Capítulo 5

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Una vez Adam estuvo recostado en su cuarto que al parecer compartía con Jared, Josh y Austin, salimos para dejarles espacio.

— Chicos... ¿Y Austin? — pregunté, no lo había visto luego de salir de la enfermería.

— No sé — Tanner se encogió de hombros sin darle mucha importancia.

— A veces solo desaparece y ya — habló Connor imitando el gesto de Tanner.

— ¿No les parece raro? — me miraron y luego se miraron entre ellos.

— No —se pusieron nerviosos.

— ¿No? Pues parece distinto —me detuve frente a ellos en el pasillo, se volvieron a mirar.

— No sabemos de qué hablas — Jason desvío la mirada, estos chicos no saben mentir.

— Ustedes saben dónde está ¿Cierto? —me crucé de brazos, se miraron nerviosos y alarmados por decimocuarta vez posiblemente, sonreí — no tienen que decirme— me giré abriendo la puerta que tenía enfrente — de todas formas, ya lo sé — me encogí de hombros e ingresé a mi nuevo cuarto, ¿Qué cómo llegué tan rápido? Pues... ¡I am Flash! No, no es cierto, solo que el cuarto de Adam está frente al mío... Literalmente.

— Hola, señor amabilidad — saludé a Evan que estaba en su cama recostado con un libro, rodó los ojos ignorándome siguiendo su lectura, fui a mi maleta que aún no cambiaba de lugar, la abrí buscando a mi bebé, al no encontrarlo me empecé a desesperar y a buscar con más intensidad, básicamente terminé vaciando mis maletas además de tirando mi ropa por todo el cuarto, literal, Evan se quejó más de una vez, ya que le tiré con algo por la cabeza sin querer.

— ¡¿DÓNDE ESTÁ?! — grité desesperada buscando entre la ropa que estaba en el suelo — Mi bebé, mi bebé, mi bonito hermoso ¿Dónde estás? — tiré una camiseta hacia un costado — no puede ser, no puede ser, ¡No puede ser! — lloriqueé arrodillada frente a mi maleta.

— ¿Qué es exactamente lo que buscas? — preguntó Jason detrás de mí, habían entrado en plena crisis existencial.

— ¡A mi bebé! — medio grité, seguía arrodillada en el suelo buscando entre la ropa, tirando las cosas, obvio mis libros no, esos con sumo cuidado estaban apilados junto a la maleta.

— ¿Metiste un bebé en una maleta? —preguntó Tanner con el ceño fruncido en confusión.

— ¿Cómo voy a meter un bebé en una maleta, idiota? ¡Hablo de mi teléfono! — me levanté comenzando a caminar de un lado al otro.

— ¿Todo por esa estupidez? — murmuró Evan, me detuve en seco.

— ¿Esa estupidez? ¡¿Esa estupidez?! ¡Ahí está mi maldita vida entera! ¿Qué voy a hacer sin él? —grité, volví a caminar de un lado al otro.

— Los teléfonos están prohibidos, seguro ya registraron tu maleta para buscar posibles armas como hacen con todos y al encontrarlo se lo llevaron, pero tranquila te lo devolverán cuando salgas de aquí— explicó Connor con calma, me quedé con la boca abierta ¿Cuándo salga? ¡Esto no puede estar pasando!

— No es para tanto... Ni que te fueras a morir sin eso — me giré a Evan, se llevaría un vergazo si seguía así.

— ¿Sabes? ¡Sí! Moriré sin "eso" ahí está todo, escucha bien ¡TODO! — volví a caminar de un lado — Ayy~ mis libros, ayy~ mi música, ¡Ayy~ mi todo! — me lamenté en lloriqueos, ya sé, para algunos exagero, pero para alguien que se pasa la vida pegada al celular leyendo y escuchando música, que le saquen eso... Es la muerte, ¡Soy idiota! ¿Por qué lo guardé aquí cuando me cambié en vez de llevarlo conmigo todo el tiempo como debería haber hecho? 

Escuela Militar (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora