Utopias ©

58.

  Diez de la mañana en punto. Apenas hace quince minutos que ella y yo nos habíamos levantado. Ella se había ido a bañar. Yo, preparaba el desayuno antes de que vinieran nuestros hijos junto a su abuela.
Luego de diez minutos más, ella salió del baño descalsa con el piyama y una musculosa de la parte de arriba. Me detuve a mirarla por unos segundos: seguía tan igual como cuando lo había conocido. Sus ojos seguían negros con un brillo profundo que podía ser capaz de aguantarte la mirada por minutos... su cabello seguía igual de largo hasta la cintura y seguía meciéndose al caminar con elegancia. Sus piernas seguían intactamente suaves y tan jóvenes como lo fueron a los diecinueve. Su sonrisa era la misma de siempre, encantadora.
Caminó con delicadeza hasta llegar a mi cuerpo en cuál se encontraba apoyado sobre la mesada de la cocina. Detrás, estaba el desayuno preparado con una pequeña rosa que había arrancado del jardín con sumo arrepentimiento.

- arrancaste la flor de mi jardín. – me dijo al mirar a mi costado la pequeña rosa que yacía en un pequeño florero que había colocado sobre la bandeja.- ¿ Acaso te di mi permiso para que lo hagas? – y su rostro parecía serio.

- No... pero dado que son buenas causas. – rodeé los ojos con diversión- es una flor amor... - dije enredando mis brazos alrededor de su cintura. – quiero que sepas que...

- Ya sé lo que viene ahora. – dijo con una sonrisa.

- Bueno... quiero darte las gracias. – y ella se impuso para frenarme, pero aún así no la dejé- yo de verdad quiero que esto funcione, y en ese momento... no estaba dispuesto a perderlo. – bajé la mirada. Ella me la sostubo con firmeza, oyéndome con cautela- ya tiré las botellas... no te preocupes.

Respiró hondamente y se abrazó a mí con ternura.

- vamos a casarnos. – me dijo rozando sus labios en mi oreja.

- En dos días. – dije separándola de mi cuerpo con ternura. La tomé de la cara y le di un beso corto en los labios. – ¡A desayunar! – grité cautivando su atención mientras le señalaba la bandeja que ahora yacía en mis manos.

SAYING I LOVE YOU
(Dices que me amas)
IS NOT THE WORDS I WANT TO HEAR FROM YOU
(Esas que no son las palabras que quiero escuchar de ti)
ITS NOT THAT I WANT YOU
(No que no quiera)
NOT TO SAY, BUT IF YOU ONLY KNEW
(Que las digas, pero si tan solo supieras)
HOW EASY IT WOULD BE TO SHOW ME HOW YOU FEEL
(Cuán sensillo sería que me demostraras lo que sientes)
MORE THAN WORDS IS ALL YOU HAVE TO DO TO MAKE IT REAL
(Más que palabras, es todo lo que tienes que hacer para que sea real)
THEN YOU WOULDNT HAVE TO SAY THAT YOU LOVE ME
(Entonces no tendrías que decirme que me amas)
COS ID ALREADY KNOW
(Porque yo ya lo sabría)

Media hora después los nenes junto con su abuela llegaron a la casa. El sonido del timbre hizo que Lali saliera a las corridas de su silla y yo dejara el lavavajillas para salir a buscar a mis hijos. La primera en abrir la puerta fue mi mujer que a los segundos abrió la puerta y se unió en un cálido abrazo de madre e hija. La mamá de Bian sonreía de oreja a oreja.