ALCEI: Asociación de Lucha contra Enfermedades Sanguíneas Infantiles.
"En España cada día por efecto exclusivo de la sangre donada se salva la vida a 65 personas que de otra manera hubieran muerto irremediablemente, además, otras 320 continúan viviendo o recuperan su salud gracias a la sangre donada y otras terapias. Si proyectamos estas cifras a un año estaríamos hablando de 23.000 vidas salvadas y otros 125.000 enfermos recuperados. ¿Merece la pena, verdad? Seguro que si estos detalles los conociera el conjunto de la sociedad, en lugar de dos millones de donantes, que a duras penas cubrimos las necesidades, muchas otras personas que también tienen la suerte de tener buena salud, se incorporarían a nosotros."
Decía el artículo del diario, ese que me había llevado Valeria aquel domingo del 16 de junio de 2008.
Tomábamos café en el living mientras el resto de mi familia descansaba. La noche anterior nos habíamos acostado tarde, en especial Bianca y yo. Pero el sonido de la puerta me hizo despabilar y mi amiga se encontró allí.
Valeria siempre había sido una mujer comprometida. Sus veintisiete años de edad le habían enseñado que no todo en la vida se conseguía y que si mahoma no va a la montaña, hazlo vos me dijo una noche en vela.- ¡Dale Paio! Por favor... - dijo mirando obsesionadamente el diario. - ¿sabés cuantas personas salvaríamos con menos de un litro de sangre?
- ¿a que querés ir Vale? – anuncié con el entrecejo fruncido.
- ¡a que quiero que donemos! – gritó ella con alegría, lanzando el diario a un costado, tomándome de las manos.
- ¿Porqué yo? – dije con desgano.
- No te lo puedo decir. – y bajó la mirada al instante.
- Si me vas a sacar el ocho por ciento de sangre de mi cuerpo... - me acerqué con persuasión- merezco saber el porqué ¿no te parece? – y le besé la palma de la mano.
- No puedo... vos solo cumplime esto ¿si? – y me sonrió para luego salir caminando apurada hacia la puerta. Pero mi brazo la hizo frenar para mirarme con profundidad. Dio marcha atrás, porque mi mirada profunda la hacía confundir.
- Decime Vale... ¿ que es lo que pasa? Podés confiar en mí. – y esta vez la tomé en brazos, como cuando era menor a mí, como cuando estábamos juntos en las tormentas.
- TrabajoparaelALCEI. – dijo en susurros casi imperceptibles. No la había oído.
- ¿que?
- ¡Que trabajo para el ALCEI! – grito con cansancio abrazándome con más fuerza. Sollozó en mi cuello y yo me vi en la obligación de apretarla a mi cuerpo.
- ¿Que acabas de decir? – pregunté atónito mirándola fijamente. Su rostro había cambiado repentinamente a una mirada asustada, buscando algo positivo en la mía... algo que le de esperanza de que yo no estaba molesto.
- Trabajo para el ALCEI, Paio – y suspiró con alivio.
- ¿alguna vez pensabas decírmelo? – pregunté al instante. Sacudí la cabeza- ¿Desde cuando? – y respiré porque ya no daba más.
- Desde hace un año. – bajó la mirada. – me encontré a una de las... encargadas en un hospital cuando fui a hacerme unos análisis... empecé a hablar y... terminé formando parte.
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Utopias ©
FanfictionHay dos formas de ver la vida: Una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro.. "Albert Einstein"