Miraba el imponente edificio con entusiasmo y temor a la vez, ¿Y si no es lo que espero? ¿Y si no encajo? Y si...
No, ¡Basta! ¡Yo puedo hacerlo!
Me venía repitiendo eso desde que salí de mi casa o mejor dicho desde que me enteré de que terminaría aquí, miré como mi padre revisaba su teléfono fuera del auto sin darle importancia al debate interno que su hija tenía, suspirando volví a mirar por la ventana del auto debatiendo si salir o no, aunque no tenía muchas opciones la verdad, o salía o salía, ya estaba aquí y tras viajar horas para llegar no me podía arrepentir ahora.
Unas horas antes....
Abrí la puerta de mi casa luego de un largo día de escuela, estaba tan cansada que solo quería dormir, dejé mi bolso junto al sofá y fui a la cocina donde encontré a mi padre en su computadora portátil.
— ¿Papá? — pregunté extrañada — ¿Qué haces aquí? — fruncí el ceño, debería estar en su trabajo, no solía estar en casa.
— Tengo que hablarte de algo Megan — tecleó en la computadora sin siquiera voltear a verme, mi sangre se heló, oh no.
— Mira no es lo que crees ¿Ok? — dije levantando las manos, ya sabía de lo que hablaría — Fue por accidente yo no quise incendiar su auto todo fue un error de cálculos y no quise... — hablé rápidamente, pero me interrumpió.
— ¿Qué auto? ¿De qué hablas? — frunció el ceño igual que yo, ¿Cómo qué de qué hablo? ¿Acaso no era de que incendié el auto de mi profesora de química? ¿Por qué otra razón querría hablar si siempre era por estar en problemas?.
— ¿De qué hablas tú? — pregunté con cautela.
— ¿Cómo es eso del incendio? — se cruzó de brazos sacando la vista de la computadora.
— Un videojuego — me apresuré a decir esperando que lo crea.
— Aja, bueno no tengo tiempo para eso, lo hablaremos luego— quitó importancia con tono cansado — siéntate — señaló la silla a su lado, obedecí intrigada, ¿De qué querrá hablar? ¿Se habrá enterado de que dejé calva a la profesora de física? Oh no...
— ¿Qué pasa? Me asustas — empecé a mover mis dedos en señal de nerviosismo, no pensaba decir nada o lo arruinaría más.
— ¿Recuerdas a Johann? — asentí — hablé con él y... ¿Recuerdas que trabaja para el ejército? — volví a asentir — bien... Tiene una escuela militar a tres horas de aquí en la que te entrenan con lo básico como defensa y esas cosas, pero además te enseñan como en una escuela normal... ¿Entiendes? — me le quedé mirando, realmente no entendía a donde quería llegar.
— ¿O sea qué es cómo una escuela normal, pero que también es una militar? — lo miré confusa, él asintió dudando, seguía sin entender su punto.
— Podría decirse, el caso es que como sé que te gustan esas cosas relacionadas con armas y pelea, además que pasas mucho tiempo sola por mi trabajo y viajes — pausó — hablé con él y te consiguió un pase, es decir, que iras a esa escuela — mi mente se bloqueó un segundo — ya sabes que no me gusta dejarte sola tanto tiempo así que pensé que sería lo mejor para ti que vivieras allí, él podrá cuidarte y enseñarte lo que tanto te gusta — finalizó volviendo a mirar su computadora cuando en ella sonó un e-mail entrante, procesé sus palabras, iría a una escuela militar...
— ¡¡OH POR DIOS!! — me levanté de un salto — ¡¡ESO ES GENIAL!! — chillé dándole un abrazo, dirán ¿Qué rayos te pasa Megan? La reacción común de cualquier persona normal, el caso es que yo no soy normal y desde niña siempre me gustaron esas cosas por lo que saber que ahora iría a una escuela así ¡Es muy emocionante!
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Escuela Militar (En edición)
Teen FictionCuando te enteras que irás a una escuela militar... ¿Qué es lo primero que se te pasa por la cabeza? A mí... Que se cumpliría el sueño de mi vida ¿Por qué? Ni yo misma lo sé, sólo que siempre me gustó y ahora que por fin lo haría, ¿Qué podía salir m...