Capítulo 55

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— Tengo tantas preguntas, de verdad, no sé cuál decir primero, ¿Cuál puede ser la mejor? — empecé un debate conmigo misma.

— La que sea, aún así responderé las demás — interrumpió — ¿Pero podrías salir de encima de mí? — murmuró con dificultad, cuando lo abracé nos tiré/acosté en el suelo y aún no me había movido, levanté la cabeza de su hombro para mirarlo.

— Es que ninguno de ustedes había querido responderme nada o me había respondido muy poco y esto la verdad es como... Como... ¡No sé! — no sabía con qué comparar semejante oportunidad, las competencias, la tabla, las listas, su rivalidad con Jason y Adam, lo de Stravell y sus problemas, Tanner y los del B, lo de la cueva, sobre las literas del cuarto ¡Era un mundo lleno de posibilidades! ¡Y todas al alcance de mi mano! Creo que voy a llorar. Volví mi mirada a él, me estaba observando muy fijo.

— ¿Qué? — intenté no sonar nerviosa, no es muy cómodo que te miren así.

— Nunca te había visto tan cerca — examinó todo mi rostro intensamente — te creía más fea a decir verdad — fruncí el ceño levantando mi torso hasta quedar sentada sobre su estómago.

— ¡¿Cómo qué más fea?! — le di un golpe en el brazo.

— Sí, con la mirada de loca que traías recién aumentaba esa imagen de ti — sonrió provocando que abriera la boca ofendida.

— ¿Disculpa? — ¿Se busca que lo mate antes de responder mis preguntas o qué?

Tal vez es una estrategia para no responder nada.

*Suspiro dramático* oh por dios ¡Piensa que se librará de mis preguntas si muere! ¡Pues no!

¿Te das cuenta que literalmente pensaste "suspiro dramático" en lugar de hacerlo?

Es que si no ellos no entenderían.

¿Ellos?

No importa.

— No te librarás de mí así como así — volví a la realidad en la que seguía mirándome fijamente — para, hablo enserio, detente — lo señalé.

— ¿Pero qué? ¡No estoy haciendo nada! — se quejó, y en parte era cierto, no estaba haciendo nada más que mirarme, ¡Pero eso era suficiente para molestar!

— Sí estás, deja de mirarme así — señalé sus ojos — ¡Hablo enserio, ya! — ¿Siquiera está pestañeando?

— Sí pestañeo, que no lo notes es distinto — volvió a sonreír de lado, entrecerré los ojos.

— Me fastidias.

— Lo sé — su sonrisa se ensanchó — pero ¿Qué puedo decir? Me acostumbraría a esto la verdad — sus ojos me observaron de arriba-abajo demasiado lento, al seguir su mirada noté que sus manos estaban en mis piernas, mejor dicho en mis muslos ¿Qué demonios? ¿Cuándo llegó eso ahí?

— ¿Q-qué? — ¡Ni siquiera había notado que estén cerca! 

— De hecho estaría sobrando ropa — la sonrisa no se había quitado en ningún momento y parecía aumentar.

— ¡Ay! ¡Pero que asco! — chillé quitándome de encima, echándome a un costado sobre el césped mientras de fondo se escuchaba su risa, se enderezó volviendo a sentarse esta vez con una pierna estirada y la otra doblada para poder apoyar su brazo en su rodilla.

— Al menos te quitaste — le di un golpe en el brazo provocando más risa de su parte.

— ¡¿En qué momento siquiera llegaste a poner las manos ahí?! — ¿Tendría que llamarlo kitty patitas suaves ahora o qué demonios?

Escuela Militar (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora