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She's got a smile that it seems to me
(Ella tiene una sonrisa que me hace rememorar)
Reminds me of childhood memories
(Recuerdos infantiles)
Where everything
(Donde todo)
Was as fresh as the bright blue sky
(Era tan fresco como el brillante cielo azul)
Now and then when I see her face
(Y de vez en cuando al mirar su rostro)
She takes me away to that special place
(Me lleva a ese lugar especial)
And if I'd stare too long
(Y si lo mirase tanto tiempo)
I'd probably break down and cry
(Probablemente me quebrase y lloraría)










Dos meses desde el nacimiento de nuestro pequeño. Aquel día lo habíamos recibido con los brazos abiertos, esperando a que él se uniera a nosotros tanto como se unió nuestra hija mayor. No pude evitar recordar a Valentina cuando ese bebé estaba en mis brazos mientras su mamá dormía plácidamente en nuestra habitación. Valentina había llegado como mi alumna y situaciones... circunstancias habían llegado para que finalmente ella pasara de ser a alumna a mi hija. Su mamá me la había entregado y por más de que detestara a ese tipo de personas, le estaba agradecido por darme a su hija. Porque Bian y yo no pedíamos nada más que algo que complementara nuestras vidas, una vez más.
Bianca se despertó al mismo tiempo que se despertó Bautista. Él había bostezado sonoramente, apenas con un sonido casi imperceptible, moviendo sus bracitos y su piernitas alrededor de mis brazos buscando la comodidad.
Mi mujer abrió los ojos al instante de escuchar ese sonido, y finalmente luego de enredarse entre las sábanas con pereza, me buscó con la mirada hasta que finalmente sus ojos se encontraron con su hombre y con su hijo.
Nos miramos con ternura, y al momento ella ya estaba sobre mis piernas sujetando al bebé entre sus brazos.







- es lindo ¿no? – dijo con ternura mientras lo mecía con la intención de hacerlo dormir nuevamente.

- Igual que la madre. – dije dándole un beso en su nuca. –


- No seas versero. – me contestó con una risita.- ¿hace mucho que estás despierto?


- Apenas una hora... - contesté mientras le acariciaba la espalda por debajo de su pijama.



- ¿y Valentina? – y ella se preguntaba por sus dos hijos apenas podía.


- Ahora viene, fue a buscar la leche para el bebé.










Y sonreímos porque nuestra hija se había adaptado perfectamente a su nuevo hermano. Instantáneamente recordé el primer día que dimos a conocer a Bautista entre nuestros familiares. Una fiesta con sonrisas.







- ¡Bienvenidos! – gritaron todos nuestros amigos y familiares al momento en el que pisamos la puerta de nuestra casa. Una gran pancarta dándole la bienvenida a Bautista fue el complemento perfecto para que Bian llorara de emoción. Francisca, Eugenia, Candela, Agustín, Valeria fueron nuestros amigos los cuales se acercaron a saludar a su sobrino o ahijado.


- ¡tiene los ojos de Paio! – comentó Agustín totalmente anonado. Reí porque nunca lo había visto tan así con los chicos. Lo tomó en brazos a mirada de todos los presentes.


- La boca de la mamá... - dije yo con picardía mientras acunaba a Bian entre mis brazos esperando el momento justo para aclarar los tantos. Me miró fusilándome con la mirada.


- Va a ser mi novio cuando sea grande. – completó Kika, la amiga de Bian mientras le daba besos a la manita de nuestro hijo.



- Consejos de mujeres... - dijo Agustín.


Utopias ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora