la primera vez que me regalaron la primer guitarra... todo un acontecimiento – y el alumnado rió- era un nene prácticamente y sabía que tenía sueños para cumplir. Este era el mío – me encogí de hombros mientras suspiraba con tranquilidad- y por fin lo estoy por realizar. Hoy a la mañana temprano – jugué con mis dedos- me llamaron de un instituto muy importante, me ascendieron a un puesto de trabajo. – vi a mi mamá a lo lejos, se tapaba la boca con sorpresa y me sonreía con felicidad- Así que... sólo eso, gracias por los años compartidos, espero que todos hayamos logrado lo que nos propusimos... porque ese era nuestro ideal. ¿o no? – reí suavemente- gracias.
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Utopias ©
FanfictionHay dos formas de ver la vida: Una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro.. "Albert Einstein"