Capítulo 10

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Pasamos toda la tarde hablando y riendo de pura estupidez lo que me encantaba, me recordaba mucho a las tardes luego de la escuela en la que íbamos a mi casa a hacer cualquier cosa, pero siempre la pasábamos bien.

— Rayos... —murmuró mirando su reloj — ya es demasiado tarde ¡No se vale! Me hiciste estar toda la tarde de náufrago ¡Y ni siquiera me perdí! Me van a regañar y será tu culpa — dijo mirándome divertido, siempre de niños me decía eso para luego correr a su casa y llevarse una bronca por parte de su madre, miré su reloj 00:43 a.m.

¡Rayos! Se pasó rápido el tiempo.

— Mierda — murmuré sentándome en el césped pues estaba recostada ambos estábamos mirábamos las estrellas, ya que aquí se veían preciosas, no sé ni como, pero se ve todo tan hermoso que se nos fue la hora — con razón ya empezaba a sentir hambre — fruncí el ceño haciendo que Felix riera.

— Solo piensas en comer — dijo entre risas.

— Pues claro ¿En qué más pensaría? — me quejé.

— No lo sé... ¿En recuperarte tal vez? — soltó una risita, lo miré confundida.

— ¿Qué dijiste? — pregunté desconcertada.

— Megan, ¿En serio pensaste que no lo sabría? ¡Oh vamos! Te conozco bien niña, además que noté las muecas que hacías cuando te movías muy rápido — me habló como si fuera obvio — y claro que también eres la sensación del internado — le restó importancia con su mano.

— ¿Qué?

—¿No lo sabes? Todos hablan de la famosa chica nueva que le partió el culo a Kurth, aunque claro no sabía que eras tú... Aún, pero todos han hablado de ti estos días— explicó como si no fuera nada.

—Más bien él me lo partió a mí, ¿Acaso no viste cómo quedé? — me señalé — ¿Ves esto? No es por nada ¿Sabes? ¡El hijo de puta me dejo dos costillas rotas casi! Y no sé cuánto más por qué olvidé lo que dijo Alice — me quejé.

— Él está peor aunque no parezca, tal vez no físicamente, ¿Pero su ego? Ufff por los suelos o incluso más bajo— sonrió — que lo derrotara la nueva ¿Y siendo una chica? Lo dejó destruido tanto social como mentalmente — soltó una risita algo malvada a mi parecer.

— Bueno supongo que eso me hace sentir mejor — murmuré para mi misma — y a todo esto, ¿Si lo sabías por qué no dijiste nada? — me crucé de brazos.

— Por qué sé que odias que te recuerden algo que te molesta y por qué sé que odias cuando te lastimas físicamente o te duele algo y los demás anden detrás de ti molestando e intentando hacer todo para que no hagas nada así recuperarte, además también odias decir cuando algo te duele o afecta por lo que preferí callarme solo asegurándome que estés bien en silencio — se encogió de hombros — Además de terca, pendeja— rodó los ojos— ya me había acostumbrado a que hicieras todo eso, así que no dije nada — finalizó, no sabía que decir estaba muda, ¿Recordó todo eso de mí todo este tiempo? ¿Recuerda todo de mí a pesar de estos años? Es decir, ya me lo ha demostrado en estas horas que recuerda mucho sobre mí, no sé qué responder.

— Eso explica por qué me ayudaste a recostarme — fruncí los labios de forma graciosa.

Estaba haciendo esto muy seguido, cada que él me decía algo lindo o demostraba cuando me conocía yo salía con alguna estupidez o broma para cambiar de tema, parecería que se da cuenta e ignora ese gesto, ya que sigue la broma y no dice nada cuando cambio a un tema completamente diferente o raro, mierda sí que me conoce, sabe que por lo general cuando no sé qué contestar o algo así simplemente lo tomo en broma saliendo con alguna idiotez, ¿Es qué tanto me conoce este?

Escuela Militar (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora