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Una discusión. Eso fue lo primero que se me ocurrió al señalar el mes en el calendario de la cocina. La discusión en la que tanto Bian como yo temíamos recordando la vez que habíamos hecho el amor pensando en que habíamos cometido un gravísimo error. Un error irreparable si todo salía mal.
Ella me decía constantemente que fue un error, que no deberíamos haberlo hecho, que nos habíamos arriesgado y que podía ser que en este mismo momento el bebé tuviera H.I.V. Y yo le discutía, porque sabía que nuestra protección no se había roto, que todo era como antes.
Una doctora. Eso fue lo que decidí. Me acuerdo de haberla llevado casi a rastras hasta la obstetra y haberle comentado con exactitud cómo era todo.







- Chicos... - y era ya una mujer ducha- si su cuidado no se rompió... entonces, no pasa nada. Ahora si fue así, puede que el bebé lo haya contraído por penetración. – explicó sin demasiadas vueltas.



- no se rompió. – Finalicé frente a la doctora que me miraba expectante esperando respuestas- yo sé que no... yo mismo... yo mismo me fijaba todo el tiempo. – relaté mirando hacia abajo porque sentía que la situación era más fuerte que yo.-











Me senté sobre el piano a escribir una nueva melodía. Tomé la lapicera y mi anotador personal y escribí una serie de figuras, dibujos, tonos... melodías.
Luego de un momento, hice la primera estrofa del sonido. La llevé hacia el piano dejándome llevar por la música, presioné mis dedos sobre las teclas con pasión y cerré mis ojos.
Y la melodía sonaba perfecta. Sonreí para mis adentros. Me sentía en paz.
Un brazo rozó mi cuello con una maravillosa caricia. Sonreí y abrí los ojos para adivinar quien era.
Ella tenía los ojos rojos, el pelo despeinado y su rostro reflejaba tristeza. La senté en mis piernas y ella se acurrucó en mi cuello.





- veo que te has enterado - dije y la acerqué más.



- Perdóname... - me dijo.



- ¿por qué? –



- Por no haberte creído. Te amo ...



- ¿aunque haya una posibilidad de que te haya contagiado? – y mi rostro seguramente reflejaba miedo. Porque de mí porque me importaba, ella me importaba.



- Si me hubieras contagiaste, poco me importaría. Moriría feliz si muriera con vos, y no me importaría el modo.



- ¿estás loca? – grité mientras le secaba las lágrimas- no vuelvas a decir eso... no quiero que lo digas más, ni siquiera lo pienses. ¿quedó claro?



- Voy a cuidar de vos...



- No te merecés esto. – corrí mi cara intentando evitar sus ojos.



- Vos tampoco te lo merecés. – me tomó de la cara mirándome fijamente- voy a cuidar de vos hasta el final... y acuérdate: el final, va a ser juntos, cuando seamos ancianos... ¿te acuerdas de nuestros planes?



- Nunca los hubo. – reí apenas y ella lo hizo conmigo.



- Entonces te cumpliré el primero...



Acarició su panza de embarazada de un mes y me sonrió.















I was born to love you
with every single beat of my heart
yes, i was born to take care of you
every single day...
I was born to love you
with every single beat of my heart
yes, i was born to take care of you
every single day of my life













Utopias ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora