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Durmiendo cuando la tregua termina
Despertando cuando el mundo se durmio.











Tomé la nuca de ella con un movimiento ágil y preciso. Ella se encerró en mis brazos mientras pasaba sus dos pequeñas manos por mi espalda y mi rostro haciéndome sentir reconfortado. Sonreímos al separarnos y ver cuánta era la felicidad que enmanaban nuestros rostros... nuestras sonrisas. Volvímos a unirnos en un beso cargado de amor mientras que movíamos nuestras lenguas con avidez. Nos sentíamos en nuestro mundo, acobijados. Enrosqué mis brazos alrededor de su cintura mientras tanteaba su piel por debajo, mientras le acariciaba con pasión aquella piel que había tocado varias veces conformado. Ella que se estremecía mientras la besaba, que temblaba cuando la desnudaba. El bretel de su camisón de seda pronto quedó por debajo de su cintura sacándolo con lentitud. Me saqué la remera por encima, con rapidez. Me sentía sediento entre sus brazos, necesitaba más de ella, de mí, de nosotros. Sonrió divertida al besarle el cuello, y bajar los tirantes de su sostén que apenas le cubría lo inevitable.




- ¿Ya? – dijo ella entre risas mientras la cubría con una cálida sábana blanca que apenas reflejaba su esbelto cuerpo.



- No pienso esperar demasiado...- y en tan solo un impulso me di vuelta quedando a horcajadas sobre ella.



- Oh... ¿Puedo decir unas palabras antes? – me detuvo ella con una sonrisa.



- Bian... hoy pienso – murmuré extaciado- hoy quiero que concedamos... ¿Estás dispuesta?



- Claro. – y sus ojos brillaron- quería decirte que te amo... solo eso.







Y la miré con admiración. Me recosté a su lado y la besé nuevamente alargando aquel momento, haciéndonos sentir amados.
Acaricié su mejilla sin medir el tiempo. Pero el tiempo, nos había interrumpido. El molesto sonido del teléfono nos interrumpió. Gruñí con molestia mientras me daba vuelta enfadado para atenderlo.
No podía haber llegado en peor momento. Bianca me miraba sin expresión, pero en sus ojos era clara su pena por haber arruinado aquel momento.

Utopias ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora