Capítulo 37

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Una explosión, gritos, desastre, huida, todo gracias... A su servidora ¿Quién más?

Al parecer la rama había chocado con un pote de gasolina que casualmente estaba junto a la hoguera... Lo demás creo que lo saben lo dice arriba, pero en mi defensa ¿Quién demonios deja gasolina tan cerca del fuego? Era como si quisieran que se arme un caos.

No solo la hoguera ardió en llamas enormes, sino que la hierba muerta de alrededor también se quemó dejando un gran circulo negro en el suelo, también ante todo el escándalo cuando los bomberos llegaron, cosa que fue más rápido de lo que pensé, empezaron a apagar el fuego con enormes mangueras que tiraban potentes chorros de agua, bueno, no es muy difícil saber que pasó.

Chicos corriendo en todas direcciones + Agua descontroladamente fuerte = Duchita gratis.

— ¿Qué causo la explosión? — el bombero anotaba en una pequeña libreta lo que Rown le comentaba mientras me miraba muy enojado — ¿Y cómo por qué dejaron la gasolina cerca de la hoguera? ¿No te hemos enseñado nada Richard? — solté una risita al ver como ahora el bombero lo regañaba por no seguir sus indicaciones que supongo tienen que ver con un curso de seguridad que comentó el bombero.

— Yo me pregunto lo mismo — hablé ya que solo estaba a dos metros de ellos, me acomodé la manta sobre los hombros que me dieron por el frío cuando me voltearon a ver — ¿No cree que esto podría haber sido peor que unos cuantos chicos mojados y un mini incendio? Los organizadores deberían haber prestado más atención — me encogí de hombros con mi cabello escurriendo a los lados de mi cara, ¿O pensaban qué me había salvado de esa ducha gratis? Pues no, soy yo gente, la suerte no es específicamente lo mío.

— Usted no hable que causó todo esto — me mandó a callar Rown, se le empezó a notar de nuevo la vena de la frente.

— No culpes a una niña de tus errores Richard — le regañó el bombero de posibles cincuenta y tantos.

— Pero ella... — quiso decir algo, pero lo interrumpió volviendo a regañarlo por las reglas de seguridad que no cumplió.

— ¿Ya vieron su bigote? — murmuró Tanner a mi derecha, ellos cuando todo esto pasó y vieron como un chorro de agua a posibles mil kilómetros por hora estampaba con un minion de cuarenta kilos y este era expulsado como dos metros lejos de donde estaba vinieron hacia mí para asegurarse que esté bien, me ayudaron a levantarme del suelo y desde eso no se habían separado de mi lado.

— Está genial — murmuró Connor a la derecha del ojiazul, sosteniendo su mantita proporcionada por los bomberos, él no se había mojado, pero le gustaron así que pidió una extra "para mí" quedándosela — quiero uno así cuando sea mayor — lo dijo como si tuviera diez años y no los casi diecinueve que se carga.

— No te crece ni pelo en pecho y quieres eso — se burló Jared a mi izquierda, el bigote del bombero era bastante genial, se movía cada que decía una palabra de regaño hacia Rown.

— Se parece al de Ned Franders — pensó Austin, era cierto, se parecía mucho.

— Quiero tocarlo — habló Connor de nuevo — ¿Le molestará si lo hago? — nos volteó a ver.

— Pues depende... — miré con sospecha a Jared, va a soltar algo estúpido.

— ¿Depende de qué? — Tanner ¿No lo conoces acaso? ¿Para qué preguntas?

— De si le gusta la Guayaba o el pepino — rió, se llevó un zape tanto mío como de Josh que estaba a su otro lado.

— ¿Y cómo sé eso? ¿Se lo pregunto? — ay Connor...

Escuela Militar (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora