Capítulo 23

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Llevaba como diez minutos caminando por el bosque ya sin poner mucha atención si Austin me seguía o no, ni necesitaba ponerle atención puesto que el muy astuto hacia ruido a cada paso que daba, en definitiva, este chico no sabe lo que es seguir a alguien en silencio.

No recordaba muy bien donde estaba el lago donde había estado con Jared, pero me guiaba por mi instinto y conociéndolo me llevaría a un volcán en erupción, pero bueno... La fe es lo último que se pierde.

Eso era la esperanza.

¿No era la fe?

No.

¿Acaso no es lo mismo?

No.

No necesito que digas tantas palabras eh.

Solo sigue caminando.

Bien... Mandona.

Escuché eso.

¡Pero lo murmuré!

Pero estoy en tu cabeza estúpida.

Ah vedah.

Agh... Contigo no se puede.

Tampoco ayudas mucho...

Cállate y sigue caminando, tenemos un plan que llevar acabo.

¡Bien!

Por cierto, cuidado.

¿Con qué?

No hizo falta respuesta cuando una rama por poco no me saca un ojo.

— ¡Ay! ¡Estúpida rama! — le lancé un golpe alejándola de mí, pero esta se regresó por el impulso estrellándose de nuevo en toda mi cara, si quería algo de sensualidad se perdió absolutamente, más por las risas que se escuchaban de fondo del pendejo de Austin.

Vamos Megan tú puedes, sigue caminando, no te acabas de sacar casi un ojo, tu sigue con el plan, vamos.

Ni esas palabras ayudaran para dejar tu estupidez de lado.

La que tiene que ayudar aquí eres tú.

Am... ¿Y dónde está ese contrato que firmé donde lo dice?

En mi nacimiento idiota :V

...

Nací, quedaste como mi conciencia, ahora te jodes >:v

...

¡Ja! ¡¡HE VENCIDO A LA BESTIA!! >:D

Ojalá esa rama se te incruste en toda la cabeza.

¿Qué ra... AUCH!

— ¡¿Por qué hay tantas malditas ramas?!— murmuré sobando mi otro ojo.

¿Será por ser una especie de bosque? ¿O por qué eres tan imbécil que no las ves y apartas? O no, no, no, tengo una mejor ¿Será por tu altura de duende hace que se te interpongan todas las ramas a nivel del suelo? :3 ¿Acerté?

Púdrete.

Ya lo estoy cariño, aquí a dentro no sabes lo jodido que esta.

Preferí no responder nada y seguir con mi camino, de casualidad o suerte frente a mi apareció el famoso lago, bien, mi plan acaba de comenzar, me acerqué hasta la orilla del lago intentando no correr al ver que más que un lago parecía un pantano, tampoco se me había olvidado lo que vi ahí dentro por lo que tomaba mis precauciones, comencé por quitarme la camisa quedando en una camiseta sin mangas blanca, de fondo se escuchó un "Oh por dios esto enserio está pasando" haciéndome rodar los ojos, si es que cuando dije que este chico no sabía seguir personas no me equivocaba en lo absoluto.

Escuela Militar (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora